Diego, sembrador de odios. Álvaro Delgado. Mayo, 2010

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MÉXICO, D.F., 17 de mayo (apro).- Diego Fernández de Cevallos agradeció siempre a Luis H. Álvarez haberlo rehabilitado como miembro del Partido Acción Nacional (PAN), al cabo de una década de alejamiento, para hacer mancuerna con él en la legitimación de Carlos Salinas y ascender a la cumbre de la política y los negocios.

Presidente del PAN durante el salinato, Álvarez deja ver su culpa al respecto en su libro de memorias Medio siglo.

Andanzas de un político a favor de la democracia y pone bajo sospecha a Fernández de Cevallos, en un pasaje que sigue a la revelación de que Salinas lo quiso cooptar con dinero.

“Oiga, don Luis, usted me reinventó. Si no es por usted, yo no hubiera regresado al PAN”. Y entonces le dije: “Pues no sé si la patria algún día me lo vaya a reclamar”. Se me quedó viendo y luego se rió.

Álvarez, miembro de la alta burocracia desde el 2000, no explica por qué muestra ese arrepentimiento sobre Fernández de Cevallos, pero lo responsabiliza de ser el promotor principal de la quema de las boletas de la elección de 1988, que denomina “un detalle menor pero simbólico”.

Cuenta: Diego fue quien me planteó la iniciativa bajo el argumento de que ya de nada servían, dado que habían estado a disposición de cuanta persona las quiso consultar. Accedí a su solicitud; sin embargo, hoy me arrepiento de ello porque esas boletas merecieron nuestra gran crítica tres años antes.

En realidad ese “detalle menor pero simbólico”, como denomina Álvarez a la quema de los documentos de la elección de 1988, significó no sólo la convalidación del fraude y la legitimación de Salinas, sino la instauración del cogobierno PRI-PAN que con Felipe Calderón cumple casi un cuarto de siglo.

En ese sentido, Fernández de Cevallos, alias El Jefe, no es sólo clave en el proceso de transición política de México, sino que encarna él mismo las características del sistema político en que ha degenerado esa transición: Corrupción, ilegalidad, influyentismo, impunidad…

La biografía de Fernández de Cevallos, que embelesa a un sector de la derecha y a quienes se benefician del modelo que personifica, está colmada de truculencias, ilegalidades, abusos, mentiras, todo sin castigo, que lo han hecho dueño de una inmensa fortuna.

El vasto operativo multigubernamental que se activó para su búsqueda representa el tamaño de su poder, pero también su vulnerabilidad, particularmente cuando tres de sus personeros están a cargo de instituciones anticrimen: Fernando Gómez Mont, en la secretaría de Gobernación; Arturo Chávez, en la Procuraduría General de la República, y Juan Miguel Alcántara Soria, en la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y es que el sistema vigente opera casi bajo la lógica de la mafia, integrado por una gruesa nata de políticos coludidos con intereses económicos y criminales que se han colocado por encima de la sociedad.

Las pruebas más recientes de esta degeneración política las ofrece el propio partido en que milita Fernández de Cevallos, el PAN, con motivo de las elecciones en Yucatán, donde el gobierno estatal priista “operó una sofisticada elección de Estado”, particularmente en Mérida.

El PAN acusa “derroche del PRI en sus campañas”; “hostigamiento y seguimiento” de su candidata, Beatriz Zavala, y su equipo de campaña”; “uso ilegal de las instituciones y la fuerza pública por parte de la gobernadora para proteger sistemáticamente a quienes destruían nuestra propaganda electoral, agrediendo incluso a legisladores, fabricando expedientes falsos y ejerciendo la tortura de gente inocente para involucrar a panistas”.

Más aún, el PAN condena la parcialidad del órgano electoral “y, en particular, la pública complicidad de su presidente, Fernando Bolio Vales, con la estrategia mediática y operativa del PRI”, entre otras acciones para adulterar la voluntad popular.

Pero esto se replica, con diferentes intensidades, en los otros 14 estados donde están en curso procesos electorales. Hay entidades donde la contienda es entre “mapaches” y “tejones”, cuyos ganadores serán los que neutralicen las ilegalidades de sus contrapartes.

¿Quién puede frenar las acciones ilegales de los gobernadores y, en general, de cualquier autoridad a favor de un partido político? Más aún, ¿qué autoridades podrán inhibir las conductas de los criminales en las elecciones?

El asesinato del candidato del PAN en Valle Hermoso, Tamaulipas, Mario Guajardo, las amenazas a otros contendientes en ese y otros estados, pero sobre todo la postulación de criminales a cargos de elección y la violencia que no cesa, pese a las proclamas gubernamentales, demuestran que el Estado ya no es funcional para neutralizar estas conductas auspiciadas por la impunidad.

Por eso, justamente, Fernández de Cevallos está desaparecido desde la noche del viernes 14 y por eso este acontecimiento da en la línea de flotación del gobierno de Calderón, con independencia de quienes sean los autores del crimen.

Las propias líneas de investigación de las autoridades demuestran que el móvil puede ser político, pasional, de dinero y de narcotráfico, con el que también hizo negocios. En todos esos ámbitos, a los largo de un cuarto de siglo, Fernández de Cevallos sembró muchos odios.

Llama la atención que Calderón, que ha mostrado un semblante desencajado desde que supo de la desaparición, y le envíe a Fernández de Cevallos un mensaje para decirle que sus hijos muestran “una enorme entereza y una gran valentía”.

Reflexión desde la desgracia-Fisgón

Barbas a remojar. Francisco Rodríguez. Mayo, 2010

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18/05/2010 – 00:50

MÁS ALLÁ DE la “desaparición” misma de Diego Fernández de Cevallos, aún por sobre la torpe y tardía reacción de la fallida Administración del viajante Felipe Calderón –incluidos los estériles enfrentamientos de Gómez Mont y Chávez Chávez con García Luna–, lo que este episodio ha sacado a flote es el enorme odio que buena parte de la población tiene por su casta política.

No hablo de rechazo. Mucho menos de oposición o crítica a los políticos que serían bienvenidas, sino de una emoción visceral generalizada que surge de las entrañas mismas de la sociedad. Porque es inocultable que la noticia sobre la “desaparición” del abogado, político y empresario queretano causó regocijo entre no pocos ciudadanos. No pocos, sí muchos.

También es insoslayable que la raíz de estos sentimientos de rencor, tirria o abierta antipatía tienen una razón que pudiera considerarse legítima: los políticos de todos los partidos, aún quienes navegan con banderas apartidistas, han hecho hasta lo imposible para echarnos a perder la vida a los demás… en tanto mejoran ostensiblemente la suya, la de sus familiares –que, creo, no es el caso de Diego–, las de sus leales y conclapaches.

Fernández de Cevallos, por supuesto, personifica a quienes usan a la política y a las relaciones que en esta actividad se consiguen para provecho personal y de sus clientes, sí, pero sobre todo para su peculio. Tal, empero, fue un descubrimiento tardío para la mayoría de los ciudadanos.

Porque en un inicio, Diego Fernández tenía otra caracterización: la del político “decente”, católico, que salvaguardaba los valores de la familia mexicana tradicional como opositor –después sabríamos que aliado– al status quo priísta.
Un poco o un mucho de lo que a varios les aconteció con la figura, por ejemplo, de Marcial Maciel: del amor al odio, pues.

Sucede invariablemente. Con muy pocas excepciones, el ciudadano medio cae en el enamoramiento hacia cierto político, para muy poco después sufrir el desengaño.

Quien promete empleos, por ejemplo, cancela 44 mil plazas de trabajo de un plumazo y poco o nada hace para alcanzar la cifra de un millón y medio de ocupaciones asalariadas. O aquél que se comprometió a luchar en contra de la corrupción y obtuvo el récord de uno de los sexenios donde más bribones ha habido.

Toda una lección para los estudiosos profundos del tema. ¿Desde cuándo el odio a los políticos? ¿Cuáles sus consecuencias?

El odio político es un monstruo que, desencadenado, es difícil de volver a domeñar. El odio político cubre como con un manto ponzoñoso toda discusión política, reduciendo al oponente político a un blanco que hay que destruir, también físicamente.

El odio a los políticos es también, sin duda, producto de la campaña de odio a sus opositores que el Partido Acción Nacional desató a partir del desafuero a Andrés Manuel López Obrador y la campaña electoral de éste en el 2006. Con sus estrategas importados de España, los panistas agudizaron nuestra tradicional separación, confrontación, discordia entre identidades colectivas diferentes.

Separación y discordia que se ha afirmado y definido mutuamente, dejando un espeso residuo de negatividad que ha impregnado las relaciones entre grupos políticos diferentes.

La lección no es desdeñable. Los políticos de todos los partidos están todavía a tiempo de recomponer sus relaciones con una sociedad con la que –se ve palmariamente con el caso Fernández de Cevallos– mantiene una relación sublimada de amor y odio.

En pocas palabras, deben poner sus barbas a remojar, ¿no cree usted?

Índice Flamígero: Felipe Calderón ya entró en la etapa de la autoconmiseración. En España se ha quejado, apenas, de que en cuestiones financieras –las del déficit fiscal, concretamente–, enfrentó la incomprensión de los actores políticos. ¡Pobrecito! Autoconmiserarse es otra expresión de la envidia que el ocupante de Los Pinos siente hacia los demás. Dicen los conocedores que, cuando oímos que una persona llora, se lamenta, describe las vejaciones que sufrió, los obstáculos que encontró en su camino, las desgracias que le impidieron tener éxito, inmediatamente lo compadecemos y justificamos el porqué no realizó todo aquello a lo que se había comprometido con sí mismo y con los demás. ¡Pobrecito, Calderón! ¿No lo entendemos?

Las fuerzas del orden-Helguera

Desapareció Fernández de Cevallos. Cartones. Mayo, 2010

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Dos varas-Rocha

Enigma-Hernández

Los más menos-Hernández

Lo que oculta el 10 de mayo. Marta Lamas. Mayo, 2010

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MÉXICO, D.F., 10 de mayo.- Hoy que cientos de oficinas públicas y privadas festejan el Día de la Madre, vale la pena recordar cómo surgió la celebración del 10 de mayo, y así tener una pista sobre qué significa hoy su desmedido festejo. En 1982 la SEP publicó, en su colección Memoria y Olvido, la investigación de Marta Acevedo que muestra que en nuestro país la instauración del Día de la Madre estuvo vinculada a una intervención conservadora.

El proceso social yucateco, generado por la Revolución Mexicana, alienta un movimiento feminista que realiza su primer congreso en Yucatán en 1916. Entre otras cosas, se discute la maternidad, planteándose la necesidad de libre elección y aconsejando a las mujeres cómo evitar embarazos no deseados  mediante el método anticonceptivo de Margaret Sanger.

A principios de 1922, cuando comienza a gobernar Felipe Carrillo Puerto, se realizan varios actos públicos de la Liga Central de Resistencia del Partido Socialista del Sureste. Grupos de feministas hablan por todo el estado sobre la emancipación de la mujer y sus derechos. Las conferencias son traducidas al maya y se establecen comités feministas en varios lugares. No tardan las críticas al pueblo yucateco, en especial a sus mujeres: Entre marzo y abril de 1922 varios periódicos locales emprenden una campaña contra las feministas y sus propuestas “inmorales” para  regular  la procreación.

En este contexto, Excélsior retoma la celebración estadunidense del Día de la Madre y convoca a un festejo similar, con el apoyo decidido de Vasconcelos –entonces secretario de Educación Pública–, el arzobispo primado de México, la Cruz Roja y las Cámaras de Comercio. Las propuestas feministas de que la maternidad sea elegida quedan enterradas bajo la avalancha propagandística. De 1922 a 1968, todos los 10 de mayo Excélsior organiza festivales donde premia a las madres más prolíficas, a las  más heroicas, a las más sacrificadas. También surge de Excélsior la iniciativa, en 1927, de construir un Monumento a la Madre, que el presidente Miguel Alemán  inaugura en 1949 y que hoy es sitio de arranque de las manifestaciones feministas.

¿Qué encubre hoy el torrente discursivo y comercial del 10 de mayo? Por lo pronto, promueve la idea tradicional de la maternidad como un amor incondicional, que implica gran abnegación. Este mito recoge cuestiones  reales –las madres sí suelen ser amorosas, generosas y abnegadas–, pero también encubre aspectos negativos o contradictorios del ejercicio maternal. Atrás de la imagen de la “madrecita santa” encontramos a madres agotadas, hartas, golpeadoras, ambivalentes, culposas, inseguras y deprimidas. El mito encubre  los descuidos, aberraciones y  crueldades que muchas madres –sin duda víctimas a su vez– ejercen contra sus hijos.  Pero, sobre todo, la hipervaloración social de las mujeres como madres y el nivel de gratificación narcisista que alienta dificultan que ellas mismas vean ese “trabajo de amor” como una labor que requiere ser compartida y contar con  apoyos sociales.

La capacidad femenina de gestar y parir es considerada socialmente como la “esencia” de las mujeres. Por lo tanto, las labores de cuidado de los seres humanos se ven como una cuestión que les corresponde “naturalmente” a ellas. La maternidad es un trabajo entretejido con  la afectividad que recibe la mujer a cambio de dosis más o menos elevadas de gratificación psíquica y de poder en el campo interpersonal de la familia y la pareja. Sin embargo, su desempeño es desgastante y puede llegar a ser enajenante. La familia es el lugar del trabajo no reconocido de las mujeres, en su mayoría madres. La responsabilidad de las mujeres por este espacio privado limita su participación pública, sea laboral o política. Aunque se declara que la  familia  tiene superioridad moral sobre cualquier otro  ámbito público, es evidente que no se prioriza políticamente a las familias con medidas que verdaderamente concilien el ámbito laboral con el doméstico: los horarios escolares no son compatibles con los laborales, escasean las guarderías, no hay servicios de cuidado para ancianos, ni lavanderías y comedores colectivos.

Cuando se habla de la maternidad sólo en términos de “destino sublime” se olvidan las horas/trabajo que implica; cuando se elogia la abnegación, se dejan de lado las privaciones que suelen acompañar el trabajo de crianza. Por otra parte,  las embarazadas no consiguen empleo, las parturientas son maltratadas en los hospitales y las madres no cuentan con opciones de cuidado para sus hijos y familiares dependientes (discapacitados, enfermos o ancianos), lo que las limita laboral y cívicamente, además de cargarlas con el desgaste físico y emocional que supone atender solas a esos dependientes. Este trabajo de cuidado de los demás subordina socialmente a las mujeres y tiene consecuencias  restrictivas en el ejercicio de su ciudadanía y su participación política.

El despliegue retórico del 10 de mayo echa una cortina de humo sobre la poca importancia real que se otorga a este laborioso, complejo y determinante trabajo. Y mientras la mayoría de las mujeres se conforma con la rosa roja o el regalito, las feministas seguimos insistiendo en leyes y medidas que descarguen a las mujeres de la atención de sus   dependientes.

Guerra de saliva-Helguera

Bofetada de Brasil al mundo. DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE. MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL.

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No se trata de internacionalizar lo que ya es internacionalizado. Parece desconocerse  este hecho. De nuevo, no es asunto de internacionalizar sino el reconocer la internacionalización si queremos proteger la humanidad de la autodestruccion.

No todos los días un brasileño les da una buena y educadísima bofetada al mundo.
Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual
Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la
Amazonia. Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un
humanista y no de un brasileño.
Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:

Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que
nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su
internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.
Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las
reservas de petróleo del mundo entero.
El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.
De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una
reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemarla Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.
No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo.
El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.
No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro.
Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de
países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los
EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los
brasileños,internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son
capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de
internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.
Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como
patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!
OBSERVACIÓN: Este artículo fue publicado en el NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, USA TODAY y en los mayores diarios de EUROPA y JAPÓN.

En BRASIL y el resto de Latinoamérica, este artículo no fue publicado. Ayúdenos a divulgarlo.

(No entiendo por qué no en Brasil)

Secuestro de Cevallos. Mayo, 2010

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Primer comunicado-Magú

El supuesto secuestro de Diego Fernández de Cevallos, que a partir del 15 de mayo ha ocupado los titulares de los medios oficialistas, viene a sumarse a otros episodios que el gobierno espurio encabezado ´por Calderón, ha usado para tratar de ganarse el apoyo de la sociedad, usando para ello estrategias de manipulación mediática.

Tan solo a partir del 2008, esos episodios incluyen, entre otros: la sospechosa muerte de Mouriño, en un supuesto accidente aéreo; la de Carlos Abascal, ésta última por razones naturales, por enfermedad; los bombazos contra el pueblo de Morelia, el 15 de septiembre de 2008; la pretendida epidemia de influenza, de la cual Fecal ha querido presentarse como «salvador», no sólo del país, sino del mundo entero, y este último, del supuesto secuestro de Cevallos.

Como en otros de los casos mencionados, por el momento no es fácil saber qué ha ocurrido realmente, pero sí se pueden afirmar varias cosas con toda seguridad, pues las estamos viendo.

Una de ellas es que el supuesto secuestro es usado por la derecha en el poder y por sus aliados, como la jerarquía católica y el coro formado por los medios oficialistas, para victimizar a idealizar a los derechistas y para apoyar la política de militarización del país, alegando la pretendida «inseguridad generalizada» en el país.

No es sorprendente que esos sectores usen el hecho para expresar su apoyo a Fecal, a cevallos y al PAN, y que se refierean a Cevallos como al «jefe Diego», además de que proclamen la supuesta necesidad de que el gobierno endurezca más aún la represión contra los movimientos sociales, contra los sindicatos y las escuelas, apelando a consignas absurdas como la de que «ya nadie puede sentirse seguro en México, pues hasta a Cevallos lo pueden secuestrar».

Lo lamentable es que esas consignas se ven ahora no solamente en medios abiertamente oficialistas, sino hasta en otros, incluso en la Web, que en 2006 fueron muy combativos. Realmene es preocupante que la derecha pueda ganar espacios en la Internet, aprovechando episodios mediáticos como el de Cevallos.

De hecho, cuandomurió Abascal, algunos comentaristas supuestamente independientes del gobierbo,cayeron en la actitud, quizás más convenenciera que estúpida, de rasgarse las vestiduras y de difundir que Carlso Abascal fue «honesto» y congruente», lo cual creo yo, no es verdad, y si bien esos adjetivos se le pudieron aplicar a su padre, Salvador Abascal, Carlos no hizo gala de ellos.

La verdad es que si a Cevallos lo secuestraron, lo cual no se sabe aún con certeza, seguramente no fue otro «crimen organizado» sino el que opera desde las altas esferas del poder, pues sólo desde ese ámbito alguien pudo haber atentado contra el influyente y acaudlado político panista, quien ante el resto de la sociedad goza de total impunidad.

Otro punto es que Cevallos, contrariamente a las líneas de algunos medios, que quieren hacerlo ahora un prócér, nunca ha sido una víctima y menos un patriota, sino por el contrario, un enemigo del pueblo que proviene de los sectores más reaccionarios del país, y que siempre ha actuado con prepotencia, al abrigo del poder.

Además de que muchas veces se ha criticado su falta de escrúpulos como político y como abogado, cabe recordar que Cevallos fue uno de los aliados de Salinas, que le ayudaron a legitimar su gobierno luego del fraude electoral de 1988.

Cevallos, que en esa época recibió el mote de «la ardilla», porque siempre estaba en los Pinos, intrigando con el criminal Carlos Salinas, el gran amigo del PAN, hizo su carrera política al amparo de ese expresidente.

En esa época, Cevallos se manifestó abiertamente como enemigo del estado laico, evidenciando al mismo tiempo su naturaleza hipócrita, pues a la vez que como buen santurrón solía presentarse en actos públicos con la frente ridículamente marcada con la ceniza que le imponían en el templo, y hacía alarde de su rechazo al matrimonio civil, años después, se las daría de seductor, abandonando a su compañera por una mujer mucho más joven.

Esa es la religiosidad de los panistas, a quienes tanto bendice el clero.

Aunque nunca es bueno alegrarse de los problemas ajenos, lo cierto es que la solidaridad del pueblo no debe estar con sus enemigos, como Cevallos, sino con quienes están sufriendo las persecuciuones del régimen: desde los electricistas y otros trabajadores, hasta las mujeres que en muchas entidades son encarceladas por abortar, o alos periodistas de medios críticos que son perseguidos por el gobierno. por .

Las estrategias mediáticas oficialistas suelen ser obvias y están dirigidas a un público embrutecido por la costumbre de pasar muchas horas frente a la televisión, o por escuchar demasiada proganda fecal en los programas de radio.

En este caso, del supuesto secuestro de Cevallos, llama la atención que el asunto surja apenas a unos días de que la derecha pudo constatar la reacción popular, incluso internacional, de solidaridad motivada por el ataque contra activistas y contra periodistas de la revista Contralínea en Oaxaca.

Al parecer, la derecha quiere hacer que Cevallos juegue el papel de héroe, como si él perteneciera al pueblo, o como si tuviera alguna autoridad moral, y no formara parte, por el contrario, del poder que ha estado expoliando y masacrando a la población.

Es de notarse, también, que las tácticas sanguinarias de gobernar tratando de manejar y atemorizar a la población mediante asesiantos, secuestros y bombazos, son precisamente las que ejerció en su sexenio Salinas, y que desembocaron en el asesinato de Colosio y de Ruiz Massieu. Los panistas están siguiendo los pasos de su maestro.

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