Palabras de Pablo González Casanova en el seminario Planeta Tierra: movimientos antisistémicos en el Cideci, Chiapas, el 1º de enero de 2013

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Otra política, muy otra: los zapatistas del siglo XXI

 

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Niños desplazados en 1996 de la comunidad Jesús Carranza, captados el 10 de septiembre de 2001 en la comunidad de San Marcos, municipio chiapaneco de SabanillaFoto Francisco Olvera
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Una tzotzil recibe a los asistentes al Encuentro Latinoamericano por la Verdad y la Justicia, el 13 de noviembre de 2008, en Acteal, ChiapasFoto Moysés Zúñiga Santiago
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Pablo González Casanova, cuando asisitió al primer Coloquio Internacional in memoriam Andrés Aubry, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en diciembre de 2007Foto Víctor Camacho
Pablo González Casanova
Periódico La Jornada
Sábado 26 de enero de 2013, p. 2

En primer lugar, propongo que enviemos un mensaje de solidaridad al extraordinario comunicado que publicaron el 30 de diciembre el Comité Clandestino Revolucionario Indígena y la Comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Es un documento de enorme importancia.

Al venir aquí estaba pensando cómo se vincula su sentido a los cambios que ha habido en este tipo de encuentros. Los cambios se han dado en varios sentidos, particularmente en el énfasis cada vez mayor que se está poniendo en la categoría de capitalismo corporativo. Es una categoría que nos permite un análisis mucho más profundo y preciso que la categoría del poder desvinculada del poder del gran capital, y sin articulación con el complejo empresarial, militar, político y mediático, que maneja un proceso mundial llamado globalización.

Por otra parte, me vino nuevamente al pensamiento lo mucho que he aprendido oyendo las reflexiones de los compañeros, producto de la memoria de sus luchas, de la práctica de sus teorías y del encuentro con las que vienen de los movimientos de liberación y emancipación de otros mundos, en particular del mundo occidental, pero también de África y Asia, así como de las luchas de liberación en los años sesenta y setenta en América Latina.

Al llegar aquí me pareció interesante destacar también cómo los zapatistas han enriquecido y precisado el discurso de lo uno y lo diverso, de lo constante y lo cambiante en la historia y la geografía activa y cognitiva. Esas fueron algunas de mis rememoraciones. Pero hace unos momentos pensé que era importante preguntar a un compañero tzotzil: ¿Cómo leyeron el comunicado? Porque cada uno de nosotros lo leyó e interpretó de una manera determinada o predeterminada. Lo que contestó me ayuda a darme cuenta que uno lee de una manera que se puede enriquecer con la manera de lo que otros leen.

El hermano tzotzil me respondió: “No lo leímos como si nos dijera ‘¿quién eres?’, sino ‘¿cómo te vas a ver en este mundo de diferencias y que no es en todo diferente?’ Como si nos dijera: tenemos que encontrarnos y que actuar juntos. Su respuesta se relacionó con algo que vi en el comunicado: el vínculo más estrecho que se proponen los zapatistas con la organización nacional de los pueblos indígenas, así como el intento de aumentar los vínculos con los adherentes a su movimiento, y también de ampliarlos y fortalecerlos con otros movimientos sociales de México y el mundo.

El comunicado y la respuesta del hermano tzotzil me permitieron replantear el problema de que les quiero hablar brevemente.

Ésta es la oportunidad para pensar y organizar una inmensa Red de Colectivos en Defensa del Territorio, y de la Tierra –y de la tierra con t minúscula y con T mayúscula. Es una tarea fundamental, si se piensa en la otra política desde abajo y desde la izquierda, y si pensamos en la dialéctica de las necesidades inmediatas, en que éstas muchas veces frenan o se oponen a las grandes luchas de largo plazo –que las organizaciones de los pueblos más oprimidos logran superar cuando ven cómo les quitan tierras y territorios y la posibilidad misma de vivir.

Hay muchos pueblos en los que se juntan los proyectos inmediatos y los de largo plazo, circunstancia que de una manera u otra los lleva a crear, con la junta de las viejas y las nuevas resistencias y combates, una nueva política –muy nueva– que escapa a la vieja alternativa de reforma o revolución.

En realidad su planteamiento político corresponde a una creación histórica tan nueva que es difícil de entender por quienes viven el presente como si fuera el pasado. El problema no es exclusivo de quienes están movidos por un pensamiento conservador, sino de aquellos que, viniendo del comunismo, de la socialdemocracia o del nacionalismo revolucionario, están acostumbrados a hacer política de partidos electorales, política institucional al estilo del siglo XX.

La posibilidad de crear una Organización Mundial en Defensa del Territorio y de las tierras y la Tierra constituye la posibilidad de enfrentar una política cuyos poderosos dirigentes se están yendo en los hechos a la extrema derecha del capital corporativo y de los complejos empresariales, militares, mediáticos y políticos, mientras la izquierda electoral ha dejado de ofrecer lo que antes ofrecía, o hace ofrecimientos que no cumple, porque no tiene la menor fuerza para cumplir, ni para construir la necesaria fuerza que exige un programa mínimo –efectivo– contra el neoliberalismo y la globalización.

La creación histórica de los nuevos movimientos sociales de los despojados, desregulados, subrogados, se enfrenta a una política de recolonización del mundo por los complejos empresariales militares, políticos y mediáticos, que usan dos elementos del poder: la propiedad y la fuerza; el dominio y la soberanía, el poder de compra del propietario y el imperio del poderoso, la megaprivatización como despojo legalizado de naciones y sociedades, y una conquista del mundo legalizada y disimulada que se apoya en las fuerzas militares y financieras y en los políticos, aliados, subordinados y coludidos o cooptados.

Privatización y ocupación financiera y militar de estados y mercados son dos medidas, de que el capital corporativo y sus complejos se valen para ocupar –como propietarios, acreedores o como colonizadores liberadores que en tiempos pasados se llaman civilizadores. Entre los países privatizados incluyen a sus propios países sede y, por supuesto, al resto del mundo. Con las más variadas medidas financieras, militares, mediáticas han refuncionalizado o anulado numerosos intentos de reforma al capitalismo o de revolución frente al capitalismo.

La refuncionalización de los estados-nación y de los sistemas políticos es tal, que los han destrozado en sus estructuras y organizaciones, en sus sentidos de la vida pública y en sus antiguas luchas, programas y medidas que entre crecientes contradicciones buscaban por lo menos algo del interés general y el bien común. Hoy con el gobernar convertido en gobernanza facilitadora de las megaempresas siguen destrozando, sometiendo y desmantelando de tal manera a los pueblos que cualquier crítico mínimo del actual sistema de dominación y acumulación capitalista no puede seguir pensando y actuando como antes.

Un deseo mínimo de saber en qué mundo vivimos nos lleva hoy a registrar en nuestros conceptos y nuestra conducta que el capitalismo corporativo y sus complejos están destruyendo cada vez más las mediaciones que les resultaban útiles en la posguerra, a las que dieron un fuerte impulso con el fin político de vencer al bloque soviético y chino, y con el económico de aumentar la demanda agregada mediante el desarrollo estabilizador de la producción, los servicios y el consumo, nacionales, públicos y sociales.

Las mediaciones destruidas y en proceso de destrucción por el neoliberalismo y la globalización contribuyeron a debilitar y acabar con distintos proyectos de las fuerzas emancipadoras. Muchas de éstas pensaban lograr el socialismo y la democracia a través de reformas. Sus partidarios defendían ideologías y programas cuya efectividad se comprobaba con el Estado social y el desarrollista. Sus partidarios pensaban que por ese camino podían alcanzar lo que otros seguían planteando como la revolución necesaria, al estilo del 48 del siglo XIX, o como la había planteado Lenin al vincular la lucha de los trabajadores con la lucha contra el capital monopólico e imperialismo en una revolución armada concebida como parte de la revolución mundial.

Las restructuraciones y refuncionalizaciones impuestas por las fuerzas hoy dominantes fueron limitando la política de partidos electorales y parlamentarios hasta suplantar la política de reformas con la de contrarreformas llamadas reformas, y la guerra de contrainsurgencia con la guerra de recolonización, llamada de globalización.

Mientras gran número de las fuerzas progresistas continuaron en la lucha legal y parlamentaria, buen número de los movimientos opositores optaron por la vía armada. En todo caso la acumulación de fuerzas electorales por los partidos logró subsistir hasta hoy, y predominar en las corrientes socialistas y comunistas, y lo hizo y sigue haciendo cuando cada vez están más privadas de sus programas y doctrinas y no defienden ninguno mínimamente coherente en las palabras y los hechos.

Los antecedentes y evolución de este proceso son conocidos. La revolución de principios del siglo XX no estalló en los países hegemónicos del mundo capitalista y llegó cuando la mayoría de los partidos comunistas, en general los prosoviéticos, decidieron luchar como partidos políticos con dos objetivos: el de acumulación de fuerzas y el de incrementar la solidaridad con los países del bloque soviético. En esas circunstancias, las corporaciones y complejos combinaron cada vez más la inmediación violenta con la mediación y mediatización política de sus enemigos de la guerra fría. Durante décadas permitieron o se vieron obligados a permitir el desarrollo estabilizador, junto con la descolonización formal de parte de África, Medio Oriente y los países árabes. Así actuaron hasta que, desde los años sesenta, se inició la gran crisis recurrente y sistémica que una y otra vez dan por superada, lo que en los hechos revela ser del todo falso.

En el curso de la prolongada crisis la posición hegemónica de las corporaciones consistió en abandonar las políticas anticíclicas del Estado social y en pasar al adelgazamiento, desmantelamiento, refuncionalización y recolonización del propio Estado metropolitano y de los estados periféricos.

El capital corporativo impuso políticas financieras, políticas militares, ideológicas, económicas, sociales, educativas, culturales, ecológicas, así como empresariales de dominación y apropiación de estados y mercados. Combinó y perfeccionó las viejas armas combinadas de la represión y la corrupción y dio un salto en sus organizaciones monopolistas para su integración en complejos militares-empresariales-políticos y mediáticos. Buscando dar la máxima efectividad posible a sus megaorganizaciones, recurrió a las nuevas técnicas y ciencias electrónicas, digitales, cibernéticas, altamente funcionales a la organización de sus políticas de expansión global.

La magna organización mundial del capital corporativo y de los complejos empresariales militares les permitió dominar a un mundo que paradójicamente se volvió cada vez más irracional en el inmenso entorno o contexto en que opera, efecto llamado lateral en un mundo al que sus expertos consideran siempre como externalidades, las que en el mejor de los casos sólo se analizan para mejor desarmarlas, dominarlas y explotarlas.

Con la gran crisis de las mediaciones del Estado anterior, los partidos políticos dejaron de distinguirse claramente en programas y políticas, y todos o casi todos actuaron al mismo son. El menosmalismo, como lógica política hegemónica, se impuso en situaciones cada vez peores. Y con la restauración del capitalismo, tanto en el bloque soviético como en el chino las teorías de la revolución y –también– las de la acumulación de fuerzas comunistas, socialistas y socialdemócratas se llegaron a olvidar completamente. Se impuso la lógica de juntar fuerzas a como dé lugar, de limitarse a ganar votos con cuanto partido se pudiera y de reclutar ciudadanos con la meta de lograr puestos de representación popular, que cada vez fueron menos representativos y llegaron a ser nada populares.

Semejante lógica y sus beneficiarios dominaron la subcultura de la inmensa mayoría de la clase política. A esa lógica se aferraron también quienes venían del nacionalismo revolucionario y ya lo habían abandonado con el desarrollismo, así como la mayoría de la nueva izquierda del 68 que los había enjuiciado y que al madurar y podrirse se comportaría como ellos, en triste transformación.

Hoy tenemos, en primer término, que darnos cuenta de que tres grandes corrientes del pensamiento revolucionario, que querían lograr la democracia y el socialismo mediante la revolución, han sido prácticamente anuladas. Muchos de sus integrantes muestran no sólo cierta incapacidad crítica para organizar un proceso de acumulación de fuerzas contra el capitalismo corporativo, lo que se confirma leyendo y oyendo sus programas, sus discursos, sus discusiones, sus enfados. Muchos descendientes de la antigua y de la nueva izquierda, en una inmensa mayoría, ya ni siquiera plantean una política contra el neoliberalismo.

Ante semejante crisis de la autollamada izquierda surge un nuevo movimiento que cambia la geometría política, y que, en México y el mundo, encabezan los zapatistas al enarbolar la bandera de la soberanía nacional, el rojo y negro de la lucha internacional, y las metas emancipadoras que ellos redefinen tanto en las palabras como en los hechos, al clamor de libertad, democracia, justicia. Para aclarar su posición, la geometría política de los zapatistas ya no sólo tiene centro, derecha e izquierda, sino abajo y arriba. Con ella quieren indicar que están a la izquierda con los de abajo. Pero, además, su geometría no es sólo bidimensional. En la práctica es una geometría móvil con redes y entramados de colectividades y colectivos presentes y a distancia, unos descentralizados y autónomos; otros –como el ejército defensivo, integrado alternativamente, por todos los comuneros–, con facultades autónomas para ciertas acciones que se les señalan y que pueblo y ejército respetan con una gran disciplina, y con conciencia de que son el pueblo del ejército y que con su ejército-como comunidad se protege de las invasiones, inundaciones, quemas, crímenes y despojos de que sin éste como fuerza defensiva sería fácil víctima.

Las redes de colectivos y colectividades no sólo son redes de comunicación, sino de acción y también de información y diálogo. La mayoría de ellas está entregada a la cooperación para la producción, para la distribución, para los servicios de alimentación, salud, educación, construcción de infraestructuras y viviendas, cultura.

En esas redes los conceptos se definen con actos y también con palabras, lo que fortalece a unas y otras. En palabras y actos aparece la otra democracia, muy otra, la otra justicia muy otra, la libertad practicada con el saber de los pueblos que hoy combinan las técnicas digitales y cibernéticas con las tradicionales. El proyecto está muy lejos de ser primitivo o aldeano: es solidario, patriótico y humano. Nace en un momento histórico en que el gran capital ha ampliado lo no negociable, esa expresión que de hecho expresa la dictadura del capital y en ésta su objetivo invariable de recolonizar el mundo, con la combinación de políticas de represión, corrupción y enajenación mental, sentimental y volitiva. El complejo y tecnocrático proyecto está provocando esa otra crisis de dominación y acumulación en que el mundo vive, y a la que los expertos y sus superiores responden con proyectos de espectro amplio de corrupción y represión, de confusión y terror, que perfeccionan las guerras llamadas por el Pentágono de espectro amplio.

La guerra y crisis de espectro amplio incluye mucho más que las guerras y crisis financieras y económicas. No corresponde a una crisis coyuntural que se vaya a resolver en uno o dos años, como dicen muchos gobernantes –que constantemente se están equivocando–. Enfrenta y vive una crisis que no es cíclica, no es de corta duración, ni siquiera de larga duración. Es una crisis del modo de dominación y acumulación llamado capitalista, movido por la maximización de utilidades y la minimización de riesgos. Y aun es más: es una crisis de civilización que con las ciudades mercantiles, usureras e industriales, desde el siglo XIV empezó a construir una sociedad, una economía, una política, una cultura, una ecología y una ciencia que hoy están en un estado de crisis tan desastrosa para la humanidad y para ellos mismos que hasta se enceguecen ante los horrores que causan y ante los peligros que corren por su sevicia y su codicia desenfrenadas, los que con un improvisado fanatismo atribuyen a un orden darwinista y hasta divino muy parecido al racismo genocida de los nazis, pero mucho más sofisticado con su inclusión de negros, latinos y mahometanos en el gobierno de las televisiones y acciones de exterminio que presenta a esos pueblos como fanáticos, débiles mentales, corrompidos y terroristas.

No ver lo que ocurre ni entender que sus causas se hallan en el actual modo de dominación y acumulación es el más grave yerro de las ciencias hegemónicas. La contribución a la inadvertencia del mundo realmente existente y sus causas no sólo se da en la en econometría y en las ciencias de la opción racional –disciplinas dedicadas a maximizar las utilidades y minimizar los riesgos del capital corporativo–, sino en todas las ciencias de la materia, de la vida y de la humanidad que ocultan y se ocultan las hazañas que sus superiores realizan bajo nuevas y viejas formas de depredación, de ocupación de territorios, de violación de derechos nacionales e internacionales, naturales y humanos, sino en las formas de que se sirven para ocultar la irracionalidad de un sistema que hace sufrir –sin la menor duda– a la inmensa mayoría de la humanidad y que amenaza la existencia de toda la humanidad. De que hechos y efectos están comprobados no hay duda, como no la hay tampoco de sus causas. Ambos se ocultan sistemáticamente.

En realidad vivimos una crisis que no siempre alcanzamos a entender porque es la crisis de una era y el nacimiento de otra. En nuestra práctica de la teoría no teníamos los elementos mínimos para pensar en el futuro de una historia mundial que nos llevó a la restauración del capitalismo. El error fue gravísimo para muchos de nosotros. Nunca penamos que esfuerzos como los de Lenin y Mao iban a acabar en el desastre en que han acabado, ni que el heroico pueblo de Vietnam iba a terminar donde terminó.

Si, por otra parte, vemos este desenlace de evoluciones y revoluciones como enseñanzas, advertimos que por fortuna hay nuevas formas de plantear los problemas y las alternativas para construir un mundo que deje de ser injusto y autodestructivo. Estas nuevas formas, en sus manifestaciones más positivas y creadoras, guardan memoria de sus experiencias anteriores de emancipación; de las que tuvieron éxito y deben impulsarse y de las que implicaron fracasos que hoy se pueden evitar. También enfrentan nuevos y crueles asedios y despojos de corporaciones y complejos. Si son millones los que sufren la ofensiva de la globalización depredadora, privatizadora, y desnacionalizadora, también se cuentan así los nuevos movimientos de resistencia de campesinos, trabajadores, empleados y pueblos. Muchos enfrentan las políticas de despojo de tierras de labor y recursos naturales, de pérdida de derechos laborales, sociales, políticos, educativos y culturales, o de territorios enteros desertificados, deforestados o invadidos por las compañías y sus fuerzas de choque paramilitares, criminales y policiales. Todos, en mayor o menor medida, sufren las políticas de descrecimiento del consumo, de descrecimiento que deja sin empleo, sin techo y sin pan a un número creciente de los sectores medios y bajos. Muchos son víctimas de la caída de la producción nacional y social a que dieron y dan traste corporaciones y complejos con las nuevas políticas de descrecimiento industrial y tecnológico social y nacional, y con la cesión obligada, negociada y corrompida de recursos y mercados a las grandes empresas y sus asociados y subrogados que se encargan de enganchar a los miserables, depauperados, despojados, desplazados, desempleados, desaparecidos, secuestrados, migrantes, sin papeles, sobrevivientes, a los que levantan y venden o emplean como esclavos, asalariados de sudaderos y prostíbulos listos para ser eliminados y enterrados en fosas comunes cuando ya no pueden o no quieren servir. Si semejantes atropellos generan mundos de terror global, también van generando –en medio del dolor que se alcanza a resistir y de la superación del miedo, que se llama rabia y valor, o coraje– nuevas respuestas que por encima de las tradicionales o meramente críticas no sólo están creando formas de lucha mucho más efectivas para resistir, sino formas de resistencia y de organización más efectivas para construir y preservar la libertad, la justicia, la democracia, la autonomía, la independencia, la fraternidad con los semejantes y con los diferentes, en religión o ideología, en cultura, nacionalidad o etnia.

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Marcha de bases de apoyo al EZLN, el 21 de diciembre pasado en San Cristóbal de las Casas, ChiapasFoto Víctor Camacho

Entre los nuevos movimientos destacan los de las comunidades que han enfrentado durante siglos las políticas de colonización y hoy enfrentan las de privatización como recolonización. A esos movimientos que vienen desde muy muy abajo se añaden los de esa nueva categoría política y revolucionaria que es la juventud.

Las luchas de la juventud sin educación, sin empleo y sin futuro, más temprano que tarde descubren su inmenso peso cuando articulan sus luchas estudiantiles y juveniles con las demás fuerzas emancipadoras y con metas y programas mínimos de organizaciones en red y de colectivos y colectividades.

Los nuevos movimientos emancipadores se distinguen también porque en muchos de ellos están mezclados quienes poseen distintos niveles de educación y distintas experiencias de lucha. Es de ver y no creer cómo combinan y enriquecen sus conocimientos y experiencias para alcanzar objetivos comunes.

Entre esos nuevos movimientos –a escala mundial– destaca el que tiene su origen en una región del mundo que está en el sureste mexicano y que ocupan los antiguos pueblos mayas. En esa región del mundo nació, a fines del siglo XX, un proyecto universal que, desde el principio, fue un proyecto que en la diversidad encontró la unidad, y en la variedad los objetivos comunes de la emancipación humana. El movimiento no se planteó una nueva política asistencial, indianista o indigenista. En el curso de su gestación se fue planteando cada vez más un proyecto dispuesto a defender su transición pacífica para organizar, en el propio movimiento, la sociedad a que sus habitantes aspiraban, y una política mínima de la resistencia para vivir, para defender el territorio, la tierra, el agua, el bosque y la vida, sin limitarse a un concepto aldeano, ni sólo maya ni sólo nacional, y reclamando los derechos a la autonomía de sus comunidades al tiempo que se organiza en éstas el poder de decisión de sus pueblos, que son los que mandan a quienes de entre ellos comisionan o son comisionados en tareas determinadas, sin abandonar todo el tiempo o para siempre las tareas agrícolas, artesanales o caseras, sino volviendo a ellas cada vez que su comisión termina o en el tiempo que la comisión lo permite.

Según el último comunicado, los compañeros y hermanos zapatistas han logrado –en medio de asedios– que en su territorio los niños tengan escuela, los enfermos medicina y hospital, y todos sus habitantes, lo mínimo necesario para vivir. Han logrado que en su territorio no haya narcotráfico ni alcoholismo, ni esa inseguridad genocida que con la corrupción individual y colectiva ataca aquí y allá en el resto del país y el mundo.

En los hechos, los zapatistas confirman que el suyo es un nuevo proyecto de emancipación, construida, que no sólo difiere de movimientos anteriores, como el de Lenin o el de Mao, sino también de otros, como la mayoría de las guerrillas de los años sesenta y setenta.

El gigantesco y modesto éxito de los pequeños entre los pequeños induce a pensar a un nivel mundial en la historia reciente de los éxitos y fracasos de la transición a lo que hoy llamamos otro mundo posible. Al caer el inmenso bloque soviético y chino y restaurarse en esos países el capitalismo con sus contradicciones estatales, empresariales, mercantiles, sociales y ecológicas, una pequeña isla llamada Cuba, que tenía 7 millones de habitantes al empezar su revolución, está allí entera, luchando por el socialismo y la libertad. Podemos pensar que la resistencia de Cuba es un milagro, pero si nos limitamos a un análisis político, tenemos que preguntarnos qué ocurrió en esa pequeña isla, que sigue resistiendo a la potencia imperialista más poderosa y agresiva del mundo.

Debe haber algo. Por más que han sufrido en su contra las campañas más espantosas, padecido un cruel bloqueo, que ya dura más de medio siglo, y enfrentando cuanto tipo de intervenciones legales y criminales existe en la historia del colonialismo, este algo que hay en Cuba muestra ser una mezcla de la enorme cultura de la lucha por la independencia y de la lucha de clases, pero de otra lucha por la independencia y otra lucha de clases… Ya Toussant L’Ouverture, y su hazaña de los esclavos insurgentes en Haití, demostró, en medio de la tragedia, que el esclavo que se libera en un país colonial no se libera, pues siempre vienen los ejércitos de los napoleones a acabar con el proyecto liberador del esclavo.

El mismo problema se plantea a otra escala, no sólo en las comunidades de origen indígena de la primera conquista, sino en las comunidades nacionales: el problema de combinar las luchas de las comunidades por la autonomía con las luchas por la independencia de las naciones. Pues ni unas ni otras se liberan si no se juntan.

En el caso de Cuba, la solución aparece en la conjunción muy seria y profunda de Marx y de Martí. Así como los zapatistas toman la palabra y el concepto de dignidad como forma de enfrentarse a la dictadura del poder, así los cubanos dan a la moral un sentido político de organización de la resistencia y de moral de lucha que integra la articulación, cooperación, solidaridad, fraternidad o de hermandad practicadas, que no se queda en un decir, que no se queda en la moralina de la que hablaba Benedetti, sino que se vuelve una realidad capaz de enfrentar sus propias contradicciones y las que activa el enemigo.

La gente que en política no tiene esta práctica de la moral cree que todo esto son tonteras, o que nada más estamos hablando. Pero ahí está una realidad que no podemos ignorar… La moral de la lucha por la independencia organizada con la lucha de clases y con la lucha por el socialismo y la libertad. Y, volviendo a nuestro tema y su situación actual, advertimos cómo al abrirse y articularse a la diversidad del mundo y de México, como lo acaba de hacer el movimiento zapatista, tenemos que plantearnos el problema de las resistencias frente a la nueva ofensiva de cooptación, corrupción e intimidación de las corporaciones y complejos y de sus asociados y subordinados. Si éstos durante un tiempo privilegiarán el diálogo para la cooptación, no por sus dulces voces dejarán de tener escondido un gran garrote, como dijo aquél. Mantener la dignidad con la capacidad de diálogo y la firmeza con la capacidad de lucha emancipadora será crucial.

Por las experiencias anteriores vamos también a confirmar que, aparte de las características de recolonización del mundo que muestra el capitalismo, su crisis va acompañada de una crisis de la moneda, del salario, del crédito y del modo de acumulación. Con eso no quiero decir que vaya a otro modo de acumulación, o que se va a repetir lo que ocurrió en crisis anteriores, sino muestra una y otra vez su tendencia a las políticas de depredación, depauperación, privatización, desnacionalización, que por sentido común enajenado están llevando a los ejecutivos de corporaciones y a los ejecutivos de gobiernos a posiciones cada vez más agresivas, corruptoras, privatizadoras y desreguladoras…

En crisis anteriores también existió una combinación de los modos de acumulación depredadora con los modos de acumulación salarial. La depredación o la explotación de colonias, la ocupación de territorios y países enteros se hizo en crisis anteriores. Ahora es mucho más serio que se haga porque la contradicción entre el modo de dominación y acumulación capitalista enfrenta una crisis de sus propias soluciones.

Por una parte está en crisis el proyecto del imperialismo único o dominante que durante un tiempo tuvo Estados Unidos. Ese proyecto falló –como lo ha analizado y demostrado Wallerstein– y está en crisis irreversible. Se están formando dos bloques, informes todavía, pero uno y otro manejados por aquello que Roosevelt temía mucho. El presidente Roosevelt dijo alguna vez: Le temo más a los negocios organizados que al crimen organizado. Se quedó corto, porque ahora se juntó el negocio organizado con el crimen organizado.

Todo revela una crisis muy fuerte que no sólo se da en Estados Unidos o Europa, sino en Rusia y en China, cuya capacidad de producción es inmensa y cuya capacidad de destrucción también es fatal. En la teoría del Pentágono se habló desde los cuarentas de la guerra atómica como guerra de destrucción mutua asegurada. No se trataba de una doctrina como algunos de sus expertos pretenden hoy era y es un hecho. Ya era un hecho entonces y es mucho peor ahora. Si se ha dejado de hablar del mismo no es porque sea menor, sino porque es peor. Hace más de medio siglo las bombas atómicas fueron superadas en su poder letal por las nucleares, y en todo este tiempo se mejoraron los sistemas de lanzamiento terrestre y extraterrestre, aéreo y marítimo, así como los mecanismos autodirigidos. Y no sólo proliferaron las bombas en tierras, cielos y mares, sino en el número de países que disponen de ellas, y en el tamaño cada vez más pequeño a que las nuevas tecnologías han contribuido.

Si la producción para una guerra nuclear supuestamente defensiva sigue su marcha es porque las bombas nucleares y todos los aparatos que sirven para la guerra son un negocio gigantesco, y son el motor principal de la economía de las grandes potencias. Controlar las crisis recurrentes con una guerra mundial es el imposible que no se puede hacer posible.

Hay otra crisis, la de la sociedad del conocimiento. Es la crisis del conocimiento de los rulers, de los dueños y señores de corporaciones y complejos, ya sean gerentes de las megaempresas, o jefes de gobiernos reducidos a gerentes de sus países. Todos ellos buscan que venga el capital corporativo a salvarnos, porque dizque va a crear empleo, cuando ya se sabe que por cada empleo que las corporaciones crean se pierden cientos entre los pequeñas y medianas empresas y hasta en los trabajos de los artesanos y vendedores de la calle. A sabiendas de eso el mentiroso argumento se usa hasta por los gobiernos que se dicen socialistas, que ponen en marcha políticas para ser competitivos a costa de los trabajadores y las juventudes y de los habitantes de la tierra, de los suelos y subsuelos, de las fuentes de agua y las fuentes de vida. El arte globalizado de gobernar consiste en ocultar la realidad para construir la sociedad del desconocimiento.

No sólo se da la crisis de la corrupción y la represión, de la política perfeccionada de la zanahoria y el garrote, de las armas y la economía de guerra, sino del conjunto de la vida y del proyecto humanista religioso o laico. Y es en esas circunstancias que el zapatismo, con sus comunidades y los adherentes que se suman a los de abajo y a la izquierda del mundo entero, busca deshacerse de las cadenas posmodernas del capital monopólico y sus panegiristas.

En el nuevo encuentro con México y el mundo tenemos que darnos cuenta de que no podemos exigir a todas las fuerzas que luchan por la libertad humana que luchen con la misma posición política que tenemos. Como se puede advertir en la lectura que se hizo del comunicado, hay elementos particulares en este país que no se dan en otros países y otros que sí se dan.

Dentro de la gama de la resistencia universal vemos cómo la más avanzada es Cuba que, más que la última revolución marxista, es la primera del nuevo tipo, en la que… si el proceso se inicia desde arriba y a la izquierda, crea la lógica revolucionaria de que el Estado y quienes lo construyen tienen un papel pedagógico muy significativo para que todo el pueblo sepa lo que saben las vanguardias y para que estas aprendan lo que saben sus pueblos. Nunca debemos olvidarlo: si en 1959 había unos cientos de seres humanos que sabían de todos estos problemas, ahora son millones de cubanos los que saben de todos estos problemas, y eso no es cualquier cosa.

A partir de un movimiento emancipador, indudable en la importancia que da a la construcción del poder del pueblo trabajador, podemos ver a otros países, como el nuestro, y ver lo que de particular y general hay en otros movimientos. El EZLN, primero se levantó en armas y tomó varias ciudades; después aceptó dialogar. Antes de los diálogos de San Andrés tomó una medida extraordinaria –que en gran parte se debe a don Samuel Ruiz– quien contribuyó a que se suspendiera el fuego en una guerra que apenas estaba por empezar. Ese hecho fue en verdad extraordinario y en él, y siempre, el EZLN mostró su vocación de paz.

Es lo más raro en la historia de la humanidad que dos ejércitos que están a punto de iniciar una guerra firmen un pacto de no agresión y digan vamos a hablar. Vinieron los diálogos de Catedral primero. Después los diálogos en el ejido de San Miguel. Después los diálogos de San Andrés. Hubo un momento en que se aceptó la lucha en el terreno de la paz. Pero, ¿qué pasó con esa lucha? La traicionaron todos los partidos y también la traicionó el gobierno.

Entonces el EZLN dijo ahora nos encerramos, pero nunca su proyecto fue nada más luchar abajo y a la izquierda. No, si podemos luchar arriba, también vamos a luchar arriba. El problema es mantener los principios fundamentales de la dignidad y la autonomía, de la democracia como gobierno del pueblo con el pueblo y sus luchas por la justicia y libertad, y de mantener, con esos principios, una gran disciplina como la que mostraron los zapatistas en el desfile organizado y desarmado que hicieron como una nueva carta de presentación de su vocación de paz. El orden impecable que mostraron el 2l de diciembre confirmó una diferencia fundamental con la manifestación de los jóvenes estudiantes, en cuyas filas se pudieron meter los tradicionales agentes provocadores. En estas filas no se podía meter ni un insecto provocador.

Los cambios que se dan en los movimientos de que es pionero el EZLN no provienen de posiciones teóricas o emocionales, sino de teorías experimentadas y de experiencias pensadas. En este momento histórico confirman la posibilidad de definir la lucha como un proyecto de democracia organizada, de autonomía organizada, de libertad que fortalece y cuida la organización del pensamiento, de la dignidad y de la voluntad colectiva y combativa, y en que todos los actores cumplen con su palabras.

En un proceso semejante y distinto de los nuevos movimientos de liberación se encuentran otros países que están en la resistencia frente al proyecto colonizador de las corporaciones y los complejos. Entre ellos, a la cabeza, está Venezuela –puedo equivocarme–; también se encuentra Bolivia –con más contradicciones y dificultades–, y quizás Ecuador. Pero hay otros que están resistiendo, como Uruguay, con la gran fuerza de una democracia muy vinculada a la cultura socialista y marxista. Se encuentran también quienes en Argentina de pronto se enfrentan a la toma de las islas Malvinas por el imperio británico, y no sólo se enfrentan a la deuda externa, sino cancelan la deuda externa. Se trata de resistencias nuevas en las que no estamos insertos, pero que tenemos que respetar y alentar para el triunfo sobre sus contradicciones internas y externas con la formación de un Estado-pueblo en que se organicen, hasta tener la inmensa mayoría, la fuerza de la independencia de los trabajadores, de las comunidades y de la juventud, todos listos a triunfar sobre la corrupción y la intimidación.

Tenemos que aprender a acercarnos a un mundo que es diverso, que es distinto, pero que tiene problemas parecidos y que puede luchar de maneras diferentes. También tenemos que seguir superando nociones como la del poder en abstracto, y pensar que si el poder es nuestro, lo vamos a hacer muy distinto de quienes lo tienen. Por eso es que el subcomandante habla, con esa capacidad de expresión que domina, de otra democracia muy otra. Vamos a hacer un muy otro poder. Muy otro no tiene nada que ver con el poder de las corporaciones y el poder del crimen organizado, o con el poder de los paramilitares y con el que le da la subrogación de trabajadores a las corporaciones… Es otro poder: el poder del mundo moral y combativo…

No podría detenerme sin decirles lo agradecido que estoy con los compañeros de esta universidad magnífica, y sin pedirles que estudiemos mucho más a fondo el pensamiento de los zapatistas como un pensamiento que viene de la experiencia universal del ser humano y de la experiencia que ellos, como descendientes de los pueblos mayas y de las rebeliones universales han tenido y tienen en su lucha por la democracia, por la justicia y la libertad.

Convención Nacional contra la Imposición, San Salvador Atenco 14 de julio del 2012

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La lucha por la libertad

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miércoles, 4 de julio de 2012

 

Juan Carlos Giuliani (ACTA)

Latinoamérica es tierra de promisión. En medio de sus contradicciones, con avances y retrocesos, lo cierto es que al sur del río Colorado se está cocinando el caldo de la ruptura con el régimen dominante.

En aquellos países que han puesto proa para quebrar el sistema hegemónico –Venezuela, Ecuador, Bolivia- ese tránsito se ha expresado en la convocatoria a sendas reformas constitucionales que consagran el damero de cambios realizados en este tiempo histórico a partir de una nueva institucionalidad.
Un dato interesante a tener en cuenta es que, mientras en esas naciones hermanas las nuevas constituciones se han redactado con posterioridad a la toma del gobierno y la posesión del Estado, en la Argentina, la Constituyente Social o, lo que es lo mismo, el fomento de instancias colectivas de organización de poder popular, se verifica antes de arribar a responsabilidades de gobierno. De allí que esta iniciativa política de primer orden pergeñada por la CTA sea observada con tanto interés por los movimientos populares de otros lares dada su extraordinaria singularidad.
Existe en la región una notable convergencia de los movimientos sociales y ciudadanos alternativos al neoliberalismo para ir buscando las respuestas adecuadas a esta etapa de ofensiva popular jalonada por una intensa lucha social y política.
Esta propuesta que –contrariamente a lo que postula el posibilismo- no se plantea administrar lo dado sino transformar de cuajo la realidad, va construyendo la base social de un proyecto emancipador que interpela al capitalismo y organiza a la sociedad en torno a principios de justicia social que implique el acceso de todos a la igualdad de derechos.
Cuando en diciembre de 2001 el pueblo hizo inviable la perdurabilidad del modelo neoliberal actualmente en crisis en los países centrales junto con los modos de producción capitalista, la primera conclusión que arrojó es la idea de una democracia participativa que rechaza delegar y pone el acento en la crisis de representación política. Estas nuevas formas de compromiso encarnadas principalmente en los jóvenes modifica la cultura política.
Reinventar la democracia nos obliga a recordar que la superación del capitalismo no será posible si no creamos otras formas de democracia que superen el formal y raquítico molde actual y provean de fuertes componentes de protagonismo popular al quehacer cotidiano de la cosa pública. El proceso de descolonización de nuestras naciones va de la mano de la autodeterminación de los pueblos.
Los movimientos sociales del Tercer Mundo han aprendido en carne propia que hay que comprometerse con una ruptura del actual estado de cosas, y el único modo es cambiando las formas de producción, es decir, cambiando el capitalismo. En ese camino, la agenda de temas prioritarios son la distribución de la riqueza, la democracia participativa, la soberanía sobre los bienes comunes, los derechos de la tierra, la soberanía alimentaria y la integración Sur-Sur. Lo que nuestros pueblos originarios denominan el buen vivir.
La lucha por la libertad abarca dos planos complementarios e inclusivos: La liberación nacional y social. Un mandato irresuelto que proviene de los orígenes de nuestra historia emancipadora.
Bernardo Monteagudo es una figura señera de nuestra historia. Vinculado con el sector más radical del movimiento independentista, la academia ha tratado de opacar su influencia en el devenir de nuestra Nación. A los 19 años fue uno de los líderes de la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, un año antes que la Revolución de Mayo, de cuya proclama fue el redactor. En 1811, fue autor del primer proyecto de Constitución para las poblaciones que luego constituirían Argentina, Bolivia y Uruguay. Militó en el mismo sector revolucionario que Moreno, Castelli, Belgrano, San Martín, Bolívar.
Acompañó a José de San Martín como auditor del Ejército de los Andes y redactó el Acta de la Independencia de Chile que firmó Bernardo O’Higgins en 1818. En Perú, fue ministro de Guerra y Marina y, posteriormente, también ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de San Martín, durante el primer gobierno independiente de ese país. Luego del retiro de San Martín, fue colaborador del libertador Simón Bolívar. Para entonces había desarrollado una visión americanista de la revolución, que lo llevó a proponer y diseñar la organización de una gran Nación Hispanoamericana.
El sueño de Monteagudo fue semejante al propósito de Bolívar, quien organizó el Congreso Anfictiónico de Panamá para establecer una Confederación Hispanoamericana. Fundó y dirigió periódicos emancipadores en tres países: “La Gaceta de Buenos Aires”, “Mártir o Libre” y “El Grito del Sud”, en Argentina; “El Censor de la Revolución” en Chile, y “El Pacificador” en el Perú. Monteagudo fue asesinado en Lima a la edad de 35 años.
En 1812, escribe en “Mártir o Libre”: “Nadie, nadie es capaz de cortar el progreso de nuestra revolución: los siglos anteriores la preparaban en silencio, el estado general del globo político indicaba la necesidad de este acontecimiento, y en los decretos del tiempo estaba señalado el período que debía durar la esclavitud en las regiones del nuevo mundo. La sagrada tea de la libertad arde ya por toda la América. Todo coadyuva el voto universal de los hombres libres, y esas mismas convulsiones que comprometen la suerte de los más interesados en el bien público, minan sordamente las bases de la tiranía, descubriendo héroes ciudadanos que confundan al mercenario egoísta, humillen al furioso liberticida y arranquen del seno de la muerte la patria tiranizada”.
“Sin territorio no hay libertad, sin libertad no hay justicia social”. La máxima del pueblo mapuche resume cabalmente el eje donde se da la confrontación permanente con el enemigo: el territorio. En cada barrio, en cada pueblo, en cada región, es menester crear conciencia de organización popular y construcción de la conducción política del proceso de transformación.
Pasar de la protesta a la propuesta, dejar de ser demandantes para constituirse en sujetos políticos. Organizar, organizar, organizar. He allí el desafío más apasionante que atraviesan -aquí y ahora- la clase trabajadora y los movimientos sociales profundamente sacudidos por los nuevos vientos libertarios que soplan por toda América Latina.
Juan Carlos Giuliani es Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA.

Publicado por ARGENPRESS

Segundo manifiesto #YoSoy132

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Dilo Tú

http://cencos.org/node/29266

Difusión Cencos México D.F., 11 de junio de 2012

Boletín de prensa
#YoSoy132

El movimiento #YoSoy132 es prueba de que existe una conciencia histórica colectiva. Expresa la acumulación de acontecimientos que nunca debieron haber sido tolerados.

Somos hijos de las matanzas, de las represiones estudiantiles, de la guerra sucia, de la rampante impunidad, de las crisis económicas, de la dominación ideológica y material de una forma de pensar y de una forma de vivir; de la violencia sin sentido, de un campo abandonado y de las condiciones de trabajo indignas, de la profunda corrupción.

Somos hijos de un nuevo México que grita “Ya Basta, Nunca Más”.

Somos aquellos que han encontrado nuevas vías de acceso a la realidad y nuevas formas de actuar. Somos no solo quienes estudian, sino que añoran estudiar y no tienen las oportunidades necesarias.

Somos quienes estudiaron y seguirán haciéndolo para ser mejores ciudadanos y para hacer de este un mejor país.

Este movimiento se nutre de los lazos de solidaridad entre compañeros de igualdad, entre ciudadanos de fraternidad, entre hermanos de confianza, entre colegas, de amor entre camaradas, de respeto entre seres humanos; a partir de estas raíces crece y seguirá creciendo.

El movimiento reivindica día a día la construcción de un nuevo lenguaje, uno que asiente el valor de la pluralidad.

Hemos roto los prejuicios artificiales de la división entre escuelas públicas y privadas. Somos mexicanos sin distinción, estudiantes que invitamos a la sociedad a unirse a las exigencias de nuestra causa.

Figuras de lucha de conocimiento, de pasión, de energía y de un presente que nos reclama  trabajar para dejar de ser el país de las oportunidades perdidas.

Por eso preferimos salir a las marchas que marchar a las salidas, preferimos la ridícula juventud sobre la seriedad de los jóvenes viejos.

Preferimos los tuits y las universidades a las noticias universales.

Preferimos sumarnos a las marchas que sumarnos a otras cifras.

Preferimos un mundo de redes sociales, que mudos enredados en unos.

Preferimos marchar que marcharnos, preferimos el internet y su intento, así nace #YoSoy132.

Amenazan con tener nuestros nombres, teléfonos y direcciones. No daremos un paso atrás, hoy, somos millones.

Desesperados, dicen también, que hemos sido financiados por las FARC, AMLO, Josefina y grandes corporaciones. Como si los boletos del metro, los cafés, las cartulinas y plumones, las horas sin dormir, y sobre todo nuestra dignidad tuvieran precio.

No nos vendemos, tampoco nos corrompemos. Nosotros nos gobernamos.

Por una democracia auténtica, #YoSoy132

Guatemala: Organizaciones sociales se pronunciaron contra la represión a estudiantes

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CERIGUA

Quince organizaciones sociales mostraron su rechazo por las acciones violentas, tomadas por fuerzas de seguridad este martes, para desalojar a un grupo de estudiantes en el Puente del Incienso; los inconformes bloquearon ambas vías pero fueron expulsados por la policía mediante fuerza excesiva y gases lacrimógenos.

Las organizaciones denunciaron, a través de un comunicado de prensa, lo que en su criterio es una falsa mejora del sistema educativo, ya que la titular del Ministerio de Educación, Cynthia del Águila, pretende modificar la carrera de magisterio por un bachillerato y cursar una carrera técnica a nivel superior, lo que afectaría la economía de tantas familias que mantienen a sus hijos en el sistema educativo nacional; estos cambios al pensum son un modelo excluyente que busca reducir el número de personas formadas en la docencia.
Asimismo se solidarizaron con el movimiento estudiantil, en demanda de una educación de calidad, mostrando su rechazo a las medidas violentas de represión ejercidas por la Policía Nacional Civil y el pelotón antimotines; exigieron al Ministerio Público investigar los hechos y deducir responsabilidades penales y administrativas contra los funcionarios implicados.
Estudiantes de magisterio se encuentran en paro desde hace tres semanas, debido a su descontento por la supresión de la carrera de magisterio, y su cambio por un Bachillerato en Ciencias y Letras con Orientación Educacional y la implementación de una carrera técnica a nivel universitario, para poder desempeñar la docencia.
Jóvenes normalistas tomaron el puente en horas de la mañana, para que sean escuchadas sus propuestas en cuanto al cierre de la carrera de magisterio; un pelotón antimotines de la PNC llegó al lugar y con orden del Ministro de Gobernación desalojaron a los estudiantes; esto suscitó un enfrenamiento, con resultado de varios estudiantes y policías heridos.
Un grupo de inconformes se refugió en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche, hasta donde fueron perseguidos pon antimotines y a pesar de que los adolescentes ya no obstaculizaban el transito y no representaban peligro alguno, los policías siguieron arrojando bombas lacrimógenas dentro del inmueble; los estudiantes salieron posteriormente en ambulancias.
Las agrupaciones sociales aseguraron tener pruebas de que un estudiante fue agredido por las fuerzas del orden, en presencia del Ministro de Gobernación y que él no intervino para detener el abuso hacia el joven.
Entre las entidades firmantes están la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG), la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos Guatemala (UDEFEGUA), el Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), la Unión Nacional de Mujeres de Guatemala (UNAMG) y el Consejo Ecuménico Cristiano de Guatemala.
En el documento se pide al Ministerio de Educación realizar un proceso de dialogo efectivo y no tergiversado sobre la reforma a la educación, además de solicitar, tanto al actual como al futuro Procurador de los Derechos Humanos, verificar el estado de los estudiantes involucrados en la protesta, y a la PNC y al Ministerio de Gobernación un informe detallado de las personas que participaron en el desalojo, así como la cantidad de bombas lacrimógenas utilizadas.

Caso Libramiento Norte*: De cómo los millones flexibilizan el “Estado de Derecho”

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La cancelación del Libramiento Norte a OHL demuestra dos cosas: La ilegalidad de la concesión entregada a OHL y demuestra que los proyectos de desarrollo de “beneficio social” sólo benefician a un grupúsculo de empresarios-funcionarios, o viceversa, funcionarios-empresarios.

Contexto

En el 2008 el entonces gobernador Mario Marín dio de manera directa la concesión a OHL para la construcción del Libramiento Norte. Ese mismo año, la LVII legislatura del Congreso del Estado de Puebla, reformo la Ley de Expropiación de tal manera que bajo la categoría de Utilidad Pública, refiriéndose a proyectos carreteros, se podría aplicar el Artículo 2 como argumento para la construcción del Libramiento: “I.- El establecimiento, explotación, ampliación, modificación o conservación de un servicio público; II.- La apertura, prolongación, ampliación, alineamiento o mejoramiento de avenidas, calles, calzadas, andadores, puentes, boulevares, túneles, caminos y carreteras, así como toda vía que tienda a facilitar el tránsito en general, urbano, suburbano y rural, entre dos o más poblaciones; X.- La planeación y urbanización de todas las ciudades y poblaciones del Estado y zonas sub-urbanas, así como las obras y mejoras que deban realizarse con este objeto; XIX.- La construcción de obras de infraestructura pública y la prestación de servicios públicos, que requieran de bienes inmuebles y sus mejoras, derivada de concesión, de contrato o de cualquier acto jurídico celebrado en términos de las disposiciones legales aplicables…”. A partir de ese año comenzó el calvario de las familias afectadas que se encontraban en la proyección para dicho proyecto carretero. Situación que los obligo a organizarse como Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua-Región Malinche, teniendo como demanda principal: La Cancelación del Libramiento Norte.

El 31 de diciembre de 2010 la misma legislatura, emitió los decretos de cambio de uso de suelo para la construcción del Libramiento Norte y Libramiento Sur-Poniente, ésta última concesionada a Melgarejo Construcciones.

Cuatro años después, la actual administración encabezada por Rafael Moreno Valle, cancela la concesión a OHL, reconociendo que existieron una serie de irregularidades. No obstante que en esta primera etapa se pone un freno al hostigamiento por parte de OHL-Alter para que los propietarios vendieran, se deberá echar marcha atrás al decreto de cambio de uso de suelo para brindar certeza jurídica a las familias afectadas. Mientras tanto, se ha resuelto la mitad del problema.

Este caso también demuestra los grandes negociosos que se realizan bajo el pretexto de la Utilidad Pública por parte de funcionarios que ahora son empresarios, o empresarios que ahora son funcionarios o funcionarios y empresarios que funcionan de manera indistinta. En contraste con estos acaudalados personajes de lo público y lo privado, más de la mitad de la población mexicana, es decir, más de 50 millones de personas viven en la pobreza.

Para darnos una idea de la perversión que se ha hecho de la política y el progreso, basta recordar que la empresa Obrascón-Huarte y Lain (OHL), es del empresario Juan Miguel Villar Mir, dueño de Grupo Villar Mir e Inmobiliaria Espacio, y que en nuestro País opera con OHL México, cuyo presidente es José Andrés de Oteyza.

Villar Mir es recordado en España por haber comprado por una peseta la empresa Obrascón, así como otras empresas a precios de ganga, además de que en plena crisis económica española y mundial, los reportes bursátiles de la empresa OHL son siempre a la alza.

José Andrés de Oteyza Fernández, Presidente del Consejo de Administración de OHL-México, fungió como titular de la Secretaría de Patrimonio y Fomento Industrial con José López Portillo, posteriormente en el sexenio de Miguel de la Madrid fue embajador en Canadá, se le asocia como responsable de la crisis económica en nuestro país de fínales de los 70, negándose en aquella ocasión a bajar el precio del petróleo mexicano, cuando había una baja generalizada de precios del crudo en el ámbito internacional; además, se le asocia junto con López Portillo en 1978 para que PEMEX asumiera el rescate financiero de la refinería Petróleos del Norte (PETRONOR) de España, dominada por el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya, la Caja de Ahorro provincial y la Caja Municipal de Bilbao, PETRONOR entro en crisis por la salida de sus principales accionistas y después fue vendida a la Repsol, causando con esto crisis en México por el aumento de la deuda externa.

Otra parte de su directiva administrativa son dos ex directores de Petróleos Mexicanos: Jesús Reyes Heroles González-Garza, en 1994 fue nombrado Director General de Banobras, fue Secretario de Energía, de 1995 a 1997, en el gabinete de Ernesto Zedillo. En ese cargo se desempeñó como Presidente de los consejos de administración de PEMEX y CFE. También fue embajador de México en los Estados Unidos de América, de octubre de 1997 a noviembre de 2000. De 2001 a 2006, fungió como miembro del consejo de administración de Wal Mart (empresa calificada como promotora de la corrupción) y Banamex Citigroup. De 2006 a septiembre de 2009 fue el de Director General de Petróleos Mexicanos. Actualmente es miembro de los consejos de administración del banco Santander México, OHL México, S.A.B. de C.V. y Water Capital México. Asimismo, es miembro de los consejos consultivos para América Latina del Deutsche Bank y del Energy Intelligence Group (EIG).

También se encuentra como parte del Consejo de OHL: Carlos Ruiz Sacristán, ex secretario de Comunicaciones y Transportes y director general de Pemex de 1994 a 1997, se incoporo al sector privado como director de Sempra Energy México, subsidiaria de Sempra Energy, una de las empresas de distribución de gas natural más grandes de Estados Unidos. Por mencionar algunos de los miembros de esa corporación que han pasado de la función pública al sector privado.

Otro dato importante es que de acuerdo a Ángela Forsyth, de la Revista Digital Building & Construction México, “a través de sus concesiones, a OHL México le han sido adjudicado seis importantes proyectos de infraestructura de carreteras al nivel nacional, para un total de 359 kilómetros de autopistas de peaje, en los estados de México, Puebla y el Distrito Federal. Además, en asociación con el gobierno federal, maneja una inversión cercana a los $65,000 millones MXN.”

Sin embargo, en el primer trimestre de 2011 pagó sólo 7 por ciento de 327.7 millones de pesos que debía cubrir por impuestos a la utilidad. El 93 por ciento restante, 305 millones de pesos, fue diferido, de acuerdo con el reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores. Esto de acuerdo con el artículo del periodista Juan Antonio Zúñiga de la Jornada del 21 de julio de 2011.

Otro aspecto importante a mencionar, es la coordinación con Alter Consultores de México S.C., por medio de la Concesionaria Mexiquense S.A. de C.V., unión del grupo CONMEX-GRUPO OHL quienes comenzaron con la proyección para la construcción de los proyectos carreteros antes mencionados bajo los siguientes ejes: “Desincorporación de la Propiedad Social del Circuito Exterior Mexiquense Bicentenario Fases I, II y II y Liberación y Desincorporación de Tierras de Propiedad Social y Privada para el “Libramiento Norte” . Lo importante a destacar con Alter es el hecho de que desde el Director General Lic. Julio Antonio Virgen Cameño, hasta el Jefe de Proyectos, Ing. Raymundo Trujillo Pérez, pasando por otros 6 puestos directivos, todos han sido empleados de gobierno de dependencias como Tenencia de la Tierra, Comisión Nacional del Agua, Procuraduría Agraria, Cartografía Catastral de INEGI, Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE). Lo indignante: Alter con la finalidad de comprar los terrenos por donde pretendían pasar el Libramiento, amenazaron a los propietarios con la entrada del ejército y con la expropiación de propiedades sin remuneración a cambio.

En materia de derechos humanos se ha hecho hincapié en que las corporaciones empresariales tienen la protección del Estado mexicano para llevar a cabo sus proyectos. Sin embargo, lo que ha quedado evidenciado es que dichos “proyectos de desarrollo” sólo permite que se beneficien unos cuantos, y como el objetivo es acrecentar el capital, no le dan la importancia al tejido social, económico, político, cultural, ambiental que se va desarrollando a lo largo de las generaciones. Con lo cual los DESCA son vulnerados por parte de particulares con anuencia gubernamental.

La cancelación del Libramiento Norte es un referente obligado para la ciudadanía poblana, y en específico para los afectados por el Libramiento Sur-Poniente, ya que de acuerdo con las declaraciones del propio gabinete del gobernador Moreno Valle, ese proyecto carretero sí se realizará a pesar de que el Libramiento Norte y Sur-Poniente fueron realizados en el mismo contexto jurídico-político. Por lo que de llevarse a cabo el Sur-Poniente, el gobierno del estado estaría reconociendo de manera implícita y explicita ser el continuador de las ilegalidades de la administración anterior.

Dignidad, Justicia, Libertad
Red de Defensa de los Derechos Humanos
REDDH

* Ponencia leída en la presentación del libro: Derechos Económicos, Sociales, Culturales: Exigibles y Justiciables, en la Universidad Iberoamericana-Puebla

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