viernes 12 de noviembre de 2010

 

Silvio González (PL)

Rafael Hernández conoce en carne propia los peligros y dificultades de atravesar el ardiente desierto y las heladas montañas para poder llegar sin documentos a Estados Unidos desde México.

Como muchos otros inmigrantes centroamericanos y mexicanos desgraciadamente el vivió esa amarga experiencia hace 21 años junto a su esposa e hija.
Hoy Hernández es un chicano que logró su residencia en Estados Unidos después de residir durante décadas en San Diego, California.
Tiene entrenamiento como paramédico, lo que le permite ofrecer primeros auxilios a todo aquel que lo necesite apunta la organización hispana La Raza.
Ahora el y su organización de voluntarios Los Ángeles del Desierto patrullan en sus camionetas desde hace ocho años ambos lados de la frontera en busca de inmigrantes en peligro o abandonados en el desierto, las heladas montañas o en deshabitados islotes de la costa californiana por los traficantes de personas o coyotes.
En esta agrupación solidaria participan 60 voluntarios pertenecientes mayormente a iglesias católicas de la ciudad de San Diego.
Ellos realizan patrullas tres veces a la semana en grupos de 15 personas para cubrir un radio de 120 kilómetros que se extienden a ambos lados de la demarcación fronteriza, según anuncian varias radioemisoras latinas de esa ciudad.
A éstos escabrosos y poco conocidos pasos los inmigrantes les llaman «trampas mortales del sueño americano» pero los Ángeles del Desierto las consideran su zona de rescate y salvamento.
De acuerdo con Rafael Hernández, los coyotes comúnmente dejan a los inmigrantes olvidados en el camino y es común que si uno muere, ellos no reportan el cuerpo.
Más que un equipo de búsqueda, los Ángeles de Desierto son en realidad, una de las pocas instituciones que realmente trabajan por los inmigrantes indocumentados señala el sitio web, la voz del migirante.com.
En un principio, comenta el sitio Catholic Review, confrontaron problemas con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y también con las autoridades mexicanas, ya que creían que los Ángeles del Desierto era un grupo de «coyotes».
Actualmente, han mejorado su relación con las autoridades fronterizas de ambos países y de hecho, como ya los conocen, incluso reciben las llamadas de emergencia donde les piden ayuda para explorar ciertos territorios.
Sin embargo, han tenido que enfrentarse con grupos paramilitares armados racistas que operan en el lado estadounidense como los denominados Minutemen que lejos de ayudar a los indocumentados lo que hacen es que los arrestan, los maltratan y los conducen a las autoridades para que los deporten, según el San Francisco Chronicle.
En cambio, los Ángeles del Desierto si encuentran a personas perdidas, en el lado de México, los conducen a hospitales o refugios de ese lado y si lo hacen en Estados Unidos, intentan convencer a los inmigrantes de que se dejen conducir por la Patrulla Fronteriza a un hospital estadounidense.
Normalmente, los extraviados han perdido el rastro de los coyotes porque están heridos o deshidratados, por lo que necesitan con urgencia de atención médica.
Sin embargo, también han realizado búsquedas en otros pasos comunes de inmigrantes, como el río Bravo, el pico Tecate o las islas en la costa de California.
Sus búsquedas son aleatorias, es decir, que no buscan personas específicas, sino que salen al desierto para hallarlos o en otros casos los familiares de los desaparecidos se comunican con ellos para solicitarles la búsqueda de una persona en especial.
No siempre la búsqueda es completamente satisfactoria, ya que a veces encuentran inmigrantes muertos y en esos casos, intentan informar a las familias o a los consulados para que los parientes terminen con la angustia de no saber qué les ocurrió.
Hasta el mes de septiembre esta organización había encontrado una decena de muertos en el territorio que abarcan sus patrullajes en lo que va de año según su propio sitio en Internet.
Rafael Hernández también recibe la ayuda de la comunidad de inmigrantes en California con aportes de dinero, donaciones de comida, agua, medicinas o ropa.
El sitio la voz del migrante.com ayuda a los indocumentados provenientes de Guatemala en Estados Unidos y tiene un lema anónimo que reza: «no podemos olvidarlos, porque ellos no nos olvidan».

Silvio González es jefe del Departamento de Difusión de PRENSA LATINA.