Costa Rica: ¿bregando por el retorno del ejército?

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sábado 30 de octubre de 2010

 

Con tesón e inteligencia, se viene haciendo en Costa Rica una campaña que apuesta por el retorno del ejército. Primero fue el tema de la inseguridad; luego fue el problema del trasiego de drogas y la necesidad de militarizar espuriamente al país a través de la presencia de una verdadera armada Norteamérica; el último incidente es la alharaca que se arma en torno a un supuesto accidente con Nicaragua debido al dragado del río San Juan, fronterizo entre ambas naciones.
Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
rafaelcuevasmolina@hotmail.com
Una larga lista de hechos se encadena para sustentar el temor de que en Costa Rica se esté bregando, intensamente, por volver a la senda del militarismo. Como es sabido, en 1949 este país tuvo la lucidez suficiente de deshacerse de esa costosa y, las más de las veces inoperante, estructura que es el Ejército.
Fue un paso visionario dado sin mayores aspavientos, que en este país se simboliza con la figura del entonces presidente de la República, José Figueres Ferrer, dándole un mazazo a la pared de uno los cuarteles emblemáticos de la época.
Dado el papel que han jugado los ejércitos en nuestras tierras, luego de la debacle de los años duros en los que coroneles y generales se dieron a la tarea de perseguir a sangre y fuego a todo aquel que no pensara como su cavernícola cerebro dictaba, uno podría estar tentado a pensar que la decisión de los costarricenses constituyó una verdadera revolución silenciosa de profundas y duraderas consecuencias.
Porque abolir el ejército no significa solamente eliminar el aparato como tal sino, además, construir una estructura paralela e independiente que fortalezca el Estado de derecho y, más que eso, una cultura del diálogo y la negociación en la que ninguna de las partes puede acudir, aunque sea en última instancia, al garrotazo que dejé fuera de combate al contrincante. Ésta última es, sin duda, la más ardua de todas las tareas, porque se refiere a aquel ámbito de lo social que es más renuente a amoldarse de acuerdo a los cambios que eventualmente pueden darse en el orden de lo material.
Los costarricenses han hecho mucho en la construcción de ese camino civilista: hay una arraigada conciencia de las bondades que acarreó esa decisión del año 49, y han incorporado a su imaginario ideas de carácter mitológico que la aprueban y refuerzan. Así, los ticos se autocalifican como pacíficos, y buscan las raíces de tal caracterización hasta en los remotos tiempos coloniales e, incluso, en la bucólica tranquilidad de sus valles y montañas que, supuestamente, habrían perfilado un carácter nacional propicio para una introspección huraña.
La forma como se refieren a este “rasgo nacional” de su personalidad social llega casi a rozar una especie de determinismo biológico que establecería que los costarricenses son pacíficos “por nacimiento”.
Quiere decir todo esto que en el país el civilismo ha echado raíces profundas, hasta el grado de construirse un andamiaje ideológico que pone al civilismo como uno de los rasgos definitorios de la “especificidad” costarricense.
No todos, sin embargo, están contentos con esto. Los brotes militaristas aparecen aquí y acuyá con cierta frecuencia, y son de distinto orden e importancia. Por allá aparece, de pronto, un jefe policial enamorado de kepis y charreteras y no duda de exhibirse en público con su indumentaria que, vista en un contexto tan ajeno a tales embelesamientos, rápidamente es ridiculizada por la chanza popular.
Pero no todo es tan inocente. Hay otros que apuestan por algo más que la indumentaria próxima a lo circense de algún jefecito de policía. Atrás de tales intenciones hay intereses económicos y políticos para los que tener un ejército nacional puede significar un negocio con jugosos dividendos monetarios, o una forma “expedita” de burlar las a veces largas y tediosas vías de la negociación: conforme crece y se concentra la riqueza, aumenta el número de quienes se enervan por tener que compartir la toma de decisiones con los “fracasados” sin poder económico que ahora parecen ser “ingobernables”.
Pero en un contexto en el que se encuentran tan arraigadas las ideas contrarias al ejército, ¿cómo hacer?
Con tesón e inteligencia, se viene haciendo una campaña que apuesta por el retorno del ejército. Primero fue el tema de la inseguridad y de la incapacidad de la policía para hacerle frente: las casas del pequeño país centroamericano se transformaron en pequeñas fortalezas alambradas y proliferaron los condominios con guardas privados, a tal punto que hoy son más los policías de este tipo que los adscritos al Ministerio de Seguridad Pública.
Luego fue el problema del trasiego de drogas y, asociado a ello, la necesidad de militarizar espuriamente al país a través de la presencia de una verdadera armada Norteamérica que llegó a perseguir narcotraficantes con portaviones.
El último incidente es la alharaca que se arma en torno a un supuesto accidente con Nicaragua debido al dragado del río San Juan, fronterizo entre ambas naciones. Para la frontera fue enviada una pequeña “fuerza armada” costarricense, con policías en traje de fatiga, cascos y tolvas de balas atravesadas sobre el pecho, para enfrentar una amenaza que nunca apareció. En el bullicio participan interesados e ingenuos, instigadores y tontos que nunca faltan, y que siempre del lado costarricense remiten los recurrentes temas fronterizos entre ambos países a las conveniencias políticas de los nicas, perdiendo de vista lo que pasa bajo sus narices en su propio país.
Todos estos hechos deben ser entendidos en su conjunto, unidos por intenciones aviesas que buscan revertir una situación que constituye un avance social y político sin precedentes en América Latina.

François Houtart: crisis de civilización y nueva utopía

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sábado 30 de octubre de 2010

 

Es necesario realizar una ruptura con la idea dominante que asocia “desarrollo” con “occidentalización”, y al mismo tiempo, hacer de la especificidad cultural un factor primordial de la nueva forma de pensar el desarrollo.
Andrés Mora Ramírez /AUNA-Costa Rica
François Houtart, uno de los intelectuales críticos y activistas altermundistas más reconocidos a nivel internacional, visitó Costa Rica para dictar una conferencia en la Universidad Nacional (27 de octubre), en la que reflexionó sobre los alcances de la crisis a la que nos enfrentamos, y expuso algunas propuestas o grandes ejes de pensamiento, que podrían animar y estimular la búsqueda de alternativas y soluciones.
Aunque su estadía en el país fue “invisibilizada» por los medios de comunicación hegemónicos, queremos destacar en estas líneas las principales ideas expuestas por el teólogo y sociólogo belga: un hombre que se ha ganado el respeto y reconocimiento por cultivar, a lo largo de los años, esa difícil virtud que hace de la consecuencia entre pensamiento y acción una forma de vida.

 

Múltiples expresiones de una crisis sistémica.
Para Houtart, asistimos hoy a una profunda crisis de la civilización occidental moderna: esa que nació con la expansión y conquista europea de los territorios del “nuevo mundo”, y al amparo del pensamiento eurocéntrico y el desarrollo del capitalismo (mercantilista, en un momento inicial; industrial-extractivista, más tarde, y financiero-informacional, en nuestros días).
Cuatro son las dimensiones más visibles, aunque por cierto no las únicas, de esta crisis: en primer lugar, la alimentaria, signada por el aumento en los precios de los productos agrícolas en los últimos años, y los movimientos de capitales especulativos hacia este sector de la economía mundial.
En segundo lugar, la crisis energética, que al ritmo de crecimiento de los niveles de consumo actuales, provocará el agotamiento de fuentes energéticas fósiles y minerales en un período de 50 años a un siglo (con el riesgo implícito de que aumenten los proyectos de explotación de la agro-energía); a ello se suma la crisis del cambio climático, cuyos efectos amenazan a grandes sectores de la población mundial, especialmente de los países más pobres e insulares, que llegarían a convertirse en migrantes climáticos.
Finalmente, la última dimensión señalada por Houtart es la crisis de hegemonía –política y económica- de los Estados Unidos, la potencia otrora dominante, que ahora afirma sus espacios de dominación a partir del despliegue de su fuerza militar: las invasiones a Irak y Afganistán, o la instalación de bases militares en zonas geopolíticas y geoeconómicas estratégicas en América Latina –una de las principales “reservas” de recursos naturales del planeta-, así lo confirman.
En el origen de estas múltiples crisis, subyace la lógica de acumulación del capitalismo, que ignora deliberadamente las consecuencias de sus actos. Siendo, entonces, una crisis civilizacional, de sistemas entrelazados e interdependientes, su lectura debe superar la estrecha interpretación que intenta caracterizarla solamente en su perspectiva financiera.
Alternativas y horizonte utópico.
Ante un panorama como este, ¿cuáles son las rutas que podríamos seguir para construir alternativas a esa civilización decadente? Un elemento clave en ese proceso de búsqueda y transformación, explicó Houtart, debe ser el replanteamiento profundo, radical, de los paradigmas dominantes de la civilización moderna, y en particular, del modelo de desarrollo neoliberal, quizá el más destructivo que ha conocido la historia humana.
Esto supone repensar los pilares de la modernidad occidental, posicionándose críticamente frente a ellos, para revertir sus efectos negativos, sus tensiones y contradicciones. Es necesario realizar una ruptura con la idea dominante que asocia “desarrollo” con “occidentalización”, y al mismo tiempo, hacer de la especificidad cultural un factor primordial de la nueva forma de pensar el desarrollo.
Así, un programa mínimo que encauce los esfuerzos de construcción del otro mundo posible requiere, en primera instancia, revertir el paradigma de la dominación y explotación de la naturaleza -que atraviesa la historia del colonialismo y el capitalismo modernos-, para forjar, en su lugar, una relación basada en el respeto y la conciencia de los vínculos profundos que existen entre el medio ambiente y el ser humano.
Además, debe aspirar a la transformación de la lógica dominante de la producción de la vida, es decir, redefinir la economía como la actividad necesaria para producir la vida material, cultural y espiritual, lo que supone, al mismo tiempo, impugnar el dogma capitalista que coloca el valor de cambio por encima del valor de uso de las mercancías.
Un tercer punto a considerar es la democratización social y política, a todo nivel: desde las relaciones humanas más básicas, hasta las instituciones políticas estatales y los organismos internacionales.
Y por último, directamente vinculado con lo anterior, la inclusión de los enfoques de multiculturalidad en “la construcción de una sociedad con oportunidad para todas las culturas, todas las religiones, todas las filosofías y los saberes”.
El plan de acción para llevar adelante este programa requiere “coherencia y unidad en el análisis y la acción”, y su objetivo final ha de ser la consolidación de un nuevo horizonte utópico: el Bien Común de la humanidad, lo que solo podrá alcanzarse mediante la complementariedad de las luchas, de los saberes y la convergencia de los movimientos sociales, si realmente se apuesta por “un proyecto de cambio de largo plazo”.
Precisamente, esta fue la gran lección de la conferencia de Houtart: la necesidad de la utopía, de no abandonar ese camino que, aunque largo y no pocas veces doloroso, ha de ser fecundado por la persistencia, sin olvidar que “lo que no existe hoy, puede existir mañana…”.

Periodismo cómico e infame contra Cuba

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sábado 30 de octubre de 2010

Colgar un blog en la web no tiene nada de extraordinario, eso es comidita de todos los días. Lo extraordinario radica en el contenido ético de lo que se comunica. ¿Qué se transmite y cómo se transmite? No se trata de tergiversar la verdad.
Abner Barrera / AUNA-Costa Rica
El Comercio, uno de los diarios de mayor tiraje y circulación en el Perú, que condensa los intereses ideológicos y políticos de la derecha oligárquica limeña, es uno de los medios que a lo largo de sus años, se ha encargado de deslegitimizar los cambios sociales y las revoluciones en América Latina. No es extraño ver en sus páginas, un día sí y otro también, una escalada sistemática de satanización contra los procesos revolucionarios en Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Entre sus columnistas internacionales aparecen los publicistas despintados del neoliberalismo; el elenco selecto del circo lo componen Oppenheimer, Montaner, Vargas Llosa entre otros; son los mismos que se han llenado los bolsillos de dólares, a costas de difamar a la revolución cubana.
Para El Comercio, como su nombre lo indica, el ejercicio periodístico radica en comercializar la noticia, tratando de sacar ventajas económicas y políticas, y para eso recurre al ataque calumnioso del adversario. Perversa y maniqueamente presentan al otro -en este caso Cuba-, como representante del mal y ellos –El Comercio– representantes del bien. En días recientes tuvieron que anunciar -porque nadie se había enterado-, que desde hace tres semanas tienen como columnista colaboradora a la auto declarada disidente cubana Yoani Sánchez. ¡Tremendo aporte al periodismo mercantil y contrarrevolucionario!
Se refieren a ella como “la heroína de la libertad de expresión”. Sin tapujos señalan que su columna tiene como objetivo hablar “contra la situación política de Cuba” (o sea el mismo disco vetusto y rayado de los payasos del circo nombrados en el primer párrafo). El Comercio dice que ella escribe su blog desde la isla en tono desafiante a la falta de libertades, y “pese a las amenazas oficialistas y la débil situación económica del país, la bloguera ha prometido quedarse en Cuba, para desde ahí continuar relatándonos la otra vida de la isla”.
Lo cómico es lo contradictorio de esta noticia: señalan -por un lado- que en Cuba no hay libertad de expresión y sin embargo -por otro lado-, afirman que Sánchez escribe desde la isla y lo hace para hablar contra el gobierno. Pregunta: ¿si no hay libertad de expresión en Cuba, cómo es que ella tiene libertad para escribir contra el gobierno cubano? (Como puede verse, estos profesionales de la noticia no se pusieron de acuerdo para fabricar la mentira).
Lo infame es la actitud tanto de El Comercio como de Sánchez; El Comercio, porque so pretexto de libertad de empresa privada y comercial, usa sus recursos para calumniar abiertamente contra la soberanía e independencia del pueblo cubano y no informa absolutamente nada del cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos por más de cincuenta años; y de Sánchez, por su actitud mercenaria al ponerse al servicio de intereses foráneos en contra de su país.
A Sánchez y a su familia el socialismo cubano le posibilitó -y aún le posibilita- los mejores servicios educacionales del mundo y excelentes servicios de salud de forma gratuita, ella no paga vivienda, goza de trabajo y tiene seguridad social. Por lo mismo es que ha decidió quedarse en la isla. En cualquier otro país tendría que pagar por todos esos derechos que hoy disfruta en Cuba.
Sin embargo, ella se dedica a calumniar a su país, porque a cambio recibe distinciones y reconocimientos internacionales. El solo hecho de saber que en el 2008 el diario El País de España le otorgó el premio Ortega y Gasset, desnuda en cuerpo y alma quién es esta mensajera de la libertad.
Presentar a Sánchez como una gran voz disidente es sumarse al juego político contrarrevolucionario y mafioso, dirigido desde Miami. A no pocos peruanos les sorprende que hasta esos bajos fondos de infección moral pueda llegar un diario -como El Comercio– que presume de decente y democrático.
Colgar un blog en la web no tiene nada de extraordinario, eso es comidita de todos los días. Lo extraordinario radica en el contenido ético de lo que se comunica. ¿Qué se transmite y cómo se transmite? No se trata de tergiversar la verdad. En Cuba hay muchos blogueros, al igual que los hay en otros países, pero la mafia de Miami selecciona a quien le pueda ser útil a sus propósitos, por eso escoge al más servil de los mercenarios.

 

El Comercio, Sánchez y la mafia deberían sacar tiempo para leer el blog La Isla Desconocida de Enrique Ubieta. Si lo que quieren es conocer lo que no se dice de Cuba, ahí tienen una fuente muy rica. Ubieta habla de la isla que el imperio -con un bloqueo por más de cincuenta años- no ha podido aislar; dice lo que los grandes medios callan y ocultan sobre la revolución cubana.

 

El Comercio compra a la bloguera Sánchez, la cosifica, la recicla y la pone al servicio de la oligarquía limeña, para que no cese de celebrar sus orgías ideológicas contra la revolución cubana.

Atitlio Borón: “los procesos políticos de cambio en América Latina o se profundizan o la restauración conservadora es inevitable”

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sábado 30 de octubre de 2010

Para el politólogo argentino, la lucha emancipadora tiene que ser continental y debe avanzar simultáneamente en procesos integracionistas como la ALBA, Unasur, el Banco del Sur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

Fernando Arellano / Cronicon.net y Rebelion
La advertencia es categórica: o se profundizan los cambios en aquellos países de gobiernos progresistas en América Latina o la derecha con la complicidad y el apoyo de Washington retomará el poder para imponer su modelo represivo en lo político, y neoliberal en lo económico. Así analiza la coyuntura sociopolítica de la región el destacado sociólogo y politólogo argentino Atilio Boron.
En el desarrollo de dos charlas que dictó durante el Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos, organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires y que recoge en esta síntesis el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano (http://www.cronicon.net/ ), Borón hizo un pormenorizado análisis de la situación política del hemisferio, sus escenarios, las amenazas que enfrentan los gobiernos progresistas, y planteó una agenda para un proyecto transformador en las naciones latinoamericanas.
La lucha emancipadora tiene que ser continental, dijo, y recomendó simultáneamente avanzar en procesos integracionistas como la ALBA, Unasur, el Banco del Sur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.

 

Una independencia con mucha dependencia

Con la autoridad académica que lo caracteriza, este científico social señaló que el proceso del bicentenario de la independencia de las naciones latinoamericanas es inconcluso y que uno de los mayores obstáculos es el imperialismo norteamericano con sus aliados locales, los grupos dominantes criollos.
“La lucha por la igualdad y la democracia es muy demorada. Es una independencia con mucha dependencia, no obstante que los avances en materia de resistencia a las políticas neoliberales en varios países de la región son muy positivos”, acotó.
Su condición de observador político, catedrático universitario y analista de la realidad socioeconómica de América Latina le permite tener una visión muy certera de los fenómenos sociales que vienen suscitándose a lo largo y ancho del continente. Ph.D. en Ciencia Política de la Universidad de Harvard, Magister en Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Santiago de Chile, y Licenciado en Sociología con diploma de honor de la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires, Borón cuenta además con una amplia experiencia como docente. Desde 1986 está vinculado con la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la cual fue su vicerrector, es Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Argentina (CONICET). Entre 1997 y 2006 se desempeñó como secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), ha sido profesor visitante de varias universidades del mundo (entre ellas, Columbia, MIT, UCLA) y actualmente se desempeña como director del PLED, el Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Autor de varios libros, entre los cuales se destaca «Imperio e Imperialismo», que obtuvo en 2004 el Premio honorífico de ensayo Ezequiel Martínez Estrada de Casa de las Américas. Por su acuciante actividad investigadora y sus profundos análisis de la realidad latinoamericana, en julio de 2009 le fue concedido el Premio Internacional José Martí por parte de la UNESCO.
La batalla de las ideas es fundamental

En la guerra de los pueblos contra el neoliberalismo y la hegemonía norteamericana, Borón recuerda lo que dijo José Martí: “De pensamiento es la guerra que se nos libra; ganémosla a fuerza de pensamiento.” Es decir, dirigir esta guerra con criterio político es el único modo de ganarla, por eso, agrega, “la batalla de las ideas es fundamental para enfrentar la dominación ideológica, el control monopolista de los medios de comunicación y de las escuelas de economía”.
Pero al mismo tiempo, dice, se debe lograr coordinar la resistencia social para dar la batalla contra el capitalismo. “Los movimientos sociales y las fuerzas populares no pueden dar una lucha local, parcial y parroquial, sino que es necesario concretar una coordinación mundial de todas las resistencias a lo largo y ancho de todos los continentes”, explica.
Lo cierto, colige, es que frente a la crisis de civilización que enfrenta la humanidad, “el mundo no resiste un siglo más de explotación capitalista, porque sostener un sistema consumista como el que practica es insostenible”.

 

Cuatro realidades sociopolíticas en Latinoamérica

Dentro del contexto latinoamericano, Boron sostiene que claramente se pueden determinar cuatro realidades sociopolíticas:
1. Cuba constituye la excepción en el continente; una revolución triunfante que ha construido un Estado de nuevo tipo y una sociedad no capitalista.
2. Venezuela, Bolivia y Ecuador, cuyos gobiernos impulsan un proyecto radical de transformación social, política y económica pero aún en medio de un Estado capitalista y una sociedad burguesa. No hay solución dentro del capitalismo, es la convicción de estos gobiernos, algo que los distingue de los del siguiente grupo.
3. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, países gobernados por líderes de centroizquierda que no ponen en cuestión la ruta del capitalismo. Su acento está en el impulso de programas de amplio calado social y en un cierto posicionamiento internacional que, en ciertas circunstancias puntuales, los convierte en socios privilegiados de Venezuela, Bolivia y Ecuador.
4. Países gobernados por la derecha: México, Colombia, Chile y Perú, que mantienen y defienden el modelo neoliberal y son obsecuentes con los dictados de Washington.

 

Amenazas para el proceso de transformación

Borón es reiterativo en que el principal obstáculo para el desarrollo socioeconómico de los pueblos de América Latina es la hegemonía norteamericana y sus aliados, las oligarquías locales que por proteger sus intereses tienen espíritu de cipayo.
A ello hay que agregar los gobiernos obsecuentes de Washington que en Latinoamérica son una piedra en el zapato para la integración regional como los de México, Colombia, Chile y Perú.
Con estos socios, el Departamento de Estado y el Pentágono dirigen su acción hacia “el control exclusivo de la gran cuenca amazónica, el corazón latinoamericano que alberga grandes riquezas en materia de petróleo, gas, minerales estratégicos, agua, biodiversidad y potencial alimentario”, sostiene este politólogo argentino.

 

Paraguay bajo ocupación

Además, Borón viene alertando sobre las acciones de ocupación que está desarrollando el gobierno norteamericano en Paraguay, sin que haya logrado despertar la suficiente solidaridad y compresión de la región respecto a lo que está ocurriendo en este país.
“Paraguay está ocupado administrativamente por Estados Unidos; sus agentes torpedean al gobierno de Fernando Lugo y han logrado parar en el Congreso de esta nación el ingreso de Venezuela a Mercosur, que es un proyecto de integración política y económica incompatible con los intereses a largo plazo de Washington”.
En efecto, explica Borón, “el gobierno de Lugo es un inaceptable estorbo para los designios estadounidenses en la región. Si bien hasta el momento Lugo se ha cuidado de mantener muy cordiales relaciones con la Casa Blanca y ha consentido el irritante protagonismo de la embajada en los asuntos internos del Paraguay, un amplio espectro del establishment estadounidense lo percibe con mucha aprensión y lo sataniza como el peligroso bienhechor que, a pesar suyo, puede convertirse en el catalizador de procesos políticos mucho más radicales, al estilo de los que existen en la vecina Bolivia o en el más lejano Ecuador. En las afiebradas alucinaciones de los halcones del Pentágono y el Departamento de Estado, Lugo aparece como una suerte de Kerensky tropical que al igual que su predecesor ruso terminará abriendo la puerta a una insurgencia plebeya de incalculables proyecciones y grávida de serias repercusiones en la geopolítica regional. Esto es así porque Paraguay ocupa un lugar privilegiado para cerrar, desde el Sur, el anillo de bases militares que rodea la gran cuenca amazónica, fuente de toda clase de recursos energéticos, biodiversidad, minerales estratégicos y agua, sobre todo agua. Esa es la razón por la que dos bases ya se han instalado en ese país, en Pedro Juan Caballero y en Mariscal Estigarribia”.

 

Agenda para un proyecto de transformación

No obstante las múltiples amenazas de Washington y de sus lacayos en el hemisferio, Boron considera que la vía para seguir avanzando en los procesos reformistas y de emancipación está en su profundización.
Por eso su advertencia: “Los procesos políticos de cambio en América Latina o se profundizan o la restauración conservadora es inevitable”.
En ese sentido, el desafío de los gobiernos progresistas es mostrar resultados concretos en reformas sociales, políticas y económicas, por lo cual este politólogo se permite plantear una agenda de temas para un proyecto transformador América Latina que, a manera de enunciado, comprende:
– Repudiar y anular la deuda externa.
– Modificar los regímenes tributarios regresivos, condición necesaria para la reconstrucción del Estado destruido por las políticas neoliberales.
– Profundizar la distribución del ingreso.
– Volver a convertir en bienes públicos derechos esenciales como la salud, la educación, la vivienda, la seguridad social, la recreación.
– Recuperar los recursos naturales.
– Avanzar en los procesos de integración supranacional.
– Impulsar nuevas formas de democracia participativa, que supere las formas arcaicas de la democracia liberal.
No se trata de imponer un esquema uniforme, un modelo único de cambio, porque cada país tiene sus particularidades, sus tradiciones políticas y sus propios métodos para acometer las reformas. Parafraseando el poema de Antonio Machado, Borón concluye diciendo: “militante, no hay modelo, se hace el modelo al andar”.

El SUCRE y el tiempo de la emancipación real

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sábado 30 de octubre de 2010

Estamos observando la implementación instrumental de una decisión política asumida por los presidentes del ALBA. Su puesta en marcha implica mucho esfuerzo, concertación, compatibilización política y normativa; sin embargo, es el primer intento real de emancipación económica y financiera en América Latina.

Ramiro Lizondo Díaz / ALAI
El Tratado Constitutivo del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), fue aprobado en un tratado que lo establece como unidad de cuenta común para realizar transacciones comerciales. Fue firmado por los Presidentes del Estado Plurinacional de Bolivia, de la República de Cuba, de la República del Ecuador, de la República de Nicaragua y de la República Bolivariana de Venezuela en Octubre de 2009, y entró en vigencia el día 27 de enero de 2010, al ser ratificado por Cuba y Venezuela. En el mes de Julio de 2010 fue ratificado por Bolivia y Ecuador, y se espera la ratificación por parte de Nicaragua.
El Manifiesto de la Cumbre del Bicentenario, celebrada en Caracas, el 19 de abril de 2010, instruye al Consejo Económico del ALBA presentar un Gran Mapa de Soberanía e Independencia Económica que incluya un Plan para Acelerar la Implementación del SUCRE y ampliar el desarrollo de las Empresas Gran Nacionales y el Banco del ALBA, en una escala que impacte la vida económica de los países del ALBA.
Fue en Cochabamba, el 17 de octubre de 2009 cuando fue aprobada la creación oficial del SUCRE que comenzó a operar en enero de 2010 y la primera transacción se realizó entre Cuba y Venezuela en febrero de este año. La segunda transacción utilizando el SUCRE se realizó entre Venezuela y Ecuador en julio de 2010. Y el 8 de octubre de 2010, se realizó la primera transacción en Sucres entre Bolivia y Venezuela, cuando una empresa de nuestro país, exportó 5 mil toneladas métricas de aceite crudo de soya hacia Venezuela por un valor de 4,2 millones de Sucres equivalentes a $us. 5,3 Millones de dólares.
El SUCRE es una unidad de cuenta y de valor y no una moneda de curso legal. Por lo menos no por ahora. Su principal objetivo es el de reemplazar de manera gradual al dólar en el comercio intrarregional entre los países del ALBA. Con el inicio de las operaciones del SUCRE, la Alianza Bolivariana comienza a redefinir la arquitectura financiera regional al proponerse un Sistema de Pago Internacional al margen del Dólar. De todos los intentos de integración que se dieron en América Latina, éste es el primero que busca la construcción de un espacio regional que tenga su propia unidad de cuenta para sus relaciones comerciales. La forma como funciona este nuevo sistema de moneda virtual permite hacer pagos por operaciones comerciales en el marco del ALBA y su horizonte es convertirse en una moneda física que evite los problemas planteados por las fluctuaciones del dólar.
Estas primeras experiencias con el SUCRE muestran que se requieren esfuerzos adicionales para su implementación gradual y en el futuro abarcar la totalidad de los pagos por el intercambio de bienes y servicios entre los Estados miembros del sistema. Una de las ventajas del SUCRE como medio para direccionar el intercambio es el de orientar determinados objetivos nacionales y regionales; por ejemplo, privilegiar intercambios que vayan a potenciar la soberanía y seguridad alimentaria de los países que lo conforman. Pero todos los bienes y servicios producidos pueden ser intercambiados.
A pesar del poco tiempo de vida, se ha avanzado bastante. La institucionalidad básica del SUCRE consta del Consejo Monetario Regional, la Cámara Central de Compensación y el Fondo de Reserva y Convergencia Comercial cuya reglamentación está en proceso de aprobación. Sin embargo, aún requiere el fortalecimiento de su institucionalidad, la implementación y puesta a prueba de su plataforma tecnológica cuyos sistemas comparte con el Banco del Alba.
La implementación del SUCRE no deja de tener su complejidad. Su incorporación gradual como unidad de cuenta en las relaciones comerciales requiere de acciones concretas por parte de los organismos rectores en materia de comercio, finanzas y control de cambio en cada país miembro. Entre estas acciones están las de definir las listas de bienes y servicios a tramitar por el SUCRE. Estas listas deben ser revisadas y actualizadas en base a criterios comerciales y de reciprocidad entre importaciones y exportaciones entre los países.
Al ser el SUCRE un Sistema de Pagos, su utilidad no se asienta solamente en lograr objetivos comerciales, sino en canalizar flujos de pago. Pasa del simple concepto de administración del comercio de bienes y servicios al manejo de valores. Por eso, es importante conciliar las listas de bienes y servicios entre países con los montos subyacentes a su comercio, sobre la base del comercio histórico entre los mismos para lograr el doble objetivo de administrar el espacio comercial e impulsar su utilización.
La redefinición de listas de bienes y servicios que pueden ser intercambiados, corresponderá a la negociación bilateral entre los Estados parte del SUCRE. En todo caso, se debe ampliar la posibilidad de que las listas no sean únicas y aplicables a todas las contrapartes comerciales de cada país miembro, sino que se puedan manejar listas específicas para cada relación bilateral, ampliándose el universo de bienes, servicios y valores a intercambiarse. Esto promoverá el uso del SUCRE y la configuración de un mercado regional preferencial articulado por este Sistema como llave de entrada a futuros beneficios en la zona ALBA.
Con el SUCRE se crea una nueva alternativa para la canalización de los pagos por el intercambio comercial recíproco entre los países miembros del ALBA, con características totalmente nuevas y sustancialmente diferentes a las existentes en los mecanismos de pagos tradicionales. Las normativas comerciales, tributarias y financieras relacionadas con los pagos internacionales que en algunos casos son incompatibles con la operación de este nuevo Sistema de intercambio comercial debido a medidas como el control de salida de divisas o los regímenes arancelarios o para arancelarios por ejemplo. Hay que adecuar de forma progresiva la normativa comercial en cada país para superar el uso de los mecanismos convencionales en los pagos internacionales tanto como adecuar las regulaciones de control de uso de divisas, de tipos de cambio existentes o la asignación de liquidez en moneda extranjera para expandir el uso del SUCRE. Nunca se dijo que sería fácil, pero lo importante es que ya está funcionando.
Actualmente, el comercio existente entre los Estados miembros se desarrolla de forma directa entre sus empresas privadas, estatales y mixtas, en algunos casos definidos por convenios de cooperación bilateral. Un desafío importante es abrir este Sistema a las pequeñas y medianas empresas, las cuales dispondrán de un mecanismo de pago alternativo más eficiente y barato.
Como parte de la nueva arquitectura financiera está la participación de los Bancos Centrales de los países miembros como las entidades que realizarán los pagos a través de entidades financieras como BOAs (Banco Operativo Autorizado), que corresponderá a la entidad financiera con la que el importador-exportador trabaja en su país de origen. Esto significa que se debe lograr una vinculación activa con los bancos comerciales autorizados en la promoción y utilización del SUCRE.
Definir políticas comerciales en el marco del SUCRE, requiere de información fiable para realizar proyecciones de comercio y precisar los recursos financieros necesarios para ello. Por eso, otra acción importante es la de llevar a cabo un estudio sobre las regulaciones comerciales y monetarias vigentes en cada Estado miembro del SUCRE que permita conocer la situación comercial interregional mediante un sistema de información y análisis de datos sobre intercambio comercial y de servicios dentro de la Zona ALBA.
Otras acciones importantes son las de impulsar en el corto plazo la utilización del SUCRE por parte de las entidades y empresas de los países miembros del sistema, ampliándose a la Zona de Complementación Económica Regional a través de la participación de las empresas gran nacionales y empresas binacionales creadas en el marco del ALBA-TCP. Tanto el Banco del Alba como el SUCRE, son mecanismos e instituciones creadas en el marco del ALBA-TCP, por lo que es necesario que éstas deban incluir la posibilidad de transacciones comerciales en Sucres y estar reflejada en las Actas Constitutivas y normativas de las Empresas Gran Nacionales y Empresas Binacionales que se están creando en diferentes ámbitos.
En la VIII Reunión del Directorio Ejecutivo del Consejo Monetario Regional del SUCRE llevada a cabo en la ciudad de La Paz, se habló incluso de fomentar y apresurar la creación de empresas gran nacionales estratégicas como las de la industria forestal, de comunicaciones y de transporte aéreo. No solo para introducir mecanismos de regulación de los mercados en algunos casos con presencia de agentes monopólicos, sino para ampliar la cobertura y mejorar la calidad de los bienes y servicios que se ofertan a los ciudadanos. Esto requiere una mayor coordinación entre el Consejo Monetario Regional del SUCRE y el Banco del ALBA en función de los acuerdos de las Cumbres Presidenciales y el espíritu de este nuevo modelo de integración e intercambio.
Al alcanzar la plena operatividad del Fondo de Reservas y Convergencia Comercial, se deben promover proyectos que eliminen desequilibrios en el marco del espíritu del SUCRE y de las relaciones de colaboración, complementariedad y reciprocidad del sistema. Ampliar el alcance y la cobertura del SUCRE en el mediano plazo hasta lograr un mayor peso relativo como sistema de pagos en el comercio regional es un desafío que se puede lograr en el corto plazo. A la fecha existen al menos 17 proyectos que quieren usar este mecanismo y están iniciando sus trámites en la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Regional y los Bancos Centrales de sus respectivos países.
En todo caso, estamos observando la implementación instrumental de una decisión política asumida por los presidentes del ALBA. Su puesta en marcha implica mucho esfuerzo, concertación, compatibilización política y normativa; sin embargo, es el primer intento real de emancipación económica y financiera en América Latina.

La crisis general del Capital

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domingo 31 de octubre de 2010

Sergio Bacchi (especial para ARGENPRESS.info)

Este trabajo busca demostrar la validez de la teoría marxista para analizar el capitalismo actual justamente por ser una teoría abierta, que permite ajustarse a los cambios de la realidad sin negarse a sí misma.

Este documento está basado sobre todo en la ley del capitalismo descubierta por Marx “Tendencia a la Caída de la Tasa de Lucro” presente en el libro 3 de “El Capital” y otros conceptos descritos por Marx en “El Capital”, como composición orgánica del capital, pero al inicio examina diversos temas elementales para poder alcanzar el objetivo sin que parezcan conceptos salidos de la manga de un mago, sino conceptos deducidos dialécticamente, siguiendo el hilo teórico conductor desarrollado por Marx y Engels, nuestros fundadores.

1. Introducción
La primera manifestación visible de la crisis general del capital fueron los acontecimientos de 1968 (1), como dejo claro donde describo – más adelante- la máquina típica de la época actual en los comienzos de los años 1960 con el surgimiento del órgano de control, el cuarto órgano de la máquina descrita por Marx con solo tres órganos (2), en el capítulo 7 de este trabajo titulado “La Máquina”.
Comprender esta afirmación significa también entender el proceso de formación de valor en el sistema capitalista, o aún en cualquiera régimen de clases.
Significa saber que sólo el trabajo humano genera valor. Justamente, esta afirmación está en el centro de las concepciones económicas de Marx y, por supuesto, de este trabajo. Entonces podemos entender en profundidad aquello que pasó para generar la crisis de 2008, o sea, una tentativa de sostener un sistema financiero no apoyado en el trabajo productivo, sino que solamente en la circulación financiera, lo que llevó a desmoronar toda esa economía, llevando al mundo al borde del colapso económico. Esto significaría la paralización de todos los sistemas financieros que, a largo plazo, será el fin de las finanzas en el capitalismo si no abolimos ese sistema y creamos otro que no se base en el mercado, o sea, que venga a abolir la explotación del hombre por el hombre y que pase a distribuir la riqueza producida buscando en primer lugar satisfacer las necesidades de todos en igualdad de condiciones.
Por lo tanto, nuestro objetivo aquí es demostrar que el capital no tiene condiciones de superar la crisis en la que está sumergido hace ya unos 45 años, empleando solamente los conceptos desarrollados por Karl Marx y mostrando así que esta teoría, el marxismo, está viva y es la que puede dar cuenta de los sucesos hasta el fin del capitalismo.
2. La base de la explotación del hombre por el hombre
La explotación del hombre que en el capitalismo trabaja por un sueldo está en la forma de remuneración del trabajo humano y que clase social la define. Desde el inicio de la existencia del capital, los trabajadores reciben salarios de acuerdo a un contrato tácito entre el trabajador y su patrón, el dueño de los medios de producción, frente al cual el trabajador no tiene, hasta hoy, voz activa para exigir recibir toda la riqueza que crea. Los trabajadores siempre dejan parte del valor que crean en manos de los capitalistas, dueños de los medios de producción, y ésa es la verdadera razón de la desigual repartición de las riquezas y la forma de someter la clase trabajadora a la clase burguesa.
A pesar de que en la sociedad las cosas no son tan tajantes como la presentada, y está claro que existen restos de las clases anteriores al capitalismo, desde esclavos hasta siervos de la gleba de la Edad Media, en lo esencial el régimen capitalista es definido por esas dos clases, asalariados (o proletarios) y capitalistas (o burgueses), ya que representan la inmensa mayoría de la sociedad. Pero aquí no se trata de mayoría o no, sino que de límites cuantitativos en la generación de valores y nadie discute que son fundamentalmente los asalariados quienes generan la mayor cantidad de valor en el seno de la sociedad capitalista y que los capitalistas solamente administran la generación del valor de la forma que más les interesa y administran el propio valor en sí. Por lo tanto, los asalariados, la clase dominada en el capitalismo, no tienen directamente voz activa en la producción y, por consiguiente, en su destino social, ya que es en el proceso productivo donde el hombre genera su vida. Es ese hecho el que crea la alienación social, tanto del asalariado como del capitalista.
3. Los regímenes sociales por los que pasó la humanidad
Los hombres surgen en completo desamparo en el seno de manadas de monos que lograron un desenvolvimiento superior a los demás. Esos hombres, desde su surgimiento, desarrollan un conocimiento del ambiente en que surgieron, la naturaleza terrestre, para alimentarse y protegerse mejor de las intemperies naturales.
Desde que surgen los hombres, hace 50 a 70 mil años, solamente hace unos 10 o 12 mil años que los hombres pasan a esclavizarse unos a otros. La esclavitud presupone otro hecho, y es que la producción humana pasa a generar excedentes, o sea, los hombres ya no consumen todo lo que producen durante su vida, de los que se apropia el señor de esclavos, apropiación ésta que es el origen de la plusvalía actual en el capitalismo.
Por lo tanto, tenemos que prestar atención a cómo caminó la humanidad hasta llegar a su estado actual, que viene a ser un desarrollo histórico de una sociedad primitiva, surgida de la animalidad y en lucha con la naturaleza y con sus semejantes, desenvolviéndose a duras penas hasta el estado en que nos encontramos.
El régimen esclavista estuvo vigente hasta el siglo V después de Cristo, con la destrucción del Imperio Romano que venía en crisis desde hacía algunos siglos, pues se habían agotado sus condiciones de generar más fuerzas productivas en su seno. En verdad, el Imperio Romano venía en crisis desde antes del nacimiento de Cristo, debido a las rebeliones de esclavos, la corrupción imperante en la aristocracia y las guerras con los bárbaros. Cayó el Imperio Romano y con él, la esclavitud. Así se generó el régimen feudal, régimen en que el señor podía cobrar al campesino el diezmo, o una parte de la producción agrícola del siervo, y éste tenía el derecho inalienable a residir y trabajar en la gleba donde nació y a ser protegido por el señor feudal, a pesar de que numerosas veces pudiera ser reclutado como guerrero por el señor para proteger sus tierras. Estas son las características esenciales del feudalismo dichas de forma muy rápida y superficial.
A partir del siglo X a XI, el feudalismo europeo comienza a degenerarse. Esta degeneración lleva al surgimiento de la centralización en los diferentes reinados. Esto era de interés de los burgueses que ya se desarrollaban, tanto en el comercio exterior como con la aparición de las empresas financieras, o sea, los bancos. La evolución de ese proceso condujo a la fundación de los diferentes estados nacionales por exigencia de la burguesía, que no quería pagar un impuesto al atravesar cada feudo con sus mercaderías, y sí pagar un impuesto único para atravesar un país.
Esa situación evoluciona hacia la democracia burguesa que vivimos hoy, aunque que aquellas revoluciones a nivel europeo tuvieron diversos aspectos, algunas fueron radicales y progresistas, como en Inglaterra y Francia, y otras conservadoras, como es el caso de los países ibéricos: Portugal y España, que pasaron a ser países dependientes de otras naciones europeas, llamadas países centrales del capitalismo.
Las revoluciones capitalistas generan el sistema colonial con las navegaciones de los europeos por el oriente y occidente. Colonizando en oriente a la India, China y otros países menores y casi todos los pueblos africanos; y en el occidente, a toda la América, generando además los EUA y Canadá –que en seguida pasan a integrar los países centrales–, y todos los países latino-americanos que como oriundos de países dependientes y conservadores heredan desde el inicio esa dependencia y conservadorismo, personificados en las oligarquías latinoamericanas.
Posteriormente, con el transcurrir de la historia, Inglaterra pierde su hegemonía para los Estados Unidos de América del Norte y nuestros países latino-americanos transitan del colonialismo al neocolonialismo y hasta hoy se debaten en esa situación, sin poder realizar su independencia económica y social.
4. Fases del Capitalismo
Para comprender cómo el capital arriba a la situación actual es necesario que analicemos rápidamente su evolución histórica.
Como ya vimos, cuando el feudalismo llega al fin de su desenvolvimiento histórico, cuando en su seno ya no puede desarrollar más fuerzas productivas, comienza a emerger el capital, todavía en pleno feudalismo. Ese desarrollo, en su primera fase se da en las ciudades estado italianas, principalmente en cuatro de ellas: Florencia, Venecia, Génova y Milán.
El capitalismo desarrollado en las ciudades estado italianas estuvo basado en la forma de producir artesanal. Esa forma primitiva de capitalismo todavía no conocía las máquinas modernas que solo aparecerían bastante más tarde. Las principales características del capitalismo de esa época son: los artesanos eran profesionales que conocían cabalmente su profesión y eran dueños de los medios de producción. Por ejemplo, un carpintero sabía ir al bosque a escoger un árbol, cortarlo, secarlo, aserrarlo en tablas y construir toda clase de muebles con esas tablas. Un artesano zapatero sabía abatir al animal, sacarle la piel, curtirla, preparar los moldes para un par de botas o zapatos, cortar el cuero, coser los pedazos y colocar suela, consiguiendo un calzado listo para el uso.
Pero, como lo demuestra la historia, la naciente burguesía no se contentó con ese proceso de producción artesanal. Era necesario desarrollar métodos y formas de producir que aumentasen la producción y dejaran mayor cantidad de lucro. Para tal efecto era necesario introducir otra forma de producción capitalista, la manufactura, que es nada más que la especialización de los trabajadores que ya no son más dueños de los medios de producción, y donde cada trabajador realiza siempre una y la misma operación, todavía con herramientas, sin máquinas. Entonces el capitalista reunía un gran número de trabajadores bajo el mismo techo, donde cada uno ejecutaba una operación, hasta que el producto salía terminado después de la última operación. Así, un trabajador en el sistema manufacturero era un maestro en una operación, pero, ya no conocía las demás operaciones para elaborar el producto completo.
A cada cambio en el modo de producir del capital, hasta la producción en serie, o fordista-taylorista, cambia la nación hegemónica. Cuando la artesanía dejó de ser el modo de producir prioritario del capital, la forma de producir pasó a ser la manufactura y Holanda fue el país que desarrolló ese método de producción y tomó la hegemonía del capital. Ese cambio se da alrededor del siglo XV y son los holandeses quienes desarrollan empresas protegidas y, hasta cierto punto, financiadas por el estado, muchísimo más complejas que las logradas hasta entonces por las ciudades estado italianas. Es a través de una de esas empresas que los holandeses invaden en diversas ocasiones las costas de Brasil, intentando establecer allí una colonia holandesa, sin conseguir su objetivo. Pero consiguen establecerse en las islas de Curazao, Bonaire y Aruba, al norte de Venezuela, que hasta hoy forman parte del reino holandés. También colonizan África del Sur, dejando a los boers como sus descendientes, mestizados con tribus sur africanas.
La manufactura entró en crisis al final del siglo XVI e inicios del siglo XVII. Para solucionar esa crisis fue necesario un cambio profundo en la forma de producir y en la organización de las empresas. Y esta vez le tocaba a los británicos encabezar los cambios en la producción. Así llegó el momento de desarrollar la forma de producir a la que Karl Marx llamó de gran industria, que también podría llamarse de industria mecanizada. En Inglaterra desarrollan máquinas para diferentes ramas industriales. Con eso, y una reforma profunda en la organización industrial, Gran Bretaña pasó a ser la nación hegemónica del capitalismo y, con su nueva forma de producir, vence a la hegemonía del feudalismo en Europa y el capitalismo pasa a ser la forma de producción hegemónica en el mundo. Este cambio se da en el siglo XVII y Gran Bretaña mantuvo esa hegemonía hasta el final de la segunda guerra mundial, o sea, 1945.
Al cabo de dos guerras mundiales, Gran Bretaña tenía su economía destruida y no tuvo cómo reaccionar para preservar su posición y así, los EUA suceden a Gran Bretaña en la hegemonía.
El desarrollo de los Estados Unidos de Norte América se venía procesando desde bastante tiempo, de mucho antes de su ascensión a la hegemonía mundial. El país se hizo de dimensiones continentales, arrebatándole cada vez más tierras a México, y comprando tierras a Francia, España y Rusia. Muchos inmigrantes de diversas partes del mundo fueron recibidos en el país, formando una nación de inmensa capacidad productiva y, al mismo tiempo, desarrollando un consumo cada vez de mayor volumen y sofisticación, mientras prácticamente toda la producción era realizada en el país. Ese hecho, aliado al inmenso territorio y a la variedad cultural e iniciativa de su pueblo, transformó los EUA en el país hegemónico del mundo, política, económica y militarmente, hasta los días actuales.
Para desarrollar una industria que pudiese alimentar el consumo de su población y el desarrollo de su complejo militar industrial que alimenta las necesidades de sucesivas guerras y ventas masivas de armas a muchos países, inclusive a Alemania nazi, los estadounidenses desarrollaron una nueva forma de producir que quedó reconocida como fordismo-taylorismo, y la organización de sus empresas adoptó la forma de corporación transnacional. Esa forma de producción combina las líneas de montaje del fordismo, desarrolladas en la industria automovilística con la especialización de los puestos de trabajo en la línea de producción concebida por Taylor. Esta forma de producir garantizó una productividad tal que el país no sólo era auto-suficiente en el consumo, sino que también tenía una gran capacidad de exportación.
Pero, como ya mencionamos en el inicio de este documento, al final de la década de 1960 el régimen capitalista muestra las primeras señales de su agotamiento total. Ya no puede contener más fuerzas productivas en su seno, a pesar de que en algunos espacios todavía cabría algún desarrollo, por ejemplo, en China. Pero, como un todo, el sistema capitalista ya no podía contener ningún aumento de sus fuerzas productivas.
5. El fin del fordismo-taylorismo y la automatización industrial
Con el desarrollo de la ciencia como fuerza productiva inmediata, la aparición de abundantes descubrimientos científicos y el desarrollo de innumerables campos de la ciencia y de la técnica durante el siglo XX, condujo a la irrupción de los equipos digitales hacia el final de la primera mitad del siglo. Esos aparatos evolucionaron rápidamente en máquinas programables, los computadores, y de estos emergieron los microcomputadores, que pasaron a ser producidos en masa.
Esas máquinas, naturalmente, fueron utilizadas en el control de otras máquinas, como tornos mecánicos, fresadoras y, por último, prácticamente en todas las maquinarias que se utilizan en la producción.
La gran ventaja, desde el punto de vista técnico, de las máquinas controladas por computador, o por red de computadores, por un lado es la precisión en los objetos que fabrican, que algunas veces pasa de decímetros a milímetros, y por otro, la velocidad altísima a que trabajan. Por ejemplo, un robot soldador, utilizado en la industria automotriz distingue entre dos puntos una distancia de 2mm y puede tener una jornada de trabajo de 24 horas 7 días por semana. Un ser humano no consigue una distancia homogénea entre las soldaduras, pudiendo errar en 20 o 30mm y más cuando está cansado, sin contar que tiene una jornada de trabajo muchísimo más reducida que el robot.
Pero desde el punto de vista económico, las ventajas para el capital son dos: la primera, la velocidad de producción que resulta muy superior a la máquina controlada manualmente y la segunda, que permite eliminar una inmensa cantidad de trabajo vivo. Esta última cualidad es responsable de la cesantía de más de 10% de los trabajadores del mundo y que continúa aumentando sin chances de disminuir mientras haya capitalismo, a pesar de lo que diga la propaganda del capital.
Por otro lado, la aplicación del control automático en la producción tiene un solo límite. El único límite que encuentra la automatización industrial es en el trabajo creativo. Ninguna de las máquina que hasta hoy desarrollaron los hombres es capaz de realizar el menor trabajo creativo, solamente puede ejecutar un programa previamente almacenado en su interior. Por lo tanto, podemos desarrollar máquinas para ejecutar todas las operaciones productivas después que sea desarrollado un prototipo del producto que funcione correctamente.
Sabemos que toda secuencia de operaciones puede ser reducida a un algoritmo o un diagrama de flujo, como es normalmente conocido. Ese algoritmo puede transformarse en un programa para computador y así comandar una máquina. También sabemos que sólo un acto creativo no puede ser reducido a un programa computacional, porque en realidad no sabemos qué vamos a encontrar más adelante en una creación. Entonces, la creación estaría solamente reservada al hombre, abandonando a las máquinas todo otro trabajo, pero esto sólo si nos libramos del régimen capitalista.
Si la sociedad viviera en un régimen social donde la producción no tuviera como objetivo el lucro, la automatización industrial liberaría al hombre de una inmensidad de trabajos cansadores y alienantes.
6. La Máquina
Marx abre así el capítulo XIII de “El Capital”, titulado “La maquinaría y la Industria Moderna” (3):
En su obra “Principles of Political Economy”, John Stuart Mill dice:
“Es dudoso que las invenciones mecánicas hechas hasta ahora hayan aliviado la labor diaria de algún ser humano”.
Y en una nota de pié de página, Marx afirma:
Mill debería haber dicho: De algún ser humano que no viva del trabajo ajeno. Las máquinas aumentaron el número de los abastecidos ociosos.
Y sigue: No es ése el objetivo del capital cuando emplea maquinaria. Ese empleo, como cualquiera otro desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, tiene por fin abaratar las mercancías, acortar la parte del día de trabajo de la cual precisa el trabajador para sí mismo, para ampliar la otra parte que él da gratuitamente al capitalista. La maquinaria es un medio para producir plusvalía.
Por lo tanto, es primordial tener en mente este hecho cuando se estudia la máquina. En primer lugar, es un medio de producir plusvalía en nuestra sociedad actual.
Más adelante, en la nota de pie de página Nº 89, comentando la máquina de hilar de John Wyatt, Marx dice:
Antes de él, fueron empleadas máquinas para hilar, a pesar de ser muy imperfectas, e Italia fue probablemente el país donde primero aparecieron. Una historia crítica de la tecnología mostraría que difícilmente una invención del siglo XVIII pertenece a un único individuo. Hasta hoy no existe esa obra. Darwin nos interesó en la historia de la tecnología natural, en la formación de las plantas y de los animales como instrumentos de la producción necesaria a la vida de las plantas y de los animales. ¿No merece igual atención la historia de la formación de los órganos productivos del hombre social, que constituyen la base material de toda la organización social? ¿Y no sería más fácil reconstituirla, una vez que, como dice Vico, la historia humana se distingue de la historia natural, por haber hecho el hombre una y no haber hecho la otra? La tecnología revela el modo de proceder del hombre con la naturaleza, el proceso inmediato de la producción de su vida y así elucida las condiciones de su vida social y las concepciones mentales que de ellas discurren. Aún una historia de la religión que ponga a un lado esa base material, no es una historia crítica. En realidad, es mucho más fácil descubrir el tronco terreno de las nebulosas representaciones religiosas, analizándolas siguiendo el camino opuesto, descubrir, partiendo de las relaciones de la vida real, las formas celestiales correspondientes a esas relaciones. Las fallas del materialismo abstracto fundado sobre las ciencias naturales, excluyendo el proceso histórico, son luego percibidas cuando nos detenemos en las concepciones abstractas e ideológicas de sus portavoces, siempre que se aventuran a ultrapasar los límites de su especialidad.
De esta manera, abordamos incluso, el carácter de la ciencia en general, además de la necesidad de investigar y registrar de forma crítica la historia de nuestros medios de producción, pues expresa todo el carácter de clase de los mismos. (4)
Es en ese mismo capítulo donde Marx elabora la definición de máquina. Es interesante notar que, para Marx, la máquina representa un salto cualitativo, algo nuevo en relación a la herramienta, que permitió a la humanidad pasar a producir una existencia nueva para sí, a pesar de que esto no haya ocurrido hasta nuestros días. Marx critica la falta de criterio que tuvieron matemáticos, mecánicos y economistas de la época, al encontrar que la máquina era puramente una herramienta compleja, no una construcción cualitativamente nueva, antes inexistente, que resulta de la agrupación de numerosos instrumentos mecánicos.
Afirma Marx: Toda maquinaria desarrollada consiste en tres partes esencialmente distintas: el motor, la transmisión y la máquina herramienta. (5)
El Motor – Es el órgano encargado de entregar la energía a toda la máquina. Existen, históricamente, una infinidad de tipos de motores, pero todos transforman una forma dada de energía en energía mecánica para mover el mecanismo. En la época en que Marx vivió, la física todavía no había desarrollado el concepto de energía.
Podemos encontrar la rueda de agua que transforma la energía de una caída de agua en movimiento rotatorio, el molino de viento que transforma la energía eólica en movimiento rotatorio, el motor a vapor que transforma la presión del vapor de agua en movimiento de vaivén horizontal que una biela transforma en movimiento rotatorio, precursor del motor a explosión de los vehículos actuales. Existen máquinas movidas por fuerza animal –del burro, buey y otros-, como en las moliendas de caña de azúcar del Brasil colonial, y Marx habla de molinos en Alemania movidos por fuerza humana, hombres a quienes se uncía por el cuello a una rueda grande de madera para evitar que durante el trabajo llevasen el trigo molido a la boca. Pero con el advenimiento del motor eléctrico vino una serie de avances en la organización de la fábrica, pues, entre otras ventajas, la electricidad puede ser utilizada a muchos kilómetros de distancia de donde es generada. El motor es más compacto y puede estar alojado en el seno del mecanismo.
Transmisión – La transmisión está encargada de modificar y transmitir el movimiento rotatorio del motor de diferentes maneras y entregar la energía necesaria para mover la máquina herramienta. La transmisión puede modificar el movimiento rotatorio, transformándolo en horizontal o vertical, e invertir el sentido de rotación, producir movimientos periódicos con poleas excéntricas, generar movimientos de vaivén con bielas, etc. Los engranajes, ejes, poleas, correas, etc., forman parte de la transmisión.
Máquina Herramienta – Sobre la máquina herramienta Marx dijo:
Los aparatos e instrumentos con que trabaja el artesano y el trabajador manufacturero aparecen de modo general en la máquina, a pesar de que muchas veces, bajo forma muy modificada, no son más instrumentos del hombre pero sí herramientas de un mecanismo, instrumentos mecánicos.
Hoy, el serrucho del carpintero se tornó en sierra eléctrica. Y así pasó con casi todas las herramientas. Pero siempre la máquina herramienta será el objetivo, tanto del motor, que le entrega energía, como de la transmisión, que adapta el movimiento a las necesidades de la máquina herramienta. Es en esta máquina herramienta donde el objeto del trabajo resulta elaborado de la forma deseada. Sobre la máquina herramienta recae la responsabilidad de las transformaciones de los objetos del trabajo.
Una máquina herramienta particularmente interesante de examinar es un torno mecánico, donde el metal es aprehendido para dársele innumerables formas, de acuerdo al objetivo del operador de la máquina, desde una tuerca a un tornillo. El motor, así como la transmisión, son mecanismos altamente complejos como para dar versatilidad al torno. El motor posee un sistema de regulación de velocidades, la transmisión puede hacer girar diferentes ejes a diferentes velocidades para regular la efectividad de la herramienta de corte, dando el paso exacto, por ejemplo, de determinada rosca para ser abierta en el metal. Un buen operador de torno mecánico es un trabajador altamente especializado. Debe tener conocimientos de los materiales con los que trabaja, metales y aleaciones metálicas, y saber cómo escoger y afilar las diferentes herramientas de corte para cada material y cada tipo de trabajo que va a realizar, conocer las velocidades que debe emplear de acuerdo con el material y tipo de trabajo, sin contar que debe conocer a la perfección la máquina que opera y sus limitaciones.
Marx escribió reproches respecto a la ausencia de una historia crítica de los órganos de producción de la humanidad. Como él afirma, a partir de Darwin se perfecciona la historia del desarrollo de los órganos de los seres vivos, pero los órganos elaborados por los hombres para la producción durante su vida siguen sin una historia crítica donde se puedan estudiar ciertas particularidades de nuestras propias vidas.
Esta es la máquina de la época en que Marx escribió “El Capital” y que se desenvolvió por muchos años manteniendo el mismo carácter. A partir del inicio de la década de 1960 hubo un salto cualitativo en la construcción de máquinas que cambió su carácter. Este salto se dio en función del surgimiento de la máquina programable, que introdujo la aplicación en las máquinas de un cuarto órgano, el órgano de control.
La máquina programable por sí ya seria tema para diversos capítulos, pues es inmensa su importancia en el desenvolvimiento de la sociedad humana. Basta decir que la internet es una complejísima máquina programable que se extiende por todo el mundo y tiene sus motores en cada máquina digital conectada a ella. Pero por falta de espacio dejaremos de abundar mucho más a su respecto.
Lo fundamental, en relación a lo anterior, ya fue dicho: es capaz de ejecutar un programa, cualquiera que pueda ser resumido por un algoritmo y su mayor limitación es no poder crear ni una línea de nada, pues no dispone de conciencia. Muchos quieren ver en aquello que llaman inteligencia artificial cierto grado de creatividad, pero, por lo menos hasta hoy, lo que tenemos son directivas programadas de un cierto objetivo y programas de variación de determinados parámetros y cuando una variación hace aproximarse más los resultados del programa al objetivo descrito en tal programa, el nuevo parámetro o parámetros resultan adoptados, y en caso contrario son descartados.
Para Marx ya estaba claro que las máquinas desarrolladas por el capital fueron desarrolladas según sus necesidades para lograr maximizar la plusvalía, olvidándose del confort en el trabajo, la seguridad del trabajador y muchos otros detalles, como la economía máxima de energía, el mínimo de contaminación al medio ambiente, etc.
Solamente en nuestros días entraron a la discusión estos asuntos, al tornarse críticos, poniendo en peligro toda existencia de vida en la tierra y aún la misma Tierra como planeta del Sol.
7. Consecuencias del salto cualitativo de la máquina en La
sociedad
Las consecuencias de ese salto fueron muchas y en diferentes campos de la sociedad:
• Consecuencias sobre la plusvalía, o sea, sobre el capital (6):
Como comenta Marx en el libro 3 de “El Capital”:
“La relación entre la plusvalía m y el capital variable v, o sea, m/v, llamamos de tasa de plusvalía, designada por m’. Así m/v = m’,y por consiguiente m = m’v. Referida al capital total y no al capital variable, la plusvalía llamase lucro l, y la relación entre ella y el capital total C, o sea, m/C, tasa de lucro l’. Así l’ = m/C = m/c+v, y substituyendo m por su valor m’v, encontrado arriba, tenemos l’ = m’ v/C = m’ v/c+v que se puede exprimir por: l’ : m’ = v : C; la tasa de lucro está para la tasa de plusvalía así como el capital variable está para todo el capital.” (7)
La proporción l’ : m’ = v : C se puede escribir como: l’/m’ = v/C. Así se concluye que la tasa de lucro es siempre menor que la tasa de plusvalía, puesto que C que es igual a v+c es siempre menor que v.
Marx define otro concepto, el de Composición Orgánica del Capital como COC = c/v.
En el libro 3 de “El Capital” Marx después de extensa análisis de las fórmulas de tasa de plusvalía y tasa de lucro, haciendo variar uno de los factores por vez y manteniendo los demás fijos concluye:
“La tasa de lucro es determinada por dos factores principales: la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital…”. (8)
Por lo tanto, siendo la composición orgánica del capital igual al capital fijo, o sea, el conjunto de máquinas de determinada empresa productora más sus instalaciones, edificaciones, etc., dividido por el capital variable, o sea la masa de sueldos pagada por el capitalista; en la medida que los trabajadores van siendo substituidos por máquinas, ocurre que la composición orgánica del capital aumenta constantemente, esto quiere decir que al automatizar la producción la tasa de lucro disminuye constantemente, y significa despedir constantemente los trabajadores especialmente en los países más industrializados. Al despedir inmensas cantidades de trabajadores, el poder adquisitivo de la sociedad cae; como las máquinas no consumen lo que ellas mismas producen las mercancías no encuentran consumidores salvo a través del endeudamiento, tal cual sucede hoy en día.
Por otro lado, también en el libro 3 de “El Capital” en la parte tercera titulada “La Tendencia a Caer de la Tasa de Lucro” Marx dedica más de 30 páginas en describir esa ley del capitalismo y en seguida analiza 6 factores que se oponen a esa ley, que son:
1. Aumento del grado de explotación del trabajo;
2. Reducción de los sueldos;
3. Disminución del precio de los elementos de capital constante;
4. Superpoblación relativa;
5. Comercio exterior;
6. Aumento del capital en acciones.
En seguida se dedica en analizar las contradicciones internas de la ley.
Pero como todo en la naturaleza está pendiente de un límite, cuando la tasa de lucro baja a determinado punto diferente de cero, pero razonablemente bajo, en verdad, el capital ya no puede soportar, pues la reproducción ampliada se interrumpe y el sistema entra en crisis que no es cíclica, sino que es una crisis generalizada del sistema. Con esto queremos decir que el capitalismo está condenado a una decadencia constante e irreversible, tal como lo describe Marx en sus obras. Y el capital, como un todo, ya no consigue contener más fuerzas productivas en su seno.
Estas conclusiones que se pueden observar en nuestro cotidiano, como es el caso de la crisis financiera deflagrada en 2008 en los EUA, y que se extendió por Europa y prácticamente por todo el mundo. El ejemplo de esta crisis y de otras demuestra la vigencia del marxismo en nuestros días.
• Consecuencias sobre los estados nacionales y el imperialismo:
En el instante de la saturación del sistema, o sea, cuando el sistema ya no pudo contener más fuerzas productivas en su seno, la burguesía empezó a buscar medios de aumentar su tasa de lucro. Con la caída de las tasas de lucro, el imperialismo inmediatamente tomó medidas para frenar ese desplome.
Abriendo un paréntesis, podemos decir que la ciencia de la economía de la burguesía, si es que eso pueda llamarse ciencia, niega rotundamente que el valor sólo sea generado por el trabajo humano vivo. En el concepto de esa clase es la rotación del capital lo que genera riqueza, porque esa es la apariencia para quienes administran el capital. Para ellos, cuando los trabajadores ya no son necesarios, creen que sus lucros van aumentar despidiéndolos.
Cuando comenzaron a funcionar las máquinas modernas dotadas de órgano de control es claro que algunos capitalistas obtuvieron grandes lucros, pero después, con la difusión de la nueva tecnología, no sólo dejaron de tener grandes lucros, sino que los lucros cayeron de forma general, y continúan cayendo. Las crisis vinieron una seguida de otra y todas, hasta ahora, siempre fueron tratadas como meras crisis cíclicas, pero la diferencia entre una crisis cíclica –que es una crisis de crecimiento, que indica que la casa debe ser re-arreglada, y una crisis general, terminal o sistémica indica que el arreglo de la casa debe comenzar por cambiar el régimen social, dejando en claro la afirmativa de Marx que la transformación de los medios de producción hace cambiar el sistema, y es eso lo que la burguesía niega, lo que conduce al agravamiento de la crisis, como notamos en la última crisis que irrumpió en el seno del país hegemónico, los E.U.A.
Después de algunos ensayos sin éxito, el imperialismo resuelve cambiar la orientación de sus gobiernos, abandonando el keynesianismo y adoptando el neoliberalismo. Esta nueva forma de gobernar busca, sobretodo, acabar con cualquier derecho de los trabajadores, pero además, acabar con todos los derechos que el pueblo conquistó en duras luchas por siglos, al precio de innumerables vidas.
• Las consecuencias sobre los trabajadores:
Las verdaderas víctimas de la caída de las tasas de lucro son los trabajadores de todo el mundo. Eso porque el capital procura hasta hoy recuperar sus lucros disminuyendo, sobretodo, las conquistas de la clase trabajadora y expulsándolos del trabajo. Estos trabajadores, llamados entonces excedentes, en algunos lugares son tratados y algunos se convierten en delincuentes. Hay determinados círculos burgueses que abogan por el exterminio de las poblaciones excedentes, llamadas marginales.
Acaban con el derecho a la educación, a la salud pública. Además de eso, el imperio pasa a privatizar todos los servicios que se encontraban en manos del Estado, por ser nacionalmente estratégicos para la población, como empresas telefónicas, empresas de abastecimiento de agua y energía eléctrica, lo que representa altas pérdidas para la ciudadanía, ya que las compañías privadas que se apoderaron de esas empresas subieron exageradamente los precios de esos servicios, cuya calidad decayó en general.
7. Conclusiones
Con este documento podemos advertir que, mientras exista capitalismo, el marxismo será una insubstituible arma teórica de lucha contra el sufrimiento impuesto por ese régimen social que en su senilidad, al ver su acumulación amenazada, pasa a destruir vidas humanas, como lo hizo en larga escala en Irak, para citar un asesinato en gran medida, sin hablar de las muertes diarias por la miseria que impera en el seno de la sociedad, sobretodo en África.
Podemos entender claramente que la teoría no es algo concebido estáticamente y de una vez para siempre. Si quiere continuar viva, la teoría, debe acompañar la evolución de la propia vida. Creo que mientras no haya una profunda renovación teórica, en muchos aspectos muchos de los partidos marxistas acabarán también transformándose en restos del pasado, Esto no significa la negación pura y simple de la teoría marxista, sino justamente un desarrollo en su dirección inicial, manteniendo la combatividad y lucidez que imperan en los trabajos de sus fundadores, Karl Marx y Fredrich Engels.
Notas:
1) “O Poder da Ideologia” István Mészáros, Editorial Boitempo, 2004.
2) Karl Marx “O Capital” Crítica de la Economia Política. Livro Primeiro, Volume I – DIFEL. Difusão Editorial S.A. 1984, 9ª edição, tradução de Reginaldo Santana.
3) Karl Marx “O Capital” Crítica de la Economia Política. Livro Primeiro, Volume I – DIFEL. Difusão Editorial S.A. 1984, 9ª edição, tradução de Reginaldo Santana.
4) Subrayado mío Sergio Bacchi. Poner atención que nuestras máquinas cargan el carácter de la clase que las utiliza.
5) Página 425 de la obra ya citada.
6) Todas las fórmulas aquí presentes están en “El Capital de Karl Marx”.
7) O Capital – Crítica da Economia Política; Livro 3, Volume IV, III Relação entre Taxa de Lucro e de Mais-Valia página 54 Editora Difel 1983.
8) Idem página 76.

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