miércoles 18 de agosto de 2010

Jesús Alberto Oliver Rodríguez

Entre los siglos XVI y el XIX, se dieron en el terreno económico tres diferentes tipos de corrientes económicas fundamentales a saber: Mercantilismo, Liberalismo (incluye a los fisiócratas) y el Marxismo , por su parte, el siglo XX, presenció el surgimiento de nuevas modalidades de los esquemas mencionados, los nacionalismos, por ejemplo, fueron una modalidad económica del mercantilismo, que convivieron con el autoritarismo y el totalitarismo, como el absolutismo, convivió con el mercantilismo.

Las diferentes crisis del inicio del siglo XX, enmarcadas por el proteccionismo y las guerras arancelarias de finales de los años 20, vieron nacer la llamada “gran depresión” de 1929-1933, de esa manera las consignas liberales del laissez faire, laissez paser, vieron como se marchitó el liberalismo decimonónico; así florecieron los nacionalismos y los regímenes marxista-leninistas; la primera mitad del siglo XX vio el arranque de la revolución mexicana, en sus dos modalidades: la de árido América 1910-1932 (incluyendo la guerra cristera 1926-1929), con las imágenes, en la mentalidad de la clase política de este ciclo, del granjero norteamericano y la clase media; seguida de esta, el triunfo de los paradigmas colectivistas de Mesoamérica y la “democracia de trabajadores y campesinos” 1933-1946.
De esta suerte, la clase política fue evolucionando, tomando elementos de los movimientos políticos contemporáneos que se le fueron presentando como el soviético, el fascismo italiano, el nazismo alemán, los falangistas españoles y portugueses, como norteamericanos, hasta la gran crisis de la guerra fría, marcada por la coyuntura nuclear (el Sputnik en 1957, la crisis de los misiles y el vuelo de Yuri Gagarin en el Vostok I, en 1961) , que dio pauta a diversas reacciones en el mundo capitalista; por un lado, numerosos movimientos sociales y revolucionarios, entre otros, el advenimiento de la revolución cubana 1959-1962, por el otro lado, la propuesta de la “Alianza para el Progreso” (ALPRO) que homólogamente del Plan Marshall hacia Europa, al fin de la 2ª guerra, dirigieron capitales EU hacia América, con el propósito deliberado de frenar el avance soviético presente ya en Cuba.
Gran ciclo que finalizó con los movimientos juveniles anti autoritarios del 68 , los reclamos mercantilistas del general de Gaulle a EU, para cambiar dólares por oro; el fin del patrón oro en 1971 y el advenimiento de la Organización de Productores de Petróleo OPEP.
Como resultado del avance de la globalización, desde los años 70, el mundo presenció el acercamiento comercial de las economías de EU y la URSS en 1973.
EU se puso en oferta, vendía de todo, desde máquinas de escribir hasta muñecas del Play Boy, pasando por jugadores de fútbol americano, excepto oro. A lo largo de estos años, se presentaron diferentes crisis económicas, monetarias, fiscales, de energéticos, como ambientales, las cuales, dieron paso a nuevos paradigmas monetarios y ecológicos, a nuevos intereses económicos (tecnológico-financieros) predominantes, a nuevos equilibrios políticos, así como al surgimiento en América Latina, de nuevos nacionalismos, como del llamado “neoliberalismo”, que se presentan como resultado de las distintas crisis fiscales generadas en el origen, desde la ALPRO. México arranca en 1971, con la atonía, pero el descubrimiento del hallazgo petrolero más importante de México por el pescador Rudesindo Cantarell en 1974, permitió prolongar su fase del estado benefactor a crédito, particularmente desde 1979, en que se inició la explotación hasta 1981 en que se presentó el declive de los precios petroleros y la crisis financiera de 1982, explicada por la astringencia monetaria que triplicó las tasas de interés de los créditos colocados en el exterior.
Siguió Chile en 1973, con la terrible caída de Salvador Allende; Argentina en 1974, con el derrumbe de María Estela Martínez viuda de Perón; Brasil 1964-1985 con la entronización de los generales en el poder; Perú, pasó del populismo del Gral. Velazco Alvarado al gobierno tradicional del general Francisco Morales Bermúdez, que dio marcha atrás a las reformas emprendidas; en Venezuela, se dio la nacionalización del petróleo con Carlos Andrés Pérez (1974-1979), en Colombia surgió la guerrilla con movimientos de orientación castrista, maoísta y nacionalista como el M19, etc. Por su parte la subida del precio de los energéticos generó la entrada del neoliberalismo en EU con la llegada de Ronald Reagan a la presidencia en 1979 y en Inglaterra con la llegada de Margaret Thatcher en 1980. Así, Llegó el predominio del neoliberalismo desde los años 80. Todo ello, como preludió del colapso del bloque soviético a partir de 1989, a la llamada “posmodernidad” y la globalización.
Como observó Milton Friedman en 1993, “la caída de las banderas rojas en 1989, hizo que se subieran las verdes”, ya que dicho sea de paso, el movimiento ecologista mundial, retomó muchos de los principios que postulara la “Ley del Desarrollo Armónico y Proporcional Socialista”.
En la práctica, en Occidente, el “modo de producción capitalista compatible” o como se ha dicho en México “sustentable”, articulado con cadenas de producción, que considere los aspectos de la ecología y su conservación, se ha vuelto el paradigma imperante o “pensamiento único” a seguir a la caída de la Unión Soviética; el Protocolo de Río en 1991, puede servir perfectamente de baliza para evaluar el desarrollo ambiental subsecuente.
Por su parte, en Asia, desde mediados de los años 70, a la muerte de Mao Tse Tung, China vio con Den Xiao Ping, llegar a un Capitalismo de Estado, con la permanencia del aparato del partido comunista tradicional, sin “catastroika”, que ha desafiado abiertamente a la economía occidental, ya que no se preocupa, como en otros países del llamado 3er mundo, (como puede ser el discurso tradicional de México), por el “pago de la deuda social”, cuando lo que le interesa a China es llegar a ser la economía número uno del planeta, de otra manera no podría tener los niveles de ahorro, inversión y de crecimiento, que presenta hoy en día. De representar una “economía planificada”, pasó a ser una suerte de “gerencia estatal”, sin sindicatos. Entre China, Indonesia y la India, a finales del siglo XX, pueden representan cómodamente, con 2,400 millones de habitantes, el 40% de la población mundial
La historia, no solo está jalonada por los grandes acontecimientos y los bloques doctrinarios de la economía; también es explicada por las grandes obras políticas , que han preparado y soportado ideológicamente no solo a las bases sociales, sino también a la literatura, siguiendo a Gaetano Mosca, de la clase política correspondiente. Así se tiene, desde el punto de vista de los textos paradigmáticos, que las contrapartes políticas de estos sistemas económicos son: con el mercantilismo, el absolutismo y las monarquías, con su sustrato teológico-ideológico (Maquiavelo, Bodin, Hobbes y Bossuet); después vienen las revoluciones y el asalto al absolutismo, John Locke, Montesquieu, J.J. Rousseau y el Abad Sieyès.
La llegada del liberalismo (John Stuart Mill y Adam Smith), que surge de la crítica a los fundamentos de las balanzas comerciales positivas de metales de sus predecesores mercantilistas, de igual forma, La Democracia en América, de Alexis de Tocqueville, surge de la comparación con la democracia en Europa ; asimismo, de la crítica a la teoría del “equilibrio automático en el empleo” de Adam Smith, surge como contraparte, el concepto del “ejército industrial de reserva” que acuña Carlos Marx”, para criticar la preservación del desempleo en el sistema de acumulación capitalista; de ahí parte la teoría económica de Alfred Marshall, contemporáneo de Lenin, que intentó combinar las distintas teorías del valor, desde el marginalismo de David Ricardo, pieza fundamental de la teoría económica, hasta el análisis de la plusvalía de Carlos Marx, pieza fundamental de la economía política.
De ahí, el comparativo recurrente en la práctica del modelo Mill-Marshall, consistente en la operación (siguiendo la vía farmer del granjero medio) de empresas familiares orientadas al mercado; frente al modelo marxista-leninista, (siguiendo la vía yunker del señor feudal) que opera producción y consumo sobre la base de empresas estatales. En uno predominan los impuestos indirectos, en el otro, los directos.
En escasos 30 años, entre la 1ª y la 2ª guerra mundial, pasamos de los nacionalismos, al fascismo (B. Mussolini) al nacionalsocialismo (Hitler), al socialismo “hacia dentro” (Joseph V. Stalin) o seudo socialismo (León Trotsky). La teoría del “Estado-Clase” (estado burgués vs estado proletario) de Lenin, orientó la llamada guerra fría y las relaciones internacionales, hasta el derrumbe de la URSS en 1989.
Los peores fracasos de la experiencia del siglo XX, lo representaron las economías que sobrevaluaron sus monedas, así como, aquellas que tuvieron un déficit comercial, presupuestal y financiero recurrente en aras de apoyar un discurso avant gard, “progresista y popular”, propio del “estado de bienestar”, orientado en la práctica, en el caso de México, hacia el desarrollo de obras y empresas públicas deficitarias y/o sobredimensionadas; apoyadas por la corrupción e intereses sindicales, como el caso de la infraestructura de energía y petróleo; también, sin viabilidad financiera, como el caso de la infraestructura de transportes; en el otorgamiento de servicios de educación media y superior insuficientes para la demanda, pero gratuitos y sin requerimientos puntuales para el desarrollo de la ciencia y tecnología. Concebidos más como política asistenciale que como palanca del desarrollo auto sostenible, pero utilizado como apoyo político por y para algunos segmentos de la población beneficiada; servicios de salud insuficientes y precarios caracterizando a lo que se ha dado en llamar “neo institucionalismo”. Ergo, aquel que no puede cumplir los objetivos para el que fue creado, países que en términos generales se encuentran recurrentemente con una hacienda pública débil y ubicados alrededor de la geografía de los trópicos, donde los paradigmas comunales del no tan lejano neolítico y protocapitalismo, tienen mayor antigüedad y permanencia; economías con predominio de subsistencia en los cuales el concepto de propiedad privada tiene más dificultades para aparecer y permanecer. La mayoría de los países con estas características, son ex coloniales, donde distintos elementos discriminadores son cotidianos.
Para finalizar este marco general introductorio, subrayemos que, por Pierre Vilar , sabemos que Davanzzati en sus “Lezzione delle Monete” en 1588, plantea que “El Príncipe puede definir la moneda y cuanto vale esta, puede hacer eso y muchas otras cosas más, la única cuestión, es que los comerciantes del otro lado de la frontera se lo crean”. Esta expresión, propia para la moneda mercancía en el mercantilismo, tiene su equivalente en la moneda fiduciaria del fin de los patrones monetarios de paridades fijas propios del neoliberalismo (1971-1976), ya que el tipo de cambio es una pieza fundamental para el desarrollo de la economía; una moneda sobrevaluada, como la que había en México entre 1990-1994, a la entrada del TLC, estimula las importaciones y desestimula las exportaciones, con ello, no crece el PIB nacional y la recaudación disminuye, por lo tanto una moneda sobrevaluada, representa un subsidio de apoyo al empleo de “los otros”; en cambio una moneda subvaluada, (como lo fue México en 1986, a la entrada del GATT), como lo han sido en diferentes momentos, la mayoría de las economías hoy desarrolladas, proporcionan el mayor estímulo a sus exportaciones y la mayor defensa a las importaciones, sobre todo en un mundo librecambista, por ello, se debe de considerar la subvaluación, como un costo, quizás un “subsidio a los otros” pero con el beneficio de la permanencia y creación del empleo de las propias economías, que es la mayor preocupación de los economistas clásicos.
México entre 1962-1882, desde la ALPRO que dio paso al autodenominado “Desarrollo Estabilizador”, “El Desarrollo Compartido” y el de La Administración de la Riqueza, (de López Mateos a López Portillo) y de 1991-1994 con el Liberalismo Social (Salinas de Gortari), así como de 1999 a 2008 y en el 2010, (Con Fox y Calderón), ha mantenido permanentemente una moneda sobrevaluada, es quizás, con la Argentina entre 1991-2000, de Carlos Saúl Menem, ejemplos claros de sobrevaluación monetaria. Las consecuencias están a la vista en México, no sólo con la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorrador (FOBAPROA), sino por la alta dependencia del exterior en insumos, materias primas, financiamiento y tecnología; estancamiento económico y desempleo y un predominio en la toma de decisiones sobre el tipo de cambio, de las empresas transnacionales que operan en México, destacándose desde su inicio, la industria automotriz instalada en México desde hace 50 años. Hoy México representa más que ayer un apéndice de la economía norteamericana.
Para finalizar, en el caso de México, a partir de esta perspectiva, no es exagerado afirmar que hay por lo menos, 50 años de atraso legislativo en materia económica, sobre todo considerando las condiciones en las que está enfrentando la economía mundial; la legislatura mexicana de 1992, en el 2º trienio de Carlos Salinas de Gortari, realizó cambios muy importantes a la legislación, que seguramente ayudaron a mucha gente, sin embargo, dejó errores jurídicos como puede ser en el Art. 3º Constitucional, al omitir la palabra “obligatoria” para referirse claramente a la educación que imparte el Estado y que debe considerarse la gratuita, pifia jurídica que viene desde 1917; ello ha dejado a medio camino, cambios fundamentales en materia de trabajo, como de derechos de propiedad, que limitan profundamente el desarrollo del capitalismo en México y con ello, el crecimiento del producto, los intercambios, las inversiones, el empleo, la recaudación, en una palabra, el anhelado desarrollo sustentable y self-sustained, tanto para los empresarios y trabajadores nacionales, como para los extranjeros.
I. El Absolutismo.
El que dio Reyes a los hombres, quiso que se les respetase como a sus lugartenientes”
Luis XIV
Si tomamos la biblia, de Casiodoro de Reyna en 1508, como la versión más acabada del nuevo testamento y uno de los aspectos más emblemáticos del soporte ideológico del absolutismo en Occidente, cuya exégesis puede proponerse, (sin mayor propósito que un simple acotamiento), se ubique alrededor del año 325 d. C. cuando el emperador Constantino decretó a la religión cristiana como religión de Estado, poco antes del saqueo de Roma de 410 a 456, en que el rey bárbaro Odacro, depuso al último emperador romano en occidente. 4 Siglos más tarde, después de la irrupción del naciente Islam en el S VII d.C., el apoyo de Carlo Magno, de la dinastía carolingia, Rey Franco y de Lombardía, veló por el desarrollo del cristianismo y fue coronado por el papa el día de navidad del 800, como emperador de los romanos; con ello, se dio la preservación del absolutismo Romano, frente al freno encontrado ante la España musulmana; por ello, las marcas geográficas que impuso al sur como al norte. De ahí hasta la gran crisis que sufre el imperio en Oriente en 1453, con la toma de Constantinopla por los Otomanos, el absolutismo va a perdurar, no sin tropiezos, ya que este hecho, comprometió muy seriamente el futuro de la Europa occidental.
La presión de Europa, tanto del este como del oriente, fue tan fuerte que poco después en 1492, condicionará y explicará la salida de Cristóbal Colón en busca de “una nueva ruta” a las indias, con dirección hacia el poniente, que permitiera acceder en mejores condiciones y precios, al comercio de los codiciados y apreciados productos provenientes de la India, los cuales apetecía un continente aún sin frigorífico, pocas verduras y sin especies. Por H. Pirenne e Ibn Jaldún, sabemos que los sarracenos dirán en voz de Sal ad din: que “los cristianos, no logran poner a flote ni una tabla en el mediterráneo”.
Fin del absolutismo
Seguramente El Príncipe de Nicolás Maquiavelo (1513) obra generada cuando ya era desempleado, por ello, fue dedicada al “magnífico Lorenzo” (de Medici), es la obra insignia, que mejor refleja la experiencia y prácticas del absolutismo de la época, si bien la obra nace en el renacimiento, este, pretendía con los nuevos mecenas, “volver a los clásicos griegos, pero sin la lupa de los medievalistas”, Maquiavelo debe entonces de considerarse, hecha esta precisión, como el último de los pensadores medievales clásicos, su texto puede representar hoy en día un manual medieval de reclutamiento de personal, quizás por ello, a Lorenzo de Medici, de origen griego, no le interesó los servicios del florentino Maquiavelo, ya que los griegos siempre han visto a, los romanos por encima del hombro, a quienes consideran una mala copia de los cásicos griegos.
Fue, sin embargo, La República (1576) de Juan Bodino, obra erudita, monumento macizo de ciencia política y derecho público, la obra más opuesta a El Príncipe, a la que le hace parecer el pasatiempo intrascendente de un desenfado de aficionado,
El primer hito histórico del liberalismo contra la reforma religiosa puede proponerse ser considerado, cuando el monje alemán Martín Lutero, se enfrentó en 1517, a la iglesia católica de Roma , suceso que marca el antecedente fundamental entre 1545 y 1563, del llamado “Concilio de Trento”, en el que se dio la separación del Vaticano en Roma, de las iglesias conocidas como “protestantes” las cuales genéricamente englobó a la Luterana (alemana), Calvinista (francesa y holandesa) y Anglicana (inglesa), por lo que, la Santa Inquisición, se concentrará en la geografía de la riqueza del mundo minero del mercantilismo español y el Nuevo mundo.
El segundo hecho liberal por antonomasia, que vulneró el poder absolutista, se dio en las revoluciones inglesas del 1642 y 1689; los ingleses habían dejado de ser “los mediocres ingleses” con la derrota de “la armada invencible” hacia 1588.
“La Política Sacada de la Santa Escritura”, de Bossuet (1679-1709) es la obra más acabada al servicio del absolutismo y que seguramente epiloga y caracteriza la existencia de éste. Esta obra propunga por la consolidación de las monarquías hereditarias, más de varón a varón y de primogénito a primogénito.
I- El Liberalismo
La decadencia de las reminiscencias feudales, van a ver jaloneadas a partir de 1690 y hasta la gran revolución de 1789, por 4 nombres fundamentales: John Locke (1690), Montesquieu (1748), Rousseau (1762) y Sieyes (1789), que van a preparar el asalto al absolutismo. Por su parte, el mercantilismo, reflejo económico del absolutismo, va a ser derruido por las críticas, primero de los fisiócratas, que “despreciaban las doctrinas mercantilistas que postulaban el enriquecimiento de los reinos por medio del comercio exterior y el atesoramiento de oro y plata” y posteriormente por Adam Smith (1776), quien por su estancia en Francia, conoce de los fisiócratas y escribe más tarde, su obra maestra Introducción sobre la Naturaleza y causas de la riqueza de las Naciones.
Así el cuerpo doctrinario conocido como “liberalismo”, surge en el siglo XVIII, como consecuencia primero de la coyuntura descendente de precios de la minería del siglo XVII-XVIII (Hamilton, Chevalier, Vilar, etc.) , en buena medida explicada por el aumento de la oferta de metales (1686) y de diamantes (1700) aparejados al descubrimiento de la minería brasileña; también, por el aumento en la producción y el comercio que prohijó la revolución del vapor llevando de la mano a su teórico más conocido, Adam Smith; sin embargo, la revolución francesa traerá su aporte en el terreno político. La ciudad, en las zonas templadas, terminará imponiéndole paradigmas al campo, no solo en la Inglaterra de Cronwell o la Francia de Robespierre y Bonaparte, sino también en la independencia de los Estados Unidos con Thomas Jefferson (1743-1826) así como con Abraham Lincoln en la Guerra de Secesión 1860 o la dinastía Meidji en Japón en 1868 ; esta corriente parece recorrer todos los movimientos sociales del siglo XIX, tanto de Europa y Asia como de América; Charles Morazé, no duda en llamar al siglo XIX como “el apogeo de la burguesía”.
El incremento en la producción y en los precios, propios de la revolución industrial a parir de 1750, no trae aparejado un crecimiento en las remuneraciones al factor trabajo, de ahí que Carlos Marx y Federico Engels son en el siglo XIX, una consecuencia lógica de su desenvolvimiento, ellos reivindican esta contradicción y predicen la crisis del capitalismo; pronosticando de alguna manera lo que ha pasado a la a la historia como la gran depresión de 1929-1933, que no destruyó al modo de producción capitalista, pero le hizo evolucionar. Esta crisis, se dio como mencionó Antonio Carrillo Flores, “en medio de guerras proteccionistas de aranceles”, que habrán de cambiar el futuro del mundo y generar nuevas corrientes económicas como fue la de Lord John Maynard Keynes con su Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero (1936), que explicó en occidente la intervención del estado en materia económica. Ya desde el verano de los años 30, están frente a frente a los intervencionistas ingleses, los neoliberales austriacos y monetaristas norteamericanos, como los estructuralistas franceses incluyendo a los marxistas, tratando de descifrar ¿qué es? la crisis inédita que le estaba sucediendo al mundo en ese momento.
II- EL MARXISMO
“No es la conciencia del hombre, lo que determina su realidad social, sino al revés, es la realidad social, la que determina la conciencia del hombre”.
Karl Marx
Carlos Marx 1818-1883, al igual que David Ricardo (1772-1823), tiene en común que fueron grandes economistas y que ambos fueron de origen judío; Ricardo, quien fue hijo de un cambista holandés de origen israelí, se le considera el padre del marginalismo, base de la teoría económica; Carlos, fue hijo de un abogado también de origen judío; fue filósofo, economista y político. Pasó a la historia como materialista, ateo y progresista; a diferencia de muchos de sus predecesores, elaboró su interpretación de los hechos históricos sociales, sobre la base de una triple inspiración: 1) filosófica (Hegel), 2) política (teóricos socialistas franceses) y 3) económica (economía política británica). Fue un producto (1844-1883) de una época en donde la revolución industrial (1750-1936) exacerbó en el mundo enteró la explotación de los trabajadores, el marxismo con el socialismo científico, reivindica esta contradicción en el desarrollo del capitalismo y se vuelve el profeta de su destrucción, el filósofo de la destrucción de los modos de producción.
Por ello el marxismo, homólogamente que Ibn Jaldún en el siglo XIV, en la decadencia de los califatos en España, hace de la “lucha de clases” un principio general de evolución y otorga al proletariado, en lugar de los nómadas Jaldunianos, un papel emancipador de la humanidad por lo que Marx entró en contacto con el mundo obrero y redactó junto con Federico Engels, El Manifiesto Comunista (1848). Fue expulsado de Alemania y luego de Francia, por lo que se refugió en Gran Bretaña, donde sentó las bases de su obra maestra El Capital (1867, el 1er tomo, los otros dos tomos, fueron publicados a su muerte por Federico Engels), determinando con precisión el significado de la mercancía y los inconvenientes de la explotación capitalista (teoría de la plusvalía). En 1864, fue uno de los dirigentes de la I Internacional, a la que dotó de su objetivo primordial: abolir el capitalismo.
“La base determina la superestructura”
Karl Marx
Carlos Marx, no fue autor de un sistema fijado o dogmático; el marxismo, como lo es el confucionismo, remite de hecho a la multiplicidad de las interpretaciones de su obra, escribió además, entre muchas otras obras: La Cuestión Judía (1844); La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845); La Ideología Alemana (1846) Miseria de la Filosofía (1847); El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1851-1852); La España Revolucionaria (1854); Elementos Fundamentales para la Critica de la economía Política (los Grundisse 1857-1858). Crítica de la Economía Política (1859); El Capital (1867); La Guerra Civil en Francia (1871); Crítica del Programa de Gotha (1875).
La Influencia del Clima en la Producción de Plusvalía.
“La cuna del capitalismo no es el clima tropical, con su vegetación exuberante, sino la zona templada”.
Karl Marx
Uno de los aspectos poco conocido, poco utilizado por la mayoría de los marxistas, que me ha tocado conocer, es la Contribución del clima en la producción de la producción de Plusvalía que incorpora K. Marx, en el primer tomo de El Capital , ello es muy importante considerarle, ya que si se omite este aspecto, se tiene una visión diferente de la matriz del materialismo histórico, queda transformado en cuerpo dogmatico y cuasi-mecanicista, provocando una profunda distorsión del marxismo, que le hace parecer una doctrina esquemática, cuando el marxismo se levanta justamente contra ello.
Por ejemplo, la ley económica fundamental de la economía política que reza, “la base determina a la superestructura” parece que queda volando la pregunta ¿Dónde queda el clima: en la base o en la superestructura? Por supuesto que el clima se encuentra en la base de la base y determina la distribución y comportamiento de los recursos naturales no renovables como la minería y el petróleo y renovables como la pesca, las diferentes ganaderías y las vocaciones agrícolas y en general las diferentes especies animales como del mundo forestal.
En los años 60, el estalinismo / maoísmo, imperante en la entonces Escuela de Economía de la UNAM, descartaron el determinismo geográfico y orientaban la discusión para explicar los fenómenos del desarrollo sobre la “lucha de clases”, la discusión, en realidad, debía y debe orientarse considerando la influencia del clima, de otra manera como entender la diferencia de ingresos entre la industria vitivinícola entre los 30ª y los 50ª al norte como al sur, o bien el comportamiento de las regiones cafeticultoras abajo o arriba de los 1000-1500 metros sobre el nivel del mar; o bien, la ganadería o la pesca de las zonas templadas. Curioso, ningún economista se asume como determinista, muy a pasar que la ley económica fundamental a la literalidad lo es; será, se ha dicho, “porque de esa manera su ciencia no funcionaría”. Este desdén por la geografía hizo que la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, desde que se transformó en Facultad en 1974, eliminara del programa de estudios de la licenciatura la materia de geografía, lo que le motivo un gran disgusto entre otros al geógrafo Ángel Bassols Batalla.
De ahí que se ha seleccionado este aspecto, el clima, para incorporarle en esta breve presentación del marxismo, ya que sienta términos de referencia, que serán de gran utilidad al tocar de manera específica, el caso de México.
Marx plantea, que “si el obrero necesita todo su tiempo para producir medios de vida indispensables para su sostenimiento y el de su raza, no le quedará ningún tiempo libre, para trabajar al servicio de otro. A menos que su trabajo haya alcanzado cierto grado de rendimiento, el obrero no gozará de tiempo disponible, y sin tiempo disponible, sobrante, no habrá plusvalía, ni habrá por tanto, capitalistas, tampoco esclavistas, ni barones feudales, como no habría existido, para decirlo en otros términos, la clase de los grandes terratenientes”. “Si el trabajo de cada hombre, sólo bastase para subvenir a su alimento, no podría existir propiedad”.
Añade, “Entre los indios salvajes de América, casi todo lo producido pertenece al obrero. El 99% se abona a la cuenta del trabajo”, Marx, habla aquí indirectamente de las economías de subsistencia, aquellas en donde se consume prácticamente lo que se produce, ahí donde no se producen mercancías, como sucede en más del 60% de las unidades de producción rural “agropecuaria” en México, que seguramente no tiene una vocación agrícola,
“En Inglaterra, el obrero, no percibe seguramente ni dos terceras partes de lo que produce”. Aquí Marx, se refiere a la plusvalía que se apropia el capitalista; lo que en se conoce hoy en día como “economías excedentarias”.
Continúa, “cuanto más reducidas sean las necesidades naturales de indispensable satisfacción y mayores la fecundidad natural del suelo y la bondad del clima, menor será el tiempo de trabajo necesario para la conservación y reproducción del productor, y mayor podrá ser, por consiguiente, el remanente de trabajo entregado a otros después de cubrir con él, sus propias necesidades.
Marx, hablando de los antiguos egipcios, (léase el mundo tropical) escribe Diodoro: es verdaderamente increíble cuán poco esfuerzo y gastos les ocasiona la crianza de sus hijos. La mayoría de los niños van descalzos y desnudos, pues el clima es muy suave. A ningún padre le cuestan más de veinte dracmas criar a un hijo. Así se explica que la población en Egipto, sea tan numerosa, razón por la cual pueden ejecutarse tantas obras grandiosas.
Arrancando de la producción capitalista como factor dado y siempre que las demás condiciones permanezcan invariables y la duración de la jornada de trabajo sea una y fija, la cantidad de y trabajo excedente variará con las condiciones naturales del trabajo y principalmente con la fertilidad del suelo.
El modo de producción capitalista, presupone el dominio del hombre sobre la naturaleza. Una naturaleza demasiado pródiga “lleva al hombre de la mano como a un niño en andaderas”. No le obliga, por imposición natural, a desenvolver sus facultades.
La cuna del capitalismo no es el clima tropical, con su vegetación exuberante, sino la zona templada. La base natural de la división social del trabajo, que mediante los cambios de las condiciones naturales en que vive, sirve al hombre de acicate de sus propias necesidades, capacidades, medios y modos de trabajo, no es la fertilidad absoluta del suelo, sino su diferenciación, la variedad de sus productos naturales.
La bondad de las condiciones naturales no hace más que crear la posibilidad, nunca la realidad del trabajo excedente y, por tanto, de la plusvalía o del plus producto. La diversidad de las condiciones naturales del trabajo hace que la misma cantidad del trabajo satisfaga en distintos países distintas masas de necesidades , y que, por tanto, en condiciones por lo demás análogas, el tiempo de trabajo necesario sea distinto.
Marx concluye al respecto, que “en términos generales, que la cantidad de trabajo indispensable para la subsistencia de un cierto contingente de hombres es mayor en los climas fríos y menor en los climas cálidos; en aquellos, no sólo necesitan los hombres (ahorrar) ir mejor vestidos, sino que, además, el suelo tiene que estar mejor cultivado que en éstos” (An Essay on the Governing Causes of the Natural rate of Interest, Londres, 1750,/p. 60).
El Neoliberalismo
El neoliberalismo si bien tiene antecedentes en el llamado liberalismo del siglo XIX, es un fenómeno ideológico muy joven. Sus cercanos orígenes y su génesis como movimiento intelectual y posteriormente como ideología hegemónica, se remontan a la conclusión de la Segunda Guerra Mundial; es desarrollado a profundidad después de la II Guerra Mundial en Europa y América del Norte entre todos los enemigos del New Deal norteamericano como reacción a la teoría y política del Estado de intervención y de bienestar” planteado por Keynes. Está expuesto por el libro de Friedrich August Von Hayek, Camino de Servidumbre, libro contemporáneo de los Acuerdos de Interguerra de Breton Woods, en 1944.
Cuando las bases del Estado de Bienestar en la Europa de Post guerra se constituían (1947), Hayek invitó a una reunión a quienes pensaban semejante o diferente a él, entre los que se encontraban Milton Friedman, Karl Popper, Lionel Robbins, Ludwig Von Mises, Walter Eupken, Walter Lipman, Michael Polanyi además de otros (Anderson, 1995). En esa reunión se formó la Sociedad de Mont Pélerin, que según Anderson fue una especie de francmasonería que realizó reuniones internacionales cada dos años con el objetivo de combatir el keynesianismo y preparar un capitalismo diferente, principalmente en posibilitar libres reglas para el mercado.
En definitiva, la idea subyacente en esta obra, es reaccionar contra el naciente Estado de Bienestar, en plena formación a lo largo de todo el mundo desarrollado y que aún perdura en las naciones nórdicas, por sus particulares condiciones económicas (superavitarias), culturales y demográficas . De ahí que, se afirma que no es descabellado, considerar al neoliberalismo como una doctrina revolucionaria, ya que en sus comienzos, fue sostenida y difundida solamente por un pequeño círculo de intelectuales, totalmente opuestos a lo que en aquella época, era considerado un patrón indiscutible de desarrollo económico y social.
Esta nueva etapa de la evolución del capitalismo es habitualmente considerada como una nueva etapa histórica, la última fase o escalón más alto de la evolución del pensamiento liberal – capitalista. Entre quienes sostienen este último presupuesto, encontramos a Francis Fukuyama , y su particular concepción del «fin de la historia».
El Consenso de Washington 1989
La crisis es la forma de crecer del capitalismo
Joseph Alois Shumpeter. 1850-1903
Se considera que la síntesis del neoliberalismo, se consolida con el derrumbe del bloque socialista en el año de 1989, es el llamado Consenso de Washington, que fue formulado por el economista John Williamson, del Institute for International Economics en 1989, dicho consenso recopila muchas de las acciones observadas desde los años 70 en el mundo capitalista, de manera particular en América Latina, es importante conocer las recomendaciones para poder valorar las expresiones que pululan contra dicho consenso.
Recomendaciones del Consenso de Washington
Comentarios
1.- Los países deben de tener disciplina fiscal.
El desorden fiscal es un problema estructural en los países que se encuentran predominantemente en la región localizada entre los trópicos. El déficit fiscal, no es un problema que nada más afecte a los países tropicales, pero es donde con mayor frecuencia incide su presencia.
2.- Se debe de dar importancia a la contención de la inflación.
La inflación es un impuesto oculto, donde la mayor incidencia se presenta en los sectores de ingresos bajos y fijos. En México, se ha logrado contener la inflación, (después de alrededor de 20 años de descontrol), desde mediados de los años 90, a través del mantenimiento de un tipo de cambio estable, que ha terminado sobrevaluándose frente a los cambios internacionales en el sistema de flotación establecido en EU desde 1971.
3.- Reducción del Gasto Público.
Aquí se está frente a la opción de gastar menos y mejor; donde la utilidad social tenga sus mejores dividendos y sea menos cuestionable el destino del gasto, donde no se privilegia a clientelas o grupos específicos.
4.- Buscar una tasa de interés positiva.
Esto solo puede lograrse, solo, si se controla la inflación, como se señala en el punto 2. Es en automático, un estimulo al ahorro, que puede promover el crecimiento.
5.- Reforma Tributaria
En México, la reforma tributaria se ha aplazado cerca de 50 años, desde el año de 1961. Los economistas mexicanos con mayor influencia de la época como Víctor L. Urquidi, Antonio Ortiz Mena y Raúl Salinas Lozano, recomendaron la “utilización del ahorro externo” para impulsar el desarrollo del estado de bienestar en México.
La oferta de créditos externos del ALPRO y luego del boom petrolero, permitieron que la deuda pública pasara del 0.15% en 1961 a 90% en 1987. El fin de estado de bienestar en México, no se puede entender si no se tienen estas referencias.
El aplazamiento de la reforma tributaria que afecte con el impuesto predial a la propiedad rural, es uno de los grandes rezagos que ha afectado al desarrollo de la infraestructura de riego en el país. Las exenciones y tratamientos especiales tienen una gran discrecionalidad, por lo que los sectores laborales con ingresos fijos y bajos son los que mas aportan a la recaudación que se ha dicho, no supera el 12% en 2009.
6.- Un tipo de cambio que favorezca a las exportaciones.
En México, el tipo de cambio desde 1946, ha sido permanentemente sobrevaluado, de allí que los déficits comerciales sean un hecho recurrente, por lo que de manera frecuente se han requerido de ajustes en el tipo de cambio. Un tipo de cambio que favorezca a las exportaciones, debe ser un tipo de cambio que evite la sobrevaluiación, se convierte en la mejor defensa para las exportaciones y el empleo en un mundo globalizado.
7.- Liberación de las importaciones.
En México, se han liberado con el TLC en 1994, las importaciones con un tipo de cambio sobrevaluado, ello explica, parcialmente, por que la economía mexicana no crece y mantiene una alta tasa de desempleo, amén de una baja recaudación y un muy bajo nivel del contenido nacional en las exportaciones.
8.- Dar toda clase de facilidades a la inversión extranjera productiva.
Esta recomendación ve en ello, la sustitución del ahorro externo, vía inversión y no vía deuda externa.
La inversión pública, continúa corriendo riesgos, que deberían de ser asumidos por la inversión privada. Ello representa un gran costo social y un estado en donde existe lucha de clases en el seno de la propia clase obrera, como pudo presentarse en la URSS antes de su derrumbe.
9.- Privatizar las empresas públicas.
Ello en aras de mejorar la hacienda pública, promoviendo la modernización de la planta productiva, el mantenimiento del empleo y el superávit fiscal.
10.- Desregulación.
Es decir eliminar trabas para la instalación de inversiones nuevas y necesarias para el crecimiento del empleo, del producto y de la recaudación.
Como se puede apreciar, no es correcto decir que el Consenso de Washington (que pareciese se deja oír como Complot contra México) se haya implantado en América Latina; las recomendaciones del Consenso, han sido aplicadas de manera muy errática, limitada, se puede decir “a modo”, con una gran corrupción y de manera errónea, como puede ser el caso de Inglaterra, donde se apoyó la venta de empresas públicas a hijos del primer ministro Margaret Thatcher. Argentina, amarró constitucionalmente el tipo de cambio al dólar con el presidente Carlos Saúl Menem, generando una de las crisis más grandes de la economía argentina, En México, la venta de la compañía TELMEX en condiciones ventajosas para el adquiriente y prácticamente a crédito, ha permitido a Carlos Slim, llegar a ser el hombre más rico del mundo.
Conclusión:
En ninguna sociedad nunca han sido suficientes los recursos del
sector adinerado, para volver dinámica una economía estática; el
financiamiento siempre ha provenido del ahorro interno.
Wyn F Owen.
La doble exacción a la agricultura en el desarrollo
En el caso de México, la venta de las telecomunicaciones y la forma en la que se realizó puso de manifiesto situaciones que han generado controversias llenas de perspicacia, frente a la aparición de nuevos ricos, muy ricos; la permanencia de ambigüedades en la Constitución (Art. 3º), la falta de seguridad en los derechos de propiedad (Art. 27), de manera particular, aunque no exclusiva, en el medio rural, tienen una contribución importante en el atraso y estancamiento que presenta la economía nacional, su baja recaudación, su falta de dinamismo.
La larga frontera con el mayor consumidor de drogas del mundo, aunado a la permanencia de la pobreza del medio rural, ofrece la base social, en opinión del Presidente del Tribunal Agrario, para que en un 33% del territorio nacional, se sostenga la presencia de narcotráfico
No comparto la opinión de los profesores Calva y Huerta de que “la entrada en México del neoliberalismo en 1983, explica la caída del producto bruto interno, ya que en 1983, se descubrió petróleo en el mar del norte y cayó el precio del crudo mexicano, como del consumo interno, ya que había que exportar y pagar en divisas, no había para donde hacerse y ello, coincidió con una crisis fiscal que obligó la salida del Estado de Bienestar o welfare . Había que reducir el gasto por el crecimiento exponencial de los intereses, y el aumento de desempleo, comparado con el período precedente 1961-1982, en que las estadísticas (braceros aparte) no registran desempleo abierto, sino hasta 1985, en que llegó el SIDA (sin empleo después de agosto…).
El estancamiento observado en la economía como a las grandes dificultades en la creación de empleos; más bien es un efecto de la permanencia de paradigmas propios del estado de bienestar, financiados a crédito y con recursos del petróleo, que vienen de antes de los años 60 en un entramado institucional muy complejo, donde el poder legislativo parece estar impedido en la actualidad para modificar, conforme al juego de poder que se da, entre los partidos políticos, en su lucha por el poder, como de su pervivencia. La evidencia de las alianzas de partido, hacen ver que la ideología es lo de menos, la toma del poder es lo único que está en juego.
El nivel de violencia que se da en México, no debe de pasar desapercibido o desligado de los problemas aquí mencionados. La nueva clase política que se está gestando en México, sin lugar a dudas tiene un contenido violento y de alguna manera ligada al narcotráfico. Ya está afectando las relaciones internacionales, particularmente con la frontera con EU; la expulsión de migrantes a EU, ello, por la incapacidad de la economía mexicana para crecer y poder darles abrigo y esperanzas a los llamados “nini´s” (jóvenes que ni estudian, ni trabajan), así como a quienes han estudiado pero en la práctica, no sirven para trabajar ni en servicios no especializados.
Lo obsoleto del financiamiento del “modelo de desarrollo del bienestar” en México, como su inviabilidad financiera y su neo institucionalismo, los fracasos de la revolución mexicana en el medio rural (propiedades inembargables e imprescriptibles…), como en la educación que atiende más a criterios de asistencia social que de ciencia y tecnología, se presentan como verdaderos anacronismos, si no, disparates del mundo actual; representan un callejón sin salida para la viabilidad financiera del país, que hoy está afectando al conjunto nacional, a las mayorías. .

Los accidentes naturales y ecológicos de la última década, los derrames y fracturas petroleras como la de British Petroleum, accidentes nucleares, tsunamis, terremotos, inundaciones, guerras, epidemias, y una demografía desbordada auspiciada por un estado de bienestar financiado a crédito; el rezago en la infraestructura urbana, crisis en el transporte urbano (colapso automovilístico en las ciudades más importantes), crisis electorales en el 2010,(Oaxaca, Puebla y Sinaloa) no son solo, el prolegómeno de las elecciones en México del 2010-2012, sino también, de la siguiente década.