Cuba: Números que hablan

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LUNES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2012

Nuria Barbosa León

Mi madre, cubana de 72 años de edad, padece de una obstrucción en las arterias coronarias, asociada a una diabetes con dependencia de la insulina y malos hábitos alimentarios durante parte de su vida, actualmente convalece de una cirugía revascularizadora a corazón abierto.

Previamente le fueron indicados varios tratamientos con medicamentos y coronariografías en las cuales se colocó cinco endoprótesis vasculares (stent coronarios) conocidas popularmente como muelles.
En varios años no sufrió malestares, pero hace unos días presentó un dolor agudo localizado en el pecho (angina). De inmediato la hospitalizaron para controlar la diagnosis y hacer una nueva exploración, se perseguía visualizar el estado actual de las arterias de su corazón. Tras este proceder, el equipo médico determinó practicarle una cirugía mayor porque su padecimiento le obstruyó uno de los troncos principales que irrigan el corazón.
En la preparación para la cirugía la internaron durante unos 20 días, se le midieron sus parámetros vitales con electrocardiogramas, rayos X de tórax, análisis clínicos, microbiológicos y bioquímicos, ecocardiogramas, ultrasonografía con técnica doopler para visualizar flujo sanguíneo de arterias del cuello y los miembros inferiores y superiores, además de ultrasonido abdominal y atención en consultas especializadas de angiología, estomatología y anestesiología.
La técnica consiste en reparar el flujo arterial de los vasos cardiacos a partir de la creación de puentes vasculares restableciendo el flujo circulatorio en el órgano vital. Se toman tejidos vasculares de sus extremidades inferiores o superiores. Una vez operada requiere de cuidados intensivos por tiempo indeterminado y otra estancia postoperatoria con internamiento de aproximadamente 20 días.
Lo curioso es que mi madre no es la única, la sala del piso 16B del Hospital Hermanos Ameijeiras, en La Habana beneficia a 22 pacientes en situaciones similares y una docena de ellos están siendo valorados para cirugías, pero si multiplicamos que cada en cada jornada laboral se intervienen quirúrgicamente de dos a tres enfermos, la cifra redondea los 80 casos al mes, siendo centenares los operados en el año. Asombra aún más, porque el proceder se realiza en diferentes hospitales del país.
Si la multiplicación la hacemos a lápiz, debemos agregar que cada caso recibe una hospitalización de aproximadamente un mes, con alimentación para el paciente y el acompañante, avituallamiento de ropa de cama y pijamas, televisión, servicio de enfermería, electricidad, agua y limpieza por 24 horas. Entonces, la cifra no cabe en una línea.
Cabe destacar que a los pacientes no se les pregunta filiación política, estatus social, procedencia, raza, religión o vínculo laboral. En ocasiones se solicita una simbólica donación voluntaria de sangre aunque durante la intervención suelen aplicarse un promedio de seis bolsas de 500 mililitros de glóbulos rojos, con plasma, plaquetas y otros hemoderivados.
Es imposible decir el costo de tal cirugía en términos financieros porque el paciente siente cariño de sus familiares, sonrisas de los trabajadores, atención esmerada de los médicos y mucha paciencia de los enfermeros.
Mi madre, que ama la música de Pablo Milanes, siente el orgullo de decir: “No vivo en una sociedad perfecta”, por eso, “amo a esta Isla”.

Nuria Barbosa León es periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba.

Capitalismo: El mundo de la obesidad en el capitalismo tardío

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Alejandro Nadal (LA JORNADA)

Hay dos cosas que las economías capitalistas saben hacer, y lo hacen muy bien. Una de ellas es alcanzar economías de escala para abatir costos unitarios, algo que se logra mejor a través de procesos de industrialización. La otra es obtener subsidios, algo que se optimiza cuando se tiene más poder. Estas dos cosas se han combinado para producir la crisis de obesidad en Estados Unidos.

En 2011 más de dos terceras partes de la población de Estados Unidos sufría problemas de sobrepeso o de obesidad. En la actualidad ese país tiene la mayor tasa de obesidad en el mundo. Datos oficiales revelan que el porcentaje de personas adultas con problemas de obesidad pasó de 13 por ciento en 1962 a 36 por ciento en 2010. De mantenerse esta tendencia en 2030 el 42 por ciento de la población adulta sufrirá problemas de obesidad (y 11 por ciento con obesidad severa, más de 45 kilos de sobrepeso). La tasa de obesidad en niños ya alcanza un alarmante 18 por ciento. Diversos estudios muestran que los niños con obesidad tienen mayor propensión a conservar dicha obesidad en la edad adulta.
Por supuesto, este exceso de peso conlleva graves efectos sobre la salud. Los estudios clínicos revelan que la obesidad aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades del corazón, síndrome de apnea durante el sueño, hipertensión, riesgo de cáncer de muchos tipos y varias enfermedades crónicas. El balance final es una expectativa de vida significativamente menor a la de la población sin obesidad. A todo esto hay que añadir el desconsuelo por pérdida de autoestima y la lacra de la discriminación social.
¿De dónde viene este problema? El primer indicador es que la relación entre pobreza y obesidad es muy estrecha. La población más pobre está más expuesta a la obesidad. En Estados Unidos nueve de los 10 estados con mayores tasas de obesidad están entre los estados más pobres. Existen distritos pobres en ciudades como Filadelfia o Nueva York, donde 88 por ciento de los adultos tiene sobre peso o sufre de obesidad (50 por ciento de la población infantil). Hay condados en California en los que un niño nacido en 2000 tiene 30 por ciento de probabilidad de desarrollar diabetes (esa probabilidad se dispara a 50 por ciento para niños afro-americanos y latinos).
En proporción una persona gasta menos en alimentos hoy en día que hace 30 años. Pero eso se debe fundamentalmente al proceso de industrialización que ha reducido los costos unitarios en la industria alimentaria. Eso no requirió grandes innovaciones tecnológicas, sino un incesante proceso de concentración de la producción y de transformación del paisaje rural en Estados Unidos. La necesidad que tienen cadenas como MacDonalds o Burger King de mantener una homogeneidad casi absoluta en el tipo de productos que ofrecen ha cambiado la manera en que se producen casi todos los productos cárnicos, así como muchos productos agrícolas. La producción de carne de res, de cerdos y de pollo, por ejemplo, ha requerido grandes concentraciones de animales en condiciones insalubres y con graves consecuencias para el medio ambiente y la salud humana. Entre paréntesis, no hay que olvidar que esa industria es la que mayor impacto tiene en la transformación del sistema alimentario en el mundo.
La reducción de precios también se debe a los subsidios que recibe la industria alimentaria, en especial a través de los canalizados para la producción de maíz y soya, productos que sirven de insumos en 90 por ciento de los alimentos procesados que se ofrecen en un supermercado. Finalmente, los precios bajos son artificiales porque no incluyen el costo en salud que alguien tiene que pagar al pasar los años: a la salida del MacDonalds están esperando las farmacéuticas con sus garras bien afiladas.
La clase de comida ingerida en Estados Unidos no es la más saludable, pero sí la más rentable para las empresas. Esto es cierto a lo largo de toda la industria alimentaria y, en especial, para las cadenas como MacDonalds, Burger King, Taco Bell, KFC, así como para todas las empresas refresqueras y de comida chatarra. Sus «alimentos» son vehículos repletos de calorías, sal y grasas, con un componente minúsculo de nutrientes saludables. En muchos casos tienen ingredientes adictivos. Es normal pues se trata de dietas especialmente diseñadas para mantener la tasa de ganancias, no para alimentar al cliente. Ya se ha dicho: desde el punto de vista de las ganancias de la industria alimentaria, la obesidad es la mejor señal de éxito.
La industria alimentaria en Estados Unidos ha convertido el tracto digestivo de la población en un espacio de rentabilidad. La colonización de la alimentación por el capital no es, por supuesto, un caso aislado. En el capitalismo todo puede ser un nicho para obtener ganancias.
Hoy el capitalismo atraviesa lo que se convertirá en la peor crisis de su historia. Las referencias a una mítica recuperación pretenden ignorar la realidad: la normalidad antes de la crisis ya se llamaba pesadilla.

Cuba tiene más de 1.500 centenarios

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LUNES, 7 DE MAYO DE 2012

XINHUA

Poco más de un millar y medio de cubanos ha logrado sobrepasar los cien años de edad, reveló un estudio realizado por geriatras y demógrafos de la isla, quienes investigaron los hábitos de vida de ese segmento poblacional.

En la actualidad viven en la isla 1.551 hombres y mujeres mayores de 100 años, indicó el Estudio de Centenarios Cubanos, realizado en el periodo comprendido entre los años 2004-2008 y que investigó varias particularidades de ese grupo.
La investigación abarcó características sociodemográficas como sexo, raza, educación y lugar de residencia, además del funcionamiento físico y cognitivo así como los rasgos sicológicos y sociales de los centenarios.
La sicogeriatra Josefa González del Centro de Investigaciones de Longevidad, Envejecimiento y Salud de La Habana, dijo que aquellos ancianos que practicaron ejercicios físicos tienen mejor memoria y adecuado estado de ánimo, además de que presentar menos dificultades para caminar.
Cuba estará entre los países más envejecidos del mundo en 2050 con el 39,2 por ciento de sus habitantes con 60 años o más, de acuerdo con un pronóstico demográfico de la Organización de Naciones Unidas.
En 2050, la edad media de los cubanos estaría en 52 años, el cuarto del orbe en ese indicador, superados en orden descendente por Bosnia y Herzegovina, Japón y Portugal, de acuerdo con el cálculo de la División de Población del organismo internacional.
Los vaticinios de la ONU, publicados bajo el título Perspectivas de la Población Mundial: Revisión 2010, ubican también a la nación caribeña en el octavo puesto del mundo para la mitad del siglo XXI, en cuanto a mayor dependencia del segmento poblacional envejecido del que en esa época se encuentre en edad laboral.
Tales opiniones coinciden con los demógrafos cubanos, quienes auguran que para 2024 el país será el más longevo de América Latina y el Caribe, según el informe Proyecciones de la Población Cubana 2011-2035, realizado por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Actualmente el grupo de población con seis décadas o más se calcula en dos millones, cifra que deberá incrementarse a 3,6 millones en 2035, lo que significaría una notable sobrecarga para la seguridad social, el sistema de salud y la disponibilidad de fuerza de trabajo, asegura el estudio.
De acuerdo con el estudio, Cuba ha transitado desde un 11,3 por ciento de personas de 60 años y más, en 1985, hasta un 17,8 por ciento en el 2010.
La proyección para 2035 significaría el 33,9 por ciento de la población en esas edades, según el informe publicado en la página web de la ONEI.
Es importante destacar que al encontrarse la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo -menos de una hija por mujer desde hace 33 años- la población de 0-14 años ha ido disminuyendo con respecto al total, añadió el texto.
Las mujeres cubanas no cubren desde 1978 el nivel de reemplazo poblacional, al no dejar al menos una hija por mujer al final de su vida reproductiva, al tiempo que se ha ido acentuando el patrón de familias pequeñas.
Para los expertos, el país vive el llamado proceso de transición demográfica, que requerirá de esfuerzos ingentes para asumir la situación de forma satisfactoria, enfatizó el mencionado documento.
Al cierre del 2010, cuando se publicaron los datos oficiales más recientes, la ONEI informó que la isla alcanzó los 11,241.161 habitantes, cifra que significa 1.467 personas menos en relación con el 2009, cuando hubo un crecimiento positivo de 6.529 ciudadanos.
La variable de nacimientos incidió desfavorablemente en el hecho de que la población volviera a decrecer como en el período 2006-2008, algo que los expertos achacaron a los problemas habitacionales, la insuficiencia de los salarios, la escasez de ajuares de bebés.
Entre los principales factores que desestimulan a los cubanos a tener más hijos consideraron también el aumento de la independencia social de las mujeres para decidir sobre el momento oportuno del embarazo.
De acuerdo con la ONEI, en 2010 se registraron 127.746 alumbramientos en el país, que significaron 2.290 nacimientos menos que el año anterior, un problema que se adiciona al envejecimiento de una población cuya expectativa de vida es de 78 años.
Actualmente, Uruguay, Cuba y Argentina son los países más envejecidos de América Latina y el Caribe, pero a la vuelta de unos pocos años serán Barbados y esta isla las naciones que presentarán mayor proporción de población de mayores de 60 años.

denuncian la falta de atención médica y de medicinas lo que pone en riesgo la salud de los internos la voz del Amate

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Los solidarios de la Voz del Amate recluidos en el CERSS No. 5 de San
Cristóbal de Las Casas denuncian la falta de atención médica y de
medicinas lo que pone en riesgo la salud de los internos con lo cual se
están violando los derechos de las personas privadas de su libertad yatenci
que están en responsabilidad del Estado mexicano.


Este es un espacio abierto para pueblos y organizaciones
que buscan compartir su palabra. La postura difundida,
no necesariamente constituye la valoración de este Centro.

El espacio de denuncia pública es de todas y todos.
Visita nuestro Blog: http://www.chiapasdenuncia.blogspot.com/
—————————-

Área de Sistematización e Incidencia / Denuncia Pública
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas A.C.
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San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
Código Postal: 29240
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Fax +52 (967) 6783551
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REMEDIOS Y CURACIONES

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Dedicado a doña Adelina Anell, deseando para ella una muy pronta recuperación y por el cariño

que le tenemos por todos sus años de servicio a la comunidad, al compartir sus saberes.
¡Muchas gracias doña Ade!

 

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TOMADO DEL LIBRO “MIS RECUERDOS”, ESCRITO POR EL PROFR. RAFAEL MARTÍNEZ MORALES DE IXHUACÁN DE LOS REYES. SE REPRODUCEN A CONTINUACIÓN LAS PÁG. 58 A 60.

Hace mucho tiempo llegaban a mi pueblo, para su venta, pomadas como la belladona y la vaselina; ambas venían en cajitas redondas hechas con viruta gruesa.

Se usaban los chiqueadores de hojas frescas de alguna planta, o de rebanadas de papa.

Fue común el uso de hierbas para formar emplastos que junto con aguardiente se colocaban en la panza para refrescar o calmar algunas molestias. A dicho emplasto le llamaban “confortativo”.

Se hacían curaciones como la del empacho, del espanto, de la fontanela sumida. (En mi pueblo, a la fontanela le llaman “mollera”).

Doña Caridad López Vargas, mamá de mi esposa, a pesar de su avanzada edad, todavía realiza dicha curación; para lo cual asa uno o dos tomates de cáscara. Y estando aun tibios, forma con ellos un emplasto, le agrega un poco de azúcar y un poco de aceite de almendras, y lo coloca en la parte sumida del cráneo de los niños.

Curaciones como estas, han sido practicadas por nuestras abuelas y por las abuelas de nuestras abuelas.
Recuerdo que siendo niño, llegó un día una anciana a mi casa, quien al notar en mí la escasez de musculatura, dirigiéndose a mi madre le dijo “Este niño está espantado”; preguntó si había yo sufrido algún susto; mi madre contestó que solamente me había yo caído.

Al día siguiente se presentó la señora con flores, una botella conteniendo un líquido, y unas ramas. Me pidió que le indicara el lugar en el que me había caído, para que fuera, según ella, a levantar mi espíritu.
Llegó al lugar, colocó las flores en el suelo formando una cruz con ellas, se echó a la boca un buche del contenido de la botella, y lo descargó sobre las flores y sobre las ramas; quiso hacer los mismo sobre mi cara, pero interpuso rápidamente mis flaquillos brazos; en vano intentó repetirlo porque me alejé de ella; cosa que le disgustó.

Empezó a golpear con las ramas el lugar, pronunciando algunas palabras de las que únicamente recuerdo la de: ¡levántate, levántate!

Por esas mismas fechas otra señora se ofreció también a curarme de espanto; curación que consistió en ponerme yerbas con aguardiente en cada una de las muñecas, y las ató con tiras de trapo; me ordenó permanecer acostado; ella se despidió, yo esperé un poco a que se alejara y me levanté en contra también de la voluntad de mi consentidora mamá.

Me quité las yerbas y salí a la calle a jugar con mis amigos.

Como la anciana había ido a curar a alguien más de la misma calle, al regresar me vio jugando y sin las yerbas, y me manifestó su disgusto diciéndome algunas frases con gesto amenazador. La vi tan enojada que me asusté pensando que podría quejarse con mi madre; pero estaba yo muy atento para correr en caso de que intentara echarme el guante.

Hasta la fecha, no sé si esas curaciones me hayan hecho bien o no, a lo mejor ni me habían falta, y menos la levantada de mi espíritu, pues si mi espíritu hubiera estado tirado, al estar yo sin él, no hubiera podido andar –como decían en mi tierra- “corriendo y brincando como chivo”.

CURACIONES QUE HAN REALIZADO NUESTRAS ABUELAS.
La ALJORRA se cura con pomada que se hace con manteca y bicarbonato; se aplica en la piel y en la colita del chilpayate con un tallo tierno de saúco.

Para prevenir y curar la ALFERENCIA, se prepara un purgante (jarabe) con rosa de castilla, anís de estrella, asadura de zorrillo, nuez moscada, caña fístola, pionía, salvia real y azúcar.
Se les da a los niños a los tres días de haber nacido.

Para el EMBARAMIENTO se aplica un emplasto formado con hierba hedionda (molida), aguardiente y sal.
El EMPACHO se cura con té de flor de muerto (zempatsúchitl), un pedacito de semilla de aguacate, y pequeñas porciones de tequezquite y bicarbonato.

Para el ESPANTO se coloca en cada muñeca un cataplasma de maltanchi con agua de espíritus.

Las ESTIRADAS de la panza se curan friccionándolas suavemente con aceite de almendras.

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Nota.- Estos datos fueron proporcionados por la señora Caridad López Vargas, de Ixhuacán, Veracruz.

En México, más de 5 mil experimentos clínicos con humanos

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Un total de 5 mil 25 ensayos clínicos –investigaciones que emplean a seres humanos– se han emprendido en el país entre 1983 y 2011. No obstante que más de la mitad de los estudios se han hecho en institutos de alta especialidad y hospitales públicos, el gobierno estadunidense también ha desarrollado investigaciones biomédicas en México a través de sus institutos de salud. Detrás de la realización de pruebas médicas en humanos está el financiamiento de la industria farmacéutica, de la que destacan laboratorios extranjeros como Pfizer, Eli Lilly and Company, Roche, Sanofi-Aventis y Astrazeneca, algunos de éstos señalados por sus conductas “poco éticas”

 
La doctora Susan M Reverby llevaba cinco años investigando acerca del estudio Tuskegee –que consistió en el seguimiento de los efectos de la sífilis no tratada en 400 hombres pobres de raza negra infectados, a quienes se les negó cualquier tipo de tratamiento durante 40 años– cuando inesperadamente encontró algo totalmente insólito: otros experimentos sobre la sífilis se habían realizado en Guatemala, en la década de 1940.
Los guatemaltecos que fueron parte de esas pruebas –presos, soldados y enfermos mentales– no supieron que habían sido infectados con sífilis deliberadamente. Al igual que en el estudio Tuskegee, los involucrados ni siquiera fueron informados de que eran parte de un experimento clínico.
El hallazgo de Reverby no sólo impulsó una investigación al respecto en Estados Unidos, sino que incluso motivó a su actual presidente, Barack Obama, a ofrecer una disculpa a su homólogo Álvaro Colom, en octubre de 2010.
La razón de ello es que los experimentos en Guatemala fueron financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés), instancias del sistema de salud estadunidense que se encargan de realizar ensayos clínicos en todo el mundo.
A la fecha, los NIH han llevado a cabo 120 mil 753 ensayos clínicos en 178 países, incluido México. De acuerdo con datos de los NIH, en el país se han efectuado 1 mil 549 estudios; de éstos, sólo el 5 por ciento ha consistido en investigaciones basadas en observación. Es decir, en el 95 porciento los participantes han sido sometidos a intervenciones.
Pero el millar y medio de ensayos clínicos que han realizado o realizan los NIH no son los únicos que se efectúan en México. Datos de las instituciones de salud pública –obtenidos a través de Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental– revelan la existencia de, cuando menos, 3 mil 476 estudios similares desarrollados en éstos.
De la docena de las instituciones de salud pública que existen en el país, cuyo objetivo es la prestación de servicios médicos de alta especialidad y la investigación científica en el campo de la salud, aquéllos en los que se realizan ensayos clínicos son los institutos Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez, Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, Nacional de Rehabilitación, Nacional de Salud Pública y el Hospital Infantil de México Federico Gómez. También realizan este tipo de investigaciones los hospitales General de México y Juárez de México.
Si bien todas estas instituciones públicas admitieron que desarrollan ensayos clínicos, la cifra referida no contempla la totalidad de estudios realizados, pues dos instancias no proporcionaron información al respecto.
Una de éstas fue el Instituto Nacional de Rehabilitación, que sólo dio detalles sobre dos ensayos (los únicos concluidos) sin especificar cuántos más se encuentran en proceso. El argumento fue que esos datos fueron reservados por 12 años.
El Hospital Infantil de México tampoco brindó información sobre la cantidad y características de los ensayos clínicos ya concluidos. Respecto a los que están en proceso, también respondió que están clasificados como reservados.
En el caso del Instituto Nacional de Pediatría, si bien proporcionó a Contralínea información sobre el número de proyectos de investigación registrados y desarrollados entre 2005 y junio de 2011, debido a que no detalló cuáles de éstos involucraban experimentación con humanos.
Del total de 3 mil 476 ensayos clínicos contabilizados en el resto de los institutos y hospitales, destacan el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez, que registra 1 mil 398 estudios de este tipo entre 1985 y 2011, y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, con 1 mil 353 investigaciones iniciadas desde 1996 y hasta 2010.
Respecto al número de personas que han participado en este tipo de pruebas, tampoco todas las instituciones públicas consultadas otorgaron el dato preciso. De las cifras proporcionadas se desprende que, por lo menos, han sido 14 mil 187.
Pero así como el número de mexicanos que ha tomado parte de un ensayo clínico podría ser mayor, también lo podría ser la cantidad de este tipo de investigaciones que se hacen en el país. Y es que se tendrían que incluir a las instituciones de salud públicas locales, a los centros académicos de investigación (tanto públicos como privados), a las clínicas y hospitales privados y a los laboratorios que desarrollan investigaciones biomédicas.
A fin de conocer la cifra exacta de ensayos clínicos que se llevan a cabo en México, Contralínea solicitó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el número de protocolos de investigación que ha autorizado, mediante la solicitud de información 121500001412.
De acuerdo con la Ley General de Salud y el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud, para emprender un ensayo clínico en México es necesario que la autoridad sanitaria autorice el protocolo de investigación que lo sustenta. Dentro de la Cofepris, la Comisión de Autorización Sanitaria se encarga de revisar los protocolos de investigación en seres humanos.
Sin embargo, en la respuesta elaborada por el secretario general y titular de la Unidad de Enlace de la Cofepris, José Rafael Fernández de Lara y Olivares, sólo se entregó información referente a 2011. Se trata de 538 autorizaciones que se otorgaron el año pasado para realizar investigaciones en seres humanos.
En la relación de protocolos palomeados por la Cofepris se aprecia que la mayoría proviene de instancias privadas de investigación, como el Instituto de Investigación Clínica de Occidente, SA de CV; el Centro de Estudios Científicos y Clínicos Pharma, SA de CV, y el Instituto de Investigación en Farmacología Clínica y Experimental, SA de CV.
También figuran instituciones privadas de salud como el Centro Médico ABC, en donde se autorizó una investigación de la farmacéutica Baxter, SA de CV; el Hospital Ángeles de Puebla, en el que Eli Lilly y Compañía de México, SA de CV, tiene dos protocolos permitidos; o el Hospital Médica Sur, donde Productos Roche, SA de CV, tiene la venia para desarrollar una investigación.
Respecto a la información de años anteriores, la Cofepris contestó que antes de 2011 no se realizaban estadísticas referentes a las autorizaciones de protocolos de investigación, por lo que no estaban en la posibilidad de expedir dicha información.
También argumentó que la Comisión de Autorización Sanitaria fue creada en diciembre de 2007, e inició sus actividades en enero de 2008, por lo que “después de haber realizado una búsqueda exhaustiva en la totalidad de los archivos físicos y electrónicos del área técnica de protocolos de investigación en seres humanos de la Comisión, el resultado es igual a cero”.

Farmacéuticas, detrás de los ensayos clínicos

La información proporcionada por los institutos de salud mexicanos, así como la consultada en la base de datos de sus pares estadunidenses, revela que la mayor parte de los ensayos clínicos que se desarrollan en el país son patrocinados por la industria farmacéutica.
En lo referente a los institutos mexicanos de salud pública, una veintena de laboratorios farmacéuticos trasnacionales están detrás de casi la mitad de las investigaciones que éstos realizan. A la cabeza se encuentran la alemana Merck, las estadunidenses Bristol-Myers Squibb y Pfizer, la inglesa Glaxo Smithkline, la franco-alemana Sanofi-Aventis y la suiza Roche, que han patrocinado 299 de los ensayos clínicos.
Los otros laboratorios que más incidencia han tenido en la realización de este tipo de investigaciones en el país son Eli Lilly and Company, Astrazeneca, Novartis, Schering-Plough, Bayer, Boehringer Ingelheim, Abbott, Pharmacia & Upjohn, Wyeth (desde 2009 subsidiaria de Pfizer), Tibotec, Janssen, Kendle y Johnson & Johnson, todos ellos de origen extranjero.
Aunque no se trata de los únicos laboratorios farmacéuticos que desarrollan ensayos clínicos en México, esta veintena ha concentrado el 46 por ciento de las 1 mil 152 investigaciones de las que se conoce el nombre del patrocinador.
No obstante, la cifra podría variar, pues sólo contempla los datos del INER; los institutos Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes; Nacional de Salud Pública; Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y del Hospital General de México, que proporcionaron dicha información. No se incluyeron los 116 ensayos realizados en el Instituto Nacional de Siquiatría entre 1983 y 2011, dado que, de acuerdo con la institución, los proyectos han sido financiados con recursos fiscales propios.
Tampoco se tomaron en cuenta los ensayos del Instituto Nacional de Cardiología, que sumaron 224 entre 2001 y 2011. De éstos, 156 fueron investigaciones de origen interno, por lo que no contaron con financiamiento alguno. Aunque el Instituto señala que 65 proyectos se realizaron mediante convenios con entes privados, no detalla sus nombres.
El Hospital Juárez de México, que ha iniciado 78 ensayos clínicos desde 2003 y hasta 2011, clasificó la información sobre los patrocinadores como reservada, con base en un convenio de confidencialidad y no uso de la información que mantiene con éstos. Sin embargo, en su respuesta a la solicitud de información 1219000021011, contestó que el contenido de los protocolos de investigación que amparan esos ensayos “es el desarrollo de medicamentos con fines de patente”.
El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez también refirió un acuerdo de confidencialidad para no proporcionar los nombres de los patrocinadores de los ensayos clínicos en proceso.
En el caso del Instituto Nacional de Rehabilitación, la información sobre los dos protocolos de investigación concluidos, detalla que ninguno de éstos contó con patrocinio externo.
Los datos de los institutos de salud estadunidenses son más reveladores respecto a la incidencia de la industria farmacéutica: de los 1 mil 549 ensayos clínicos que han emprendido en México, el 60 por ciento está patrocinado por alguno de los laboratorios mencionados.
Pero a diferencia de lo que reportan las cifras de las instituciones de salud pública nacionales, la farmacéutica que más investigaciones ha financiado en el país –a través del sistema de salud estadunidense– es Pfizer, con 156 patrocinios (incluidos los de su subsidiaria Wyeth). Si se le suman los 61 ensayos que ha financiado a través de los institutos de salud mexicanos, alcanza un total de 217, lo que la convierte en la empresa farmacéutica con mayor incidencia en las investigaciones en seres humanos en el país.
Considerado el más importante laboratorio farmacéutico a nivel mundial, Pfizer fue el primero en producir penicilina industrialmente y fue el creador del Viagra.
Pero también es responsable de haber realizado ensayos clínicos en 1996, en Nigeria, para probar el medicamento llamado Trovan con personas afectadas por una epidemia de meningitis, sin informarles que utilizaba un producto experimental.
La consecuencia fue la muerte de 11 niños y malformaciones físicas y mentales de gravedad en 200 infantes más. Tiempo después se sabría, a través de los cables de la embajada de Estados Unidos filtrados por Wikileaks, que la farmacéutica de origen estadunidense había negociado en abril de 2009, un acuerdo con el gobierno nigeriano para intentar evitar el juicio emprendido por Nigeria en su contra. Al final, el laboratorio pagó 75 millones de dólares a las familias afectadas para evitar que la causa penal prosperara.
En el registro de los NIH, los laboratorios de Sanofi-Aventis figuran como los segundos que más ensayos han patrocinado en el país. Se trata de la compañía farmacéutica más importante de Europa y la tercera a nivel mundial. En México tiene presencia no sólo por los medicamentos que comercializa, sino por los 167 ensayos clínicos que realiza (123 mediante los institutos de salud estadunidenses, 44 a través de los mexicanos).
Las farmacéuticas estadunidenses Bristol-Myers Squibb y Eli Lilly and Company también se encuentran entre las que más investigaciones que involucran a humanos llevan a cabo en México. La primera ha financiado 159 estudios (98 a través de los NIH, 61 mediante sus pares mexicanos), mientras que la compañía fundada por el coronel y farmacéutico Eli Lilly ha patrocinado 136 ensayos clínicos en el país.
Eli Lilly and Company, que tuvo entre sus directivos al expresidente estadunidense George Bush, ha estado involucrada en varios escándalos que han puesto en duda la ética con que actúa. Uno de los más conocidos es el caso Zyprexa, en el que se denunció que la farmacéutica ocultó información sobre la posibilidad de crear una propensión a la diabetes a consecuencia del medicamento.
Un artículo publicado en el diario estadunidense The New York Times, el 17 de diciembre de 2006, reveló que durante una década la empresa había mantenido en secreto esa información, pues el Zyprexa –utilizado para tratar la esquizofrenia– era el producto más vendido de la compañía.
Otro escándalo fue el del caso Fentress, en el que se un hombre medicado con Prozac (antidepresivo creado por el laboratorio) disparó un rifle de asalto en su lugar de trabajo, matando a ocho personas e hiriendo a una docena, antes de suicidarse.
Para evitar un juicio en el que se escrutara la posible relación entre el antidepresivo y la inducción al suicidio, la compañía corrompió al abogado de la parte demandante para que no presentara al jurado evidencia que la perjudicara. Aunque el veredicto fue favorable para la farmacéutica, el juez remitió el asunto a la Suprema Corte de Kentucky, que revocó la sentencia al descubrir la corrupción en el proceso judicial.
De acuerdo con el reporte México: situación y perspectivas del sistema de regulación ética de la investigación biomédica y la protección a los sujetos de investigación, una de las mayores inquietudes sobre la práctica de ensayos clínicos es el patrocinio de la industria farmacéutica, debido a conductas “reprobables” que se han dado.
 
Como ejemplos, el documento refiere el acercamiento directo de los laboratorios a médicos para ofrecerles dinero por el reclutamiento de pacientes o la incorporación de pacientes “vírgenes” (que no se han sometido a ningún tratamiento médico previo para tratar su padecimiento) en ensayos clínicos, o la realización de estudios con el único fin de promocionar productos.
“Éstas y otras conductas han ocasionado que se considere que la investigación patrocinada por la industria farmacéutica es, en general, en la que más riesgos se corren de que no se respeten estándares éticos”, sentencia el reporte, elaborado por la Comisión Nacional de Bioética en 2006, y que forma parte de un proyecto de la red internacional Eulabor.
Además se han detectado problemas en los protocolos de investigación de la industria farmacéutica, pues al tratarse de estudios multicéntricos no necesariamente se adaptan a la normatividad de cada país y es difícil modificarlos para que cumplan con los estándares locales.

México, en la mira

Durante mucho tiempo, las compañías farmacéuticas de Estados Unidos y Europa llevaron a cabo ensayos clínicos en países asiáticos, particularmente en India. Gracias a la externalización de sus estudios clínicos en ese país, las farmacéuticas reducían sus costos hasta un 60 por ciento.
Pero las empresas han descubierto nuevos “mercados” para llevar a cabo sus investigaciones, que les ofrecen costos más bajos. Uno de esos nuevos destinos es América Latina.
De acuerdo con el artículo “Trials in Mexico: addressing the challenges” (Ensayos en México: afrontando los desafíos), publicado en febrero de 2009 en la revista inglesa Good Clinical Practice Journal, Argentina, Brasil y México son los países en donde más se realizan ensayos clínicos.
Sin embargo, indica la publicación, “México, en particular, se ha convertido en un líder en el mercado farmacéutico y una prominente locación para ensayos clínicos”.
Las razones de ello, explica la autora del texto, Karen Politis Virk, son el bajo costo que existe para llevar a cabo investigaciones clínicas en el país (30 por ciento menor que en Estados Unidos) y la posibilidad de inversión que tienen las farmacéuticas extranjeras gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, signado entre México, Estados Unidos y Canadá, vigente desde 1994.
Pero no se trata de las únicas “ventajas” que las farmacéuticas pueden encontrar en México para hacerlo destino de sus investigaciones. El país también tiene un índice de reclutamiento superior al de Estados Unidos y un alto porcentaje de pacientes no sometidos previamente a tratamientos (conocidos como pacientes “vírgenes”).
La cercanía geográfica con Estados Unidos también se anota como una “ventaja”, así como la diversidad étnica de los pacientes y la alta proporción de personas adultas, lo cual es favorable para desarrollar investigaciones relacionadas con padecimientos como alzheimer, parkinson y osteoporosis.
La prevalencia de enfermedades cardiovasculares, pediátricas o reumatoides, así como de diabetes u osteoporosis en la población mexicana, también hacen atractivo al país para ser locación de investigaciones en seres humanos.
Politis Virk apunta como desventajas las condiciones de pobreza de la población, el analfabetismo (de 8 por ciento en adultos) y las barreras lingüísticas. La autora sugiere a los interesados en emprender ensayos clínicos en México que tomen en cuenta estos factores, particularmente porque suelen dilatar los procesos regulatorios.
Y es que la obtención del consentimiento informado del paciente, indispensable para que se autorice un protocolo de investigación, puede demorarse debido a que muchas instituciones de salud solicitan una segunda carta de consentimiento, escrita en un lenguaje sencillo y con el visto bueno de dos testigos.
Si bien la autora reconoce que se trata de un procedimiento adoptado para ayudar a eliminar los problemas éticos que pueden interferir en la obtención de un consentimiento informado en la población “menos educada”, considera que quedan “varias cuestiones pendientes”.
La red Eulabor, que se enfoca en la evaluación de sistemas de regulación ética en investigación médica que involucra a humanos, emprendió en 2006 un proyecto para analizar comparativamente los panoramas de distintos países respecto a la realización de ensayos clínicos.
El diagnóstico sobre México, que estuvo a cargo de la Comisión Nacional de Bioética (órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud) aborda los factores que considera problemáticos para el desarrollo de este tipo de estudios en el país.
Uno de éstos es el bajo nivel de escolaridad de la población, pues el sistema de regulación ética de la investigación biomédica contempla cartas de consentimiento que están redactadas de tal forma que no son entendidas por los participantes. Así, la larga extensión de éstas y su redacción en un lenguaje complicado “dificulta que el participante efectivamente comprenda el alcance de su colaboración en una investigación”.
La diversidad lingüística del país es otro de los elementos que deben ser considerados para garantizar una participación libre e informada en los ensayos clínicos, particularmente respecto de la población indígena que no habla español, o lo hace precariamente.
Otro aspecto a tomar en cuenta, continúa el informe de Eulabor, es el acceso a la seguridad social en México. Aunque hay servicios de salud tanto públicos como privados, un amplio sector no tiene acceso a ninguno, con lo que queda desprotegido frente a casos adversos. Simultáneamente, muchas personas no pueden acceder a los medicamentos que requieren, pues les resultan incosteables.
Esta situación complica el sistema de regulación ética de los ensayos clínicos, advierte Eulabor.
“Por una parte, los pacientes no evalúan objetivamente los alcances de su participación en una investigación, si ésta representa ‘la diferencia entre la vida y la muerte’ ante la falta de acceso a un determinado medicamento.
Por otra parte, tanto los médicos como los integrantes de los comités de ética en investigación entran en conflicto, pues comprenden que la participación en un determinado proyecto puede ser la única opción viable para que un paciente reciba tratamiento”, sentencia el informe.
Otro factor que impacta en el desarrollo de investigaciones biomédicas en el país es la falta de fondos para la investigación en salud. Esta carestía se traduce en bajos sueldos y pocas oportunidades de desarrollo para los investigadores, quienes podrían buscar financiamiento de cualquier forma.
Con ello, la protección de los sujetos de investigación se ve comprometida, pues el objetivo primordial de los investigadores es obtener recursos. Además, como su desempeño se mide con base en indicadores cuantitativos, los investigadores están más preocupados por la cantidad de publicaciones que tengan que por la integridad de la investigación y de los participantes.
A fin de conocer los mecanismos de control y supervisión que la autoridad sanitaria lleva a cabo respecto a los ensayos clínicos que se realizan en el país, Contralínea solicitó entrevista con el titular de la Cofepris, Mikel Arriola. Al cierre de edición, la licenciada Rosalba Villanueva, del Área de Comunicación Social de la Comisión y a través de quien se hizo la petición, no había dado respuesta.

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