ONG de Costa Rica recibe subsidios de la USAID para «tareas» en Cuba

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Jean-Guy Allard (especial para ARGENPRESS.info)

Una ONG de Costa Rica recibió 400 000 dólares en 2009 para participar en las operaciones sucias de la USAID en Cuba y posiblemente millones de dólares más para estas mismas tareas de desestabilización y subversión en la Isla orientadas por la CIA y realizadas bajo la fachada de los “derechos humanos”.

El hecho se puede deducir de los últimos datos publicados por el investigador norteamericano Tracey Eaton – en su sitio web, Along the Malecon – que se sorprende de la forma con la cual el denominado “Instituto Interamericano de Derechos Humanos” (IIDH) y la USAID ocultan el destino y el uso que se dio a los generosos subsidios recibidos anualmente de esta agencia norteamericana conocida por su relación con la CIA.
“El premio inicial, del 17 de abril de 2009, muestra claramente a Cuba como el principal lugar de actuación. En la jerga del gobierno federal, es el lugar donde se realiza un trabajo”, escribe Eaton. “Pero yo sólo vi la referencia Cuba, una vez en los cinco listados relacionados con el contrato en el sitio web del gobierno, USASpending.gov.”
“Me intrigaba ver que la USAID en el 2009 otorgó más de $ 1.5 millones” a IIDH, confiesa el periodista que fue jefe en La Habana de la corresponsalía de un importante diario de Texas.
El IIDH, premiado por la USAID con millones de dólares, radica en San José, Costa Rica (“De la cafetería Spoon, Los Yoses, 100 metros al oeste y 25 metros al sur. Casa blanca a mano izquierda. San Pedro de Montes de Oca, San José, Costa Rica” – Teléfono: (506) 2527 1681 y 25271672).
El director de la ONG Roberto Cuéllar, ha dirigido un mensaje a los participantes en la última Asamblea General de la OEA, en Cochabamba, Bolivia, en la cual habla de los nobles propósitos de su organización, pero omite de hablar de sus no tan nobles operaciones en la Isla caribeña.
Entre sus actividades anunciadas en otros países, la ONG menciona un curso a los instructores de la Policía de Colombia y otro a funcionarios norteamericanos, siempre sobre el tema de los DDHH.
Sospechosamente, el IIDH no aparece en la página web de la USAID, como uno de los socios actuales de la agencia en Cuba. En el sitio USASpending.gov, no se da detalles del contrato. El trabajo se describe como «ayuda al desarrollo.»
Comenta Eaton: “Una mayor claridad aumentaría la transparencia de los programas de USAID en las Américas y disminuiría las sospechas de que la agencia esta haciendo un trabajo semi-clandestino en Cuba”.
¿Semi-clandestino? El caso del contratista norteamericano Alan Gross, beneficiario de otro generoso contrato de la USAID, ha demostrado que las tareas encargadas por la USAID no tienen tanta inocencia.
La IIDH reconoce en su sitio web recibir el “apoyo”, además de la USAID, de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), la Embajada Real de Dinamarca, la Real Embajada de Noruega, la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional y la Embajada del Reino de los Países Bajos.
El papel de las ONG en América Latina como en el resto del mundo es, con frecuencia, objeto de controversias en las cuales su trabajo es asimilado, en gran parte, a objetivos de servicios de inteligencia.
Estados Unidos invierte decenas de millones de dólares cada año en la desestabilización y subversión en Cuba con su secular propósito de anexionar a la Isla. La USAID es uno de los instrumentos al cual recorre año tras año para realizar sus planes imperialistas.

Costa Rica: “Laura Chinchilla gobierna para los banqueros y para los ganadores del modelo neoliberal”

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sábado 28 de abril de 2012

El diputado José María Villalta, del Frente Amplio de Costa Rica, realiza un balance de la gestión de la presidenta Chinchilla  a mitad de su mandato de cuatro años. Además, analiza la coyuntura  de un país donde el discurso de “la felicidad” –con el que los grupos hegemónicos intentan disfrazar una realidad conflictiva- ya no da más para encubrir las crisis política, económica, ambiental y social.
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica
Dip. José María Villalta (Archivo FA)
A dos años de su llegada al poder, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su gestión: tanto las escuestas de opinión realizadas por firmas consultoras, como el pulso ciudadano que dan las distintas movilizaciones y manifestaciones sociales, muestran un creciente malestar y descontento de los costarricenses con la situación del país.
Un estudio presentado recientemente por una empresa consultora internacional ubicó a Chinchilla, del Partido Liberación Nacional (PLN), como la presidenta latinoamericana con menor porcentaje de aprobación (solo un 26%), por debajo incluso del chileno Sebastián Piñera. Y una encuesta publicada esta semana en Costa Rica reafirma esa tendencia: 44% de los entrevistados califican al gobierno de Chinchilla como malo o muy malo, al tiempo que señalan la falta de liderazgo, la ausencia de resultados concretos y la corrupción en su gabinete de ministros, como las principales deficiencias.
Esta percepción la comparte el diputado José María Villalta, del Frente Amplio (FA), única fuerza política de izquierda con representación legislativa en Costa Rica, quien considera que para las grandes transformaciones que necesita el país, los dos últimos han sido años perdidos, se siguió aplicando lo peor de la administración del expresidente Oscar Arias”.
Para analizar la actual coyuntura política y sus perspectivas a mediano plazo, Con Nuestra América conversó con el diputado Villalta en su despacho legislativo, en cuyas paredes destacan los retratos del Che Guevara, Salvador Allende y los históricos dirigentes comunistas costarricenses Manuel Mora y Carmen Lyra: figuras que, desde su ejemplo y legado, parecen guiar el trabajo del más joven de los diputados (pronto cumplirá los 35 años) de la Asamblea Legislativa y una de las más combativas voces de la oposición.
Continuismo neoliberal a la sombra de los hermanos Arias
Con Nuestra América (CNA): En el marco del creciente descontento que de distintas maneras expresa la sociedad costarricense, nos gustaría conocer cuál es su balance de estos dos años de gobierno de la presidenta Laura Chinchilla.
La presidenta Chinchilla en la OMC. «Es un gobierno del continuismo… conforme con la agenda neoliberal que tiene a la sociedad costarricense sumida en importantes crisis».
José María Villalta (JMV): “Ha sido un gobierno de más de lo mismo, que solamente se ha dedicado a administrar las reformas que dejó instauradas el gobierno de los hermanos [Oscar y Rodrigo] Arias, sin ninguna expectativa de cambiar o mejorar nada. Es un gobierno del continuismo de las políticas que se han implantado en Costa Rica en los últimos 25 a 30 años, totalmente conforme con la agenda neoliberal que tiene a la sociedad costarricense sumida en importantes crisis: la crisis ambiental, la crisis social, el crecimiento de la desigualdad y la pobreza, el deterioro de las instituciones sociales, de la seguridad social -que se ha venido gestando desde hace tiempo-; también la crisis política, con un descrédito cada vez más palbable de la credibilidad y de las instituciones de nuestro sistema democrático; la crisis de la trasnparencia y de la corrupción.
“Pero también está la crisis fiscal: el gobierno de los hermanos Arias dijo que le dejaban la mesa servida a Chinchilla, pero en realidad se la dejó servida a los más ricos del país, gobernó para ellos y práctimente quebraron al Estado, porque aplicaron una vez más un ciclo clientelista a costa del gasto público para ganar la elección del 2010.
“Ahora bien, al gobierno también le estallaron varias crisis en la cara, como la de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Pero la crisis de la CCSS no es provocada por Laura Chinchilla, sino por la acumulación de décadas de gobiernos neliberales corruptos, que meten la mano en la institución con intereses politiqueros, para favorecer el negocio de las clínicas privadas; gobiernos que alcahuetearon a las empresas que tienen deudas millonarias con la seguridad social.
“Es decir, vemos un gobierno que intenta apagar los incendios que aparecen por todas partes, pero que en lo esencial no intenta cambiar ninguna de las causas que nos tienen hoy como estamos”.
CNA: ¿Cómo afectó al gobierno de Laura Chinchilla esa relación ambigua que mantiene con el grupo de poder de Oscar Arias, que fue fundamental para su triunfo en el 2010, pero del que se ha distanciado en los últimos meses, por lo menos en términos formales?
Oscar Arias y Laura Chinchilla. «El PLN cree que va a seguir en el poder indefinidamente…»
JMV:El actual gobierno rápidamente perdió el rumbo, porque los hermanos Arias, en un gesto de ambición desmedida nunca antes vista, lanzaron muy temprano la candidatura de Rodrigo Arias para perpetuarse en el poder y eso generó una fricción con el grupo que está en la Administración Chinchilla.
“Lo cierto es que se acumula el descontento y el PLN cree que, por inercia, va  a seguir en el poder indefinidamente, ante la debilidad de la oposición y su fragmentación. Y como es un partido que acumula cada vez más poder, también se va corrompiendo más: son notorias las prácticas de corrupción, de clientelismo, de uso del Estado para fines personales, de confusión entre el interés público y el privado.
Hay un deterioro, una descomposición que percibe la ciudadanía, pero eso tampoco se traduce en alternativas políticas claras. Existe un discurso de descrédito, de la antipolítica, impulsado precisamente por los mismos que están en el poder. Esto tiene la intencionalidad de incrementar el abstencionismo en el país, que la gente crea que no hay nada que hacer, que todos los políticos son iguales, para que el PLN pueda ganar una elección tras otra, con porcentajes cada vez menores de apoyo, pero sostenido por las redes clientelistas”.
CNA: ¿En cuáles aspectos es más evidente la continuidad de las políticas neoliberales de la administración de Oscar Arias en el gobierno de Laura Chinchilla?
«El gobierno de los Arias desató una guerra contra la naturaleza…»
JMV: “Es que el continuismo es total. El gobierno de Chinchilla intentó, al inicio, desmarcarse un poco en la agenda ambiental: asumió el compromiso de apoyar la ley que impulsamos para prohibir la minería a cielo abierto [aprobada en noviembre de 2010], que fue un tema muy polémico. El gobierno de los hermanos Arias desató una guerra contra la naturaleza, un trabajo sin cuartel para debilitar la legislación ambiental a través de decretazos y reformas, y de esta manera, favorecer los intereses de inversionistas depredadores.
“De alguna manera, el gobierno Chinchilla, aunque sigue en la misma línea, suavizó en algunas áreas, por ejemplo, puso un poco de freno a la minería; también impulsó proyectos sociales como la Red Nacional de Cuido, muy valiosa pero que es totalmente incompleta y no ha cumplido sus objetivos. Pero en la mayoría de temas vemos total continuismo.
“En política económica, por ejemplo, sigue el patrón de los últimos gobiernos neoliberales, donde el hilo se corta siempre por lo más delgado: culpar a la clase trabajadora de los problemas fiscales del Estado; seguir debilitando instituciones sociales que son clave para combatir la desigualdad; presupuestos cada vez más restrictivos; las cíclicas crisis fiscales, una vez más, intentó paliarlas –como hicieron los gobiernos de Figueres [1994-1998], Rodríguez [1998-2002] y Pachecho [2002-2006]-  con reformas puntuales, parches en el sistema tributario que no combaten las desigualdades imperantes, sino que se concentran en subir el impuesto de ventas para atender lo inmediato,  pero sin tocar los intereses de los grupos económicos que se han enriquecido como nunca”.
CNA: ¿Cuáles son esos grupos económicos que se benificiaron en el anterior gobierno y se benefician también ahora?
El banquero Luis Liberman, Vicepresidente de la República  y mano derecha de Chinchilla. «(La presidenta) gobierna para los banqueros, para los exportadores de zonas francas (…) los ganadores netos del modelo neoliberal».
JMV: “Arias gobernó para los banqueros, y Laura Chinchilla gobierna también para los banqueros, para los exportadores de zonas francas [plataformas de exportación que gozan de privilegios fiscales], que son los que financian las campañas electorales y los ganadores netos del modelo neoliberal.
“Este modelo ha fabricado pobres, ha destruido sectores productivos como la agricultura tradicional, la pequeña industria y la economía social; también se ha visto debilidada la distribución de la riqueza y la propiedad de la tierra: en Costa Rica, en los últimos 30 años, se ha venido concentrando la tenencia de la tierra, y hemos pasado de un país que tenía pequena propiedad, a uno dominado por los monocultivos y los latifundios.
“Se han privatizado bienes públicos como las telecomunicaciones y los seguros que, aunque no se administraban bien por la corrupción política, eran patrimonio del pueblo: sus ganancias eran para el pueblo de Costa Rica, pero hoy van al bolsillo de Carlos Slim o la Telefónica de España. El pueblo costarricense ha perdido parte de su patrimonio y Laura Chinchilla se ha dedicado a administrar las reformas  impuestas por el TLC con los Estados Unidos”.
La corrupción: modus operandi de la clase política
CNA: En las últimas semanas, distintas investigaciones periodísticas han dado a conocer  casos de corrupción en instituciones públicas y ministerios, relacionados con evasión fiscal y el otorgamiento irregular (a familiares y socios de miembros del gobierno) de contratos que involucran fondos públicos y recursos de la cooperación internacional. Estos escándalos no solo provocaron renuncias cambios en el gabinete, sino que despertaron un profundo repudio y la indignación de los costarricenses. ¿Considera que estos hechos pueden ser atribuidos a un rasgo del gobierno Chinchilla y su equipo de colaboradores o, por el contrario, señalan un problema más amplio de nuestro sistema político?
JMV: “Se trata de un problema enquistado en el sistema político y es parte del ADN de un partido como Liberación Nacional. La corrupción que está saliendo a la luz pública es apenas la punta del iceberg y no son casos aislados: son ejemplos llamativos de redes de corrupción que se han desarrollado transversalmente en el Estado costarricense en los últimos gobiernos. Muchos de los funcionarios que están siendo cuestionados ahora, también formaron parte del gobierno de los Arias y ahí empezaron sus prácticas.
“No hay que perder de vista lo siguiente: sectores de la prensa comercial que en aquel momento, cuando interesaba aprobar el TLC a como diera lugar, callaron ante las evidencias, ahora sí hacen públicos estos hechos, porque quieren congraciarse con una población que les cree menos, y porque seguramente están preocupados por la concentración de poder en el PLN.
El exministro de Hacienda, Fernando Herrero, investigado por evasión fiscal. «Estas denuncias de corrupción no son hechos aislados, sino el modus operandi de la clase política.»
“Incluso a los que se han beneficiado de esa concentración de poder les preocupa el fenómeno, porque se hace más reducido el grupo de los que se sirven con cuchara grande. Como decimos en Costa Rica, es cada vez más cerrada la argolla de los que ganan, y otros grupos empresariales que apoyan el modelo neoliberal, ahora sienten que están quedando fuera de la repartición de un pastel que se lo dejan unos pocos, cada vez más corruptos.
“Pero lo cierto es que estas denuncias de corrupción no son hechos aislados, sino el modus operandi de la clase política que nos viene gobernando. Existe una relación directa entre lo que  pasó con la empresa Procesos, el exministro de Hacienda y el Ministro de Educación, y el llamado Estado paralelo que denunciamos desde hace más de una década. Es el mismo mecanismo con el que vienen saqueando instituciones, en forma descarada e impune. Se trata de un cáncer que ya está haciendo metástasis por todas partes, y hay órganos del Estado que quizás tendrían que extirparse”.
El gobierno no se entera de la crisis del capitalismo
En el contexto de la crisis mundial del capitalismo, parece que  el gobierno y los grupos económicos afines intentan “huir hacia adelante”, es decir, apuestan por profundizar las políticas neoliberales. Ahora, incluso, echan mano de un consultor de organismos financieros internacionales como el BID, el Banco Mundial y el FMI para que asuma el Ministerio de Hacienda.  ¿Cómo analiza el rumbo económico y fiscal de la administración Chinchilla?
San José: masivo rechazo de los ciudadanos al plan fiscal. «Los neoliberales criollos no se han percatado del fracaso del neoliberalismo
y de que esas teorías son cuestionadas a nivel mundial»
JMV: “El gobierno de Costa Rica no se ha enterado de la crisis del capitalismo global. Siguen aplicando la misma receta que tiene a nuestra planeta al borde del hundimiento. Los neoliberales criollos no se han percatado del fracaso del neoliberalismo y de que esas teorías son cuestionadas a nivel mundial. Es realmente lamentable el autismo del gobierno: se desata la crisis del gabinete y la crisis fiscal, ¿y a quiénes llama Laura Chinchilla para que la asesoren? A Eduardo Lizano, Alberto Dent, Alberto Trejos, Francisco de Paula Gutiérrez, los neoliberales que han estado a la cabeza de la gestación de la crisis fiscal que el gobierno dice que quiere solucionar».
CNA: Entonces, la presidenta tampoco tiene claro el impacto de sus planes de reforma fiscal sobre los sectores de menores ingresos…
JMV: “No lo creo, porque el gobierno y sus aliados celebraron con bombos y platillos la aprobación del plan fiscal, a pesar de que habían cometido atropellos innombrables [el trámite de este plan de impuestos fue declarado inconstitucional por la Sala Constitucional], y en todas esas celebraciones ni siquiera escuchamos una mención a ese daño colateral que están acostumbrados a producir: el que sufre esa inmensa mayoría de la población que está al borde de la de línea de pobreza”.
La política exterior de Costa Rica es la política de Washington
CNA: En materia de política exterior, el gobierno se ha alineado claramente con los Estados Unidos y su geopolítica de la guerra contra el narcotráfico. ¿Cómo valora en este rubro a la administración Chinchilla? ¿Hay cambios o también aquí observa una continuidad con lo hecho por el gobierno anterior?
Hillary Clinton y la Presidenta de Costa Rica «Chinchilla sigue al pie de la letra los lineamientos de EE.UU»
JMV: “Con respecto del gobierno de Arias, hemos retrocedido. Laura Chinchilla no tiene política exterior, o mejor dicho, su política exterior es esconderse debajo de la alfombra. La señora presidenta parece estar feliz entre menos se mencione y menos influencia tenga Costa Rica en los foros internacionales, y sin tener que dar la cara frente a otros gobernantes sobre las grandes discusiones de la política internacional.
“En este sentido ha habido un deterioro, porque el gobierno de Arias tenía en la política exterior uno de sus puntos más fuertes –por razones que podríamos discutir, como su ego inagotable-, y tomó decisiones audaces y polémicas, como restablecer las relaciones con Cuba y China; dio signos de una política más independiente en algunos temas. En cambio, Chinchilla sigue al pie de la letra los lineamientos del gobierno de Estados Unidos y su principal preocupación es no quedarle mal a los gringos”.
CNA: Sin embargo, el conflicto con Nicaragua por el dragado del Río San Juan, en la frontera entre ambos países, ha sido una ventana de oportunidad para que el gobierno despliegue algún tipo de iniciativa a nivel de política exterior…
«El gobierno ha instrumentalizado el conflicto (con Nicaragua)… para cubrir su falta de agenda nacional y frenar la pérdida de popularidad»
JMV: “Sí, pero el gobierno ha intrumentalizado ese conflicto de un modo idéntico al que lo hace el gobierno de Nicaragua: solo para efectos internos; en el caso de Chinchilla, lo ha usado para cubrir su falta de agenda nacional y frenar la pérdida de popularidad de su gobierno, pero recurriendo al nacionalismo más burdo.
“Lo cierto es que en el plano internacional no ha tenido ningún peso, tampoco hay intentos de fortalecer los vínculos con la naciones latinoamericanas donde se están desarrollando procesos muy interesantes de integración desde el Sur.
“Es más, tampoco ha hecho esfuerzos por mantener líneas políticas que lanzó el gobierno anterior, y que son cuestiones de diginidad y derechos humanos, como por ejemplo el apoyo a la constitución del Estado palestino: ahí más bien retrocedimos, al posicionarnos como país junto a los sectores más reaccionarios e intolerantes, que son cómplices del genocidio que se está produciendo en Palestina”.
CNA: Entonces, hay una mayor influencia de la comunidad judía sobre el gobierno, como no ocurrió en la anterior administración…
JMV: “Claro que hay más influencia de la comunidad judía, y también una mayor sumisión ante los lineamientos de Washington”.
¿Es posible derrotar al neoliberalismo en Costa Rica?
CNA: Ante la descomposición del sistema político en los últimos doce años, ha cobrado fuerza, una vez más, la idea de unir fuerzas para derrotar al neoliberalismo en las elecciones del 2014. ¿Considera posible la conformación de una alianza progresista en Costa Rica?
JMV: “No tengo claro qué tan viable sea ese escenario, si se presentará finalmente o no, pero creo que es un escenario indispensable si queremos frenar la concentración y el abuso del poder que viene ejerciendo el PLN.
«Hace falta una coalición de fuerzas progresistas para enfrentar a la maquinaria
clientelista del gobierno».
“Hace falta la constitución de una coalición de fuerzas progresistas para enfrentar a la maquinaria clientelista del gobierno. Ahora bien, no se trata de reconstituir el bipartidismo con otros nombres, como quiere Ottón Solís [líder del Partido Acción Ciudadana, segunda fuerza en el Congreso], ni desbancar al PLN para seguir aplicando las mismas políticas. Se trataría de conformar una coalición de centroizquierda, progresista, que plantee una alternativa real, con una agenda que rompa con las políticas neoliberales que se han aplicado en los últimos 30 años”.
CNA: ¿Cuáles elementos debería contemplar, como mínimo, una agenda progresista de ese tipo?
JMV: “En primer lugar, la recuperación del patromonio nacional en todos sus campos: los bienes públicos, los servicios públicos, las empresas públicas y los recursos naturales, para ponerlos al servicio del pueblo costarricense y no de las transnacionales.
«Necesitamos avanzar hacia una democracia verdaderamente  participativa, no solo formal-representativa como la que tenemos hoy…»
“También, una economía que ponga énfasis en el apoyo a micro y pequeña empresa, y no solo a las grandes ganancias de las transnacionales; la reactivación de la producción interna para el mercado interno; frenar la concentración de la riqueza –del capital y la tierra- y democratizar, de nuevo, el acceso a los bienes productivos.
“Hacer que se respeten las conquistas sociales y los derechos laborales, y fortalecerlos porque se han deteriorado; rescatar a la CCSS por medio del pago total de la deuda del Estado con esta institución,  garantizando que no se va a volver a gestar esta situación de deterioro y politización que hoy padece; es necesario avanzar hacia una democracia verdaderamente participativa, no solo formal-representativa como la que tenemos hoy, cada vez más carencial: esto significa impulsar los presupuestos participativos, las consultas populares a nivel local y nacional, la participación directa de la gente en el gobierno y la toma de decisiones.
“Además, se requiere entrarle de lleno al combate a la desigualdad, y eso implica poner en marcha políticas agresivas que distribuyan la riqueza, tanto a nivel de clases sociales como de regiones geográficas, porque tenemos un país centralizado en el Valle Central, pero las comunidades y zonas periféricas, rurales y costeras, permanecen abandonadas. Se requieren propuestas que descentralicen el poder y la distribución de los recursos.
“Y por supuesto, debemos recuperar la agenda ambiental, en la que el país retrocedió…”
CNA: A pesar del discurso oficial que promociona a Costa Rica como un país verde, sin ingredientes artificiales…
JMV: “Es que tenemos un discurso de la Costa Rica verde, pero la realidad es totalmente distinta: aquí se viene depredando la naturaleza y los recursos naturales de un modo descomunal, y al mismo tiempo, se debilita y torpedea sistemáticamente la institucionalidad ambiental que logramos construir, y todo para facilitar los negocios de unos pocos. Habría que eliminar ese doble discurso”.
CNA: A partir de la experiencia de la resistencia contra el TLC con Estados Unidos y las luchas contra la minería a cielo abierto, por citar dos casos recientes, ha quedado claro que en Costa Rica también existe una fuerza social muy importante, pero que todavía no se identifica políticamente con un partido u opción electoral concreta. Desde su perspectiva, ¿qué papel podrían jugar estas organizaciones y movimientos sociales en el futuro inmediato del país –las elecciones del 2014- y en el mediano plazo?
JMV: “La conformación de una eventual coalición progresista tiene que hacerse de una forma distinta, no puede ser fruto de un pacto de cúpulas, sino de un proceso abierto a la participación ciudadana, donde los movimientos y organizaciones sociales tengan una incidencia directa.
«Costa Rica ha tenido una vigorosa presencia de movimientos que han luchado y confrontado abiertamente al statu quo…»
“Ahora bien, en Costa Rica debe replantearse la forma en que las organizaciones sociales se relacionan con la política. Durante mucho tiempo, los partidos de todos los signos vieron a las organizaciones como simples correas de transmisión, como instrumentos para alcanzar objetivos y las usaron como simples apéndices o aparatos, manipulándolos según su interés. Pero también hemos caído en el otro extremo: algunas organizaciones sociales tienen un discurso ambivalente y  niegan la importancia de la política electoral para hacer las transformaciones; y en otras ocasiones, tienden a instrumentalizar los partidos, porque no participan de lleno en los procesos electorales, pero después buscan a los partidos únicamente para impulsar proyectos específicos.
“Si queremos que la agenda de las organizaciones y movimientos influya más en la política nacional, tiene que darse un cambio en las dos vías. Costa Rica ha tenido una vigorosa presencia de movimientos que han luchado y confrontado abiertamente al statu quo, lo que colocaría a un sector importante de la población en una posición que podríamos llamar desde la izquierda, pero eso no se ha traducido en expresiones políticas que canalicen esa fuerza y ese descontento social. Más bien, la presencia de la izquierda es marginal en la vida política nacional. Obviamente, esto obedece a razones históricas, a errores de los partidos, pero también a esta relación ambivalente y confusa que entablan las organizaciones sociales con los partidos políticos”.
El Frente Amplio y su futuro
CNA: Finalmente, en un país cuya cultura política ha estado marcada por el “anticomunismo” y la censura oficial de todo aquello que se presenta como alternativo al sistema dominante, ¿cómo visualiza el futuro del Frente Amplio, tras dos legislaturas consecutivas de ganar una representación en el Congreso?
«En Costa Rica hacen falta contrapesos, entre ellos una fuerza de izquierda…»
JMV:El futuro del FA es positivo, promisorio, si se hacen bien las cosas. Es un partido en franco crecimiento. Creo que puede dar el salto de tener un diputado a una fracción legislativa de mayor peso, pero también considero que no hay relación entre el número de diputados del FA y su presencia en los debates nacionales, su influencia en el parlamento y, sobre todo, en las expectativas de la gente, que son mucho mayores, aunque, de nuevo, por distintas razones esa simpatía y respaldo no se ha traducido en mayor cantidad de votos. Esto podría cambiar si hacemos nuestra parte, y no cometemos los errores del pasado en las campañas políticas, en la organización electoral.
En Costa Rica hacen faltan contrapesos, entre ellos una fuerza de izquierda que sea interlocutora y canalice todo eso que se está gestando en el campo social: el descontento, el clamor popular por un cambio de modelo económico y de políticas.
Podemos convertirnos en un referente de la oposición, un referente político para un sector importante de la población. Ese proceso podría verse acelarado por la descomposición de algunos partidos que habían generado expectativas entre los costarricenses, pero no las han cumplido. Sin embargo, el FA tiene una tarea interna considerable porque sus estructuras están pensadas para ser un partido de resistencia, que da la lucha cuesta arriba, y no para ser un partido que recibe un apoyo popular mayor.
Por otra parte, hay otros factores a considerar: la falta de cultura política en Costa Rica, los prejuicios, las desigualdades muy marcadas en el acceso a los medios de comunicación, las campañas electorales donde impera el poder del dinero y otras opciones son invisibilizadas, una legislación electoral hecha para excluir a los partidos alternativos y favorecer a los tradicionales, problemas en el discurso y el mensaje.
En fin, no doy nada por sentado, pero veo un futuro con posibilidades importantes”.
Publicado por Con Nuestra América

Costa Rica: Una situación de dependencia nacional, crisis fiscal y crisis capitalista (Parte I)

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Héctor Monestel (especial para ARGENPRESS.info).

1- Costa Rica ha sido históricamente un país semicolonial dependiente del imperialismo. Las últimas tres décadas de neoliberalismo económico en Costa Rica han significado una profundización aún mayor de la dependencia nacional respecto al imperialismo. Todo atisbo de Soberanía y Autodeterminación Nacional, de una industria nacional, de una producción agrícola y servicios nacionales ha ido desapareciendo. La burguesía criolla, sus distintos sectores oligárquicos, sus sucesivos gobiernos y partidos políticos de todo signo, han sido incapaces de acometer estas tareas por la independencia nacional y al contrario, han hecho de esa dependencia su forma parasitaria de vida. Las políticas de desmantelamiento de instituciones y privatización de servicios públicos estratégicos ( Salud, Educación, Telecomunicaciones, Electricidad, Infraestructura Vial, Puertos, Aeropuertos, etc ) se ha dado entregando y abriendo de par en par el país a las inversiones directas de capitales imperialistas que han gozado de todas las prerrogativas y prebendas para su establecimiento y funcionamiento en el país, como por ejemplo, los conglomerados industriales en el Régimen de las Zona Francas. La economía costarricense se ha transformado en una economía con preponderancia de los sectores exportadores al mercado internacional, dejándose el abastecimiento interno-nacional a sectores importadores de ese mismo mercado internacional, controlado por el imperialismo y las grandes transnacionales. A esto se aúna el sometimiento del país a las políticas y reglas impuestas por diversos organismos internacionales imperialistas como el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OMC al servicio del capital financiero y de las grandes empresas transnacionales. Hoy esa dependencia nacional tiene su expresión más acabada precisamente en el endeudamiento externo y en la imposición de los Tratados de Libre Comercio y todo el entramado de leyes complementarias que acompañan a esos tratados.
2- Esta política de endeudamiento, saqueo y recolonización del imperialismo ha producido a la vez importantes transformaciones en el conjunto de la clase obrera y del campesinado costarricenses. De hecho han surgido sectores obrero-industriales ligados a esa inversión extranjera cuyas condiciones de explotación capitalista varían según los sectores. Así se tiene desde sectores obreros muy calificados y especializados ligados a las industrias y servicios de alta tecnología, volcados al mercado mundial, hasta los sectores más super-explotados, oprimidos y menos calificados de las grandes maquiladoras, las redes comerciales y las agro-industrias, igualmente volcadas a los mercados internacionales. La crisis más aguda del endeudamiento ha tenido su impacto en una precarización cada vez mayor de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores del sector público y en un deterioro creciente de la prestación de los servicios estatales básicos. No menos significativo ha sido el impacto de toda esta política de recolonización imperialista en el agro costarricense. La destrucción del campesinado medio y pobre ha sido acelerada. La destrucción de la producción agrícola nacional y para el mercado nacional ha sido devastadora especialmente en lo que respecta a granos básicos, esenciales para la agro-alimentación del pueblo costarricense. La concentración de la tierra en grandes latifundios agro-industriales ha provocado además un aumento acelerado de amplios contingentes de campesinos pobres sin tierra que, en el mejor de los casos, se ven obligados a proletarizarse como masa obrera agrícola super-explotada en las grandes agro-industrias o a engrosar las filas de emigrantes del campo a la ciudad sin ningún futuro. De esta política de tierra arrasada no se escapan las riquezas naturales y ambientales del país y por el contrario, el entreguismo de esos recursos ( minería, explotación petrolera, recursos hídricos, zonas marítimas, etc ) amenaza con que estos recursos vayan cayendo en manos de los grandes capitales de las industrias hidro-extractivas, mineras, turísticas e inmobiliarias.
3- Ningún Gobierno ni ningún Partido de la burguesía nacional ha sido ni será capaz de romper con estas ataduras históricas y actuales con imperialismo, de romper con esta política de recolonización, endeudamiento y super-explotación de las grandes transnacionales. Hoy todos los sectores de esa burguesía nacional y sus partidos políticos ( PLN, PUSC, PAC ) se vinculan como socios parasitarios del imperialismo y no tendrían por demás ningún interés absurdo de ir contra la explotación capitalista que es a fin de cuentas la fuente de sus propias ganancias y de su propia supervivencia como clase.

Democracias falseadas y tiranía financiera

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La tiranía financiera estrecha el cerco a la movilización social y coloca entre la espada y la pared a gobiernos que simplemente administran unas “democracias falseadas”, cada vez más incapaces de representar los intereses populares y de invocar, siquiera como estrategia retórica, los viejos principios emancipadores de los que dice nutrirse: igualdad, justicia social, libertad.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

(Fotografía: la policía griega reprime a los manifestantes en las calles de Atenas)

Una fotografía de la brutal represión contra las manifestaciones populares en Grecia, del pasado fin de semana, retrata lo que ha llegado a ser la democracia liberal representativa –occidental y burguesa, para más señas- en nuestro tiempo: un ciudadano griego, expresión del pueblosoberano opuesto a las reformas neoliberales que exige la UE para “rescatar” la economía de su país, yace en el suelo, impotente, mientras dos policías, guardianes de un orden injusto y opresor, lo agraden sin contemplaciones.

La imagen, difundida por las agencias de prensa internacionales, es la metáfora perfecta de la crisis civilizatoria y de las formas que emplea la máquina del poder planteario, y sus subsidiarias locales, para convertir a la democracia y sus instituciones en aceite para sus engranajes. Es el sacrificio que reclama el dios Mercado en sus altares.

Para los latinoamericanos, lo que hoy vive Grecia es la puesta en escena de nuestra propia historia a lo largo de la década de 1990 y una parte de los primeros años del siglo XXI: el ajuste estructural, los recortes en presupuestos públicos, las privatizaciones forzadas, el ataque contra los derechos sociales y laborales, y la violencia de Estado desplegada sin misericordia contra los ciudadanos, para resguardar los intereses de los organismos financieros internacionales, los acreedores extranjeros y los grupos de poder “nacionales”.

Sin embargo, se trata de una historia cuyo último capítulo aún no se ha escrito. Allí donde la hegemonía neoliberal persiste en su dominación, como ocurre sobre todo en el norte de nuestra América, en México y Centroamérica, específicamente, la tiranía financiera estrecha el cerco a la movilización social y las luchas por una auténtica democratización, al tiempo que coloca entre la espada y la pared a gobiernos que simplemente administran unas “democracias falseadas” cada vez más incapaces de representar los intereses populares y de invocar, siquiera como estrategia retórica, los viejos principios emancipadores de los que dice nutrirse: igualdad, justicia social, libertad.

Eso es lo que, por ejemplo, presenciamos en Costa Rica en los últimos meses: crece el descontento social y aumentan en intensidad y frecuencia las protestas contra la política económica, de salarios y empleo público (el último aumento del sector fue aprobado por medio de un decretazo del Poder Ejecutivo, y representa apenas un 3.3% del aumento que se auto-aprobaron los diputados) y en materia fiscal (un regresivo paquete de impuestos se discute en el Congreso) del gobierno “socialdemócrata” de Laura Chinchilla. La población, en general, percibe que su administración carece de rumbo. Es un malestar generalizado, que parece alcanzar niveles inéditos en los últimos cinco años (por lo menos, desde las manifestaciones contra el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos en 2007).

Y mientras tanto, la clase gobernante, incapaz de comprender las hondas raíces de las crisis capitalista y de pensar más allá de lo que el establishment global dicta como correcto, se aferra torpemente a las soluciones neoliberales. Prueba de esto es que durante la última reunión de la Internacional Socialista, celebrada en San José a mediados de enero, la presidenta Chinchilla salió a la caza de apoyo público para su antipopular reforma fiscal (el 75% de la población la rechaza) y lo encontró, nada más y nada menos, que en el exprimer ministro griego Giorgios Papandreou, uno de los responsables del colapso de la economía helénica y su rendición ante los organismos financieros internacionales.

Como si no bastara esa velada proclama de intenciones -o macabra profecía, según se quiera ver- para descubrir hasta qué punto Costa Rica está imbuida en las redes de poder de la tiranía financiera global, esta semana, justamente en víspera de la huelga de trabajadores del sector público que logró reunir a más de 25 mil personas en las calles de la capital San José, la agencia calificadora Standard & Poors emitió un nuevo informe del “riesgo país” para Costa Rica. El documento, rápidamente respaldado por la intelectualidad neoliberal y los principales medios de comunicación hegemónicos, amenaza con una baja en la calificación de la deuda costarricense –que ahuyentaría las inversiones de capital extranjero sobre las que se asienta el modelo de desarrollo neoliberal- si no se aprueban, en los próximos meses, los ajustes necesarios para reducir el déficit fiscal del país (un poco más del 5% del PIB) .

A través de este tipo de maniobras y el asedio con las bombas incendiarias del riesgo país, las agencias y organismos financieros, ayudados por los sacerdotes de la falsa religión del mercado, instalan en el debate público la claudicación ante las realidades del orden económico como dogma de fe. Grecia, Italia y España dan testimonio de la capacidad de influencia que pueden tener esos poderes sobre los sistemas políticos, los procesos de toma de decisiones y el futuro inmediato de los países objetivo.

Este es el fin último de la ideología neoliberal: acabar con el poder popular, socavar lo que quede de aliento emancipador en la democracia, e instaurar el reino de la resignación y la desesperanza en las sociedades. Es decir, democracia en las formas y procedimientos, pero plutocracia -gobierno de los ricos- en sus entrañas.

En su libro Ensayo sobre la lucidez, José Saramago, en tono de interrogación y sutil sugerencia, formuló una crítica profunda al contrato social que sostiene a esas democracias falseadas, manejadas a control remoto desde los centros del poder global. Dijo el escritor portugués: “Puede llegar el día en que nos preguntemos: ¿quién ha firmado esto por mí?”

Hay signos que sugieren que los pueblos podrían levantarse para buscar respuestas a esa pregunta de Saramago. Ya lo han hecho en América del Sur y África del Norte. Y lo insinúan en Europa y Estados Unidos. Quizás todavía no sea suficiente para llevar adelante un cambio civilizatorio, pero sí van abriendo los caminos de un futuro que, necesariamente, debe ser distinto a nuestro caótico presente.

Trabajo

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sábado 11 de febrero de 2012

Es este un “mundo de trabajo” en el que los peces grandes se comen a los chicos en cardúmenes, y los devorados se sienten felices de haber servido de bocadillo del gigante. El desempleo de España a Costa Rica.

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica

rafaelcuevasmolina@hotmail.com

El Canal Internacional de la televisión española, misma que es vista en toda América Latina, transmitió el jueves 9 de febrero próximo pasado un reportaje que tenía como protagonista a Martín Cervantes quien, en concurso –según supimos- con otras 28 personas, había logrado conseguir un puesto para atender la cafetería de un club social comunal en una pequeña comunidad del interior de España.

La periodista presentaba a Martín con grandes muestras de alegría y, tal vez, de sensacionalismo, y le preguntaba pormenores de sus emociones por haber logrado acceder a un puesto de trabajo después de haber pasado, al igual que su esposa, casi un año en el paro. En efecto, la pareja de desempleados, con dos hijos pequeños de no más de cinco años, habían perdido sus respectivos trabajos –primero él y después ella- en la cantábrica ciudad de San Sebastián, y veían con espanto, como miles de otros españoles, cómo el subsidio por desempleo no les alcanzaba para pagar hipoteca, guardería, medicinas y alimentación de su pequeña prole.

El reportaje en cuestión implicaba la entrevista de la persona responsable del club social, un señor de unos setenta años que, con pelos y señales, narró el encarnizado concurso al que debió someterse Martín y cómo había logrado desplazar a sus contendientes para los cuales, por cierto, en las circunstancias de apremio en la cuales el favorecido se encontraba, no tuvo absolutamente ninguna palabra o frase de conmiseración: la ley de la selva en su estado más puro.

Algunos comensales que aprovechaban las horas nocturnas en las que se realizó el reportaje para beber algo en la barra que atendía en ese momento el afortunado ganador de la plaza, agregaron detalles que permitieron saber algunos pormenores del porqué de la escogencia: la esposa de Martín tiene una profesión que la ha llevado a tener relación con gente, los hijos de la pareja son pequeños y no tiene n problemas de conducta, etc. Es decir, una serie de “ventajas comparativas” que les han permitido desplazar a otros contendientes.

Por otra parte, en San José Costa Rica se realizó, el pasado viernes 10 de febrero, una feria del empleo en el que la que se dice que se ofrecieron 7000 puestos de trabajo, todos en compañías transnacionales asentadas o por asentarse en el país bajo régimen de zona franca, es decir, con una serie de granjerías que prácticamente las exime de pagar impuestos y otras obligaciones que las empresas nacionales no tienen. Ante la pregunta de cuánto podría ganar un joven profesional (médico, ingeniero, programador) en uno de los puestos ofrecidos, una de las organizadoras de la actividad dijo a la radio ADN (filial de la cadena española PRISA en Costa Rica) que, aproximadamente, unos $500, y remarcó dos cosas: que la calidad de los profesionales costarricenses era excelente y que el salario (bajo) que se les pagaba era una de las “ventajas comparativas” por las que estas compañías se asentaban en el país.

Como una de las actividades de esta feria del empleo, varios muchachos y muchachas, llamados “de éxito”, ubicados en un toldo especial, contaban a quien quisiera oírlos, cómo el año pasado, en una actividad parecida, habían conseguido trabajo y ahora ganaban un salario como el anteriormente mencionado.

En Costa Rica el desempleo no alcanza, ni lejanamente, los niveles que tiene España. Mientras en el país europeo alcanza al 22.3% de la población económicamente activa y sigue creciendo, en el país centroamericano llega a un 7%. En ambos países, sin embargo, son los jóvenes los que más sufren y los que se convierten en carne de cañón del trabajo precarizado en donde se les explota con jornadas extenuantes, bajos salarios y prestaciones laborales menguadas. Costa Rica se ha convertido en un paraíso de estas compañías transnacionales que ven en la explotación de los jóvenes profesionales una ventaja. Esta es, por demás, la política estrella del Estado en lo que concierne al empleo, mientras a los trabajadores públicos los tratan como parias (el último aumento salarial semestral aprobado por la administración Chinchilla para los empleados públicos fue de $10).

Es este un “mundo de trabajo” en el que los peces grandes se comen a los chicos en cardúmenes, y los devorados se sienten felices de haber servido de bocadillo del gigante.

Es esta la globalización neoliberal, queridos amigos, que muele a los de abajo y enriquece cada vez más a los de arriba.

Conflictos hidro-mineros Panamá-Costa Rica. Más similitudes que diferencias

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jueves 9 de febrero de 2012

Héctor Monestel (especial para ARGENPRESS.info)

Desde Panamá siguen llegando las noticias del heroico conflicto y resistencia que han presentado los pueblos indígenas a los planes de saqueo, recolonización y depredación de los grandes capitales de las industrias extractivas imperialistas en ese país. El Gobierno de Martinelli que apuntala a esos capitales no ha escatimado la represión brutal tras esos propósitos.

Paralelo a ello y en atención a la gran demanda de recursos energéticos que requieren las grandes industrias, se impulsan proyectos de construcción de grandes represas hidroeléctricas que por sí mismas también conllevan irreparables atropellos al medio ambiente y a los derechos territoriales, económicos, sociales, históricos y culturales de esas comunidades. Es notorio pues, que esta estrategia de implantación de grandes proyectos mineros e hidroeléctricos a expensas de los derechos y la autonomía de pueblos indígenas y no indígenas, se ha convertido en receta común de cuanto régimen o gobierno de signo derechista o progre-izquierdista tenemos en América Latina. El caso en comentario de Panamá con Martinelli es elocuente. Pero no lo son menos los casos de los pueblos mapuches y la Hidroaysen en Chile bajo el gobierno de Piñera, de las regiones de Cajamarca en Perú bajo el gobierno de Ollanta Humala, ni qué decir la prolongada resistencia de los pueblos amazónicos bajo los gobiernos Lula-Dilma, del entreguismo a los grandes capitales de la minería a cielo abierto bajo el gobierno del exguerrillero Pepe Mujica en Uruguay, o -ni más ni menos- que el caso de los pueblos indígenas del Tipnis en Bolivia bajo el gobierno de su “hermano” Evo Morales.
Acá en Costa Rica no es distinto. La voracidad capitalista de estos consorcios de las industrias hidro-extractivas se ha expresado en grandes proyectos mineros, hidroeléctricos y de exploración y explotación petrolera, mismos que hasta el momento no han prosperado tanto en razón de la resistencia histórica de las comunidades y los movimientos sociales, como de las aberraciones y contradicciones del régimen en su ordenamiento jurídico administrativo-ambiental, que ha hecho aflorar por cierto toda la corrupción que suelen conllevar esas iniciativas. Es decir, una combinación de la lucha en las calles y en los mismos antros judiciales del sistema, ha dado al traste momentáneamente a todos estos planes de recolonización y depredación. Tales han sido los casos de los planes petroleros en las zonas costeras e indígenas de la Provincia de Limón y que hoy precisamente se pretenden revivir en esa y otras regiones del país, o aquel caso de la represa de Boruca en los territorios de esa comunidad indígena y que hoy también se intenta revivir con el megaproyecto hidroeléctrico del Diquís que toca territorios indígenas y no indígenas en la misma Zona Sur del país, el caso del trágico proyecto minero de Bellavista en Puntarenas y que hoy también se pretende abrir paso bajo el alero del Gobierno de Laura Chinchilla, y qué decir del más reciente y emblemático caso de Crucitas derrotado luego de una larga resistencia de más de 18 años pese a contar con todo el apoyo y la corrupción de los últimos gobiernos de Oscar Arias y Laura Chinchilla.
Como se ve, en este punto no hay mayores diferencias en cuanto al fondo de la estrategia recolonizadora y depredadora del Capital y las grandes transnacionales de la industria eléctrica y extractiva hoy en Panamá, con el resto de América Latina y con el caso de Costa Rica en particular. Los planes imperialistas son idénticos desde en el discurso respecto al “desarrollo” hasta el miedo y el chantaje respecto a “las demandas energéticas”.

Por otro lado, hoy todos los sectores políticos de la izquierda “progre” y de los movimientos sociales, ambientalistas e indigenistas de carácter progresista en Costa Rica, nos manifestamos en justa solidaridad con los pueblos gnobes de Panamá que hoy resisten heroica y ejemplarmente el brutal vasallaje y atropello a sus derechos por parte de un gobierno y un régimen abiertamente neoliberal, derechista y testaferro de las grandes transnacionales. Mas debe abandonarse esa doble moral que impide hacer lo mismo con aquellos otros pueblos avasallados por regímenes y gobiernos supuestamente “progre-socialistas” de América Latina, no menos testaferros de las grandes transnacionales hidro-extractivas que el de Martinelli.

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